El Día de la Hispanidad no podía llegar en un peor momento. Tiene todos los componentes políticos: auge de la extrema derecha, crisis de la monarquía española, críticas de una parte del Gobierno al jefe del Estado y guerra entre poderes del Estado. Y también todos los componentes sanitarios: segunda ola de coronavirus descontrolada a la Comunidad de Madrid, que ha forzado un nuevo estado de alarma. Por estas últimas circunstancias, se ha optado por un acto de pequeño formato, sin desfile militar ni recepción en el Palacio Real ni los habituales corrillos. Ha estado presente el Gobierno en pleno, con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y el rey Felipe VI al frente. Mientras tanto, convocada por Vox a la misma hora, la extrema derecha ha hecho su propio desfile, en vehículos, por el paseo de la Castellana, con parada obligatoria en la plaza de Colón. Según los ultras, "miles de coches". Ha sido una jornada tan atípica que no ha ido ni la cabra de la Legión.
El acto oficial ha cambiado de ubicación, del tradicional paseo de la Castellana por la Plaza de Armas del Palacio Real. Es donde se celebró, en julio, el homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus. También se han reducido los efectivos militares, pasando de los 3.000 soldados de las Fuerzas Armadas españolas del año pasado a los 527 de este año. Ni tanques, ni paracaidistas. Ha asistido el Consejo de Ministros en pleno, con todos los ministros del PSOE y también los de Unidas Podemos, que se han mostrado críticos con el Rey durante las últimas semanas. Se han mostrado muy fríos saludando al monarca. Era su primer 12-O formando parte del Gobierno (desde la oposición no participó nunca). Una cosa que no ha cambiado: el monarca ha presidido el día nacional español.
Han asistido los principales poderes del Estado, también la alta judicatura. Pablo Iglesias ha tenido que encontrarse con Carlos Lesmes, presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, en plena persecución judicial contra el vicepresidente segundo. También ha participado la mayoría de presidentes autonómicos, incluida la madrileña Isabel Díaz Ayuso, que reclama levantar ya el estado de alarma por el coronavirus. El encuentro con Sánchez ha sido muy frío. Como ya es tradición, no ha habido representación ni de Catalunya ni del País Vasco, a los cuales se han añadido Aragón y las Baleares (por otros motivos). El jefe de la oposición, Pablo Casado, ha estado presente. También Santiago Abascal, aunque ha contraprogramado un desfile en coche.
En las inmediaciones del Palacio Real, sin respetar las distancias de seguridad, se han concentrado ciudadanos que han proferido gritos contra el Gobierno de coalición. Se escuchaban las proclamas de "gobierno dimisión" desde la Plaza de Armas, acompañados de vivas al Rey.
Sin paracaidistas
El acto en sí ha tenido lugar sin ninguna incidencia, teniendo en cuenta que el año pasado el paracaidista que bajaba una bandera española se estrelló contra una farola. Ha comenzado con la llegada del Rey, vestido con el uniforme del Ejército del Aire, acompañado de la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Han sido recibidos por Sánchez, Ayuso y Almeida, y ha sonado el himno español acompañado de disparos de cañones.
Después el monarca ha pasado revista a los militares y al personal de emergencias, civiles y militares, incluidos bomberos y protección civil. Del Ejército no ha faltado la Legión, que este año cumple el centenario, pero sí su cabra. Durante la izada de la bandera ha vuelto a sonar el himno español y los cañones. Ha habido condecoraciones para los integrantes de la Operación Balmis, el operativo militar que ha participado de la lucha contra el coronavirus. Los únicos aviones que han participado ha sido la Patrulla Águila, que ha dibujado una bandera española fallida, que parecía más la de Polonia. El desfile reducido se ha hecho dentro la misma plaza, no en el paseo de la Castellana, y sin la cabra. No ha habido ni recepción en el Palacio Real ni los famosos corrillos. Tras el desfile, todos a casa. La celebración no ha durado ni una hora.
Desfile de Vox
En paralelo, Vox ha optado por contraprogramar el acto oficial, convocando a sus seguidores a salir en coche en las calles de las principales ciudades españolas. También lo han hecho por Madrid, el único "desfile" que ha habido este año en el Paseo de la Castellana. Han protestado contra un "gobierno criminal y totalitario" que, en palabras de Santiago Abascal, les ha quitado el tradicional desfile militar. La convocatoria ha sido secundada por otras formaciones de extrema derecha, como es el caso de Falange, que se sumaba este sábado.
De la marcha motorizada de Vox en Madrid han participado unos cientos de coches, como ya hizo en primavera para protestar contra el estado de alarma. El portavoz Iván Espinosa de los Monteros ha denunciado desde allí que "el Gobierno no cree en la monarquía parlamentaria y constitucional", pero ha avisado de que "no podrán, porque somos muchos más los que estamos aquí para defenderla" . En cuanto al estado de alarma en Madrid, ha criticado que el "déspota" Pedro Sánchez ha "secuestrado" a los españoles: "El PSOE y el PP están jugando a una partida de ajedrez donde los españoles son los rehenes" .
Encuesta inédita
Probablemente si el CIS ya no pregunta por la monarquía es porque los resultados caerían como una jarro de agua fría en La Zarzuela. Ante este silencio demoscópico, un grupo de 16 medios decidió impulsar una macroencuesta, que se ha hecho pública este lunes, coincidiendo con el Día de la Hispanidad. Los resultados son demoledores. Tanto en España como en Catalunya, la mayoría de ciudadanos reclaman poder celebrar un referéndum sobre la forma de Estado. También en los dos casos, la opción mayoritaria es la República frente a la monarquía parlamentaria heredada de la Transición.