Albert Puig es director de comunicación de la Conselleria d'Economia. Estaba en el gabinete de Oriol Junqueras el 20 de septiembre cuando la Guardia Civil irrumpió en la conselleria. Los registros llegaban 10 días antes del referéndum del 1 de octubre y en medio de lo que Puig califica de "crescendo dramático" a consecuencia de la inminente intervención de las cuentas de la Generalitat por parte del estado español.
"El gobierno español pedía unos informes mensuales para saber en qué se gastaba el dinero de la Generalitat y últimamente ya eran semanales y se dejaron de hacer", explica mientras preparamos la entrevista. El día 19, el vicepresident Junqueras salió a la rueda de prensa posterior al Consell de Govern anunciando medidas cautelarísimas ante una posible intervención. La madrugada del 19 al 20 el Estado interviene la Generalitat y ya no hay acceso al dinero. Y el día 20, a primera hora de la mañana, la Guardia Civil empieza los registros. Entran en los departamentos de Economia, Governació, Benestar Social i Exteriors, el CTTI, Hisenda, Atenció Ciutadana y el Institut Català de Finances (ICF). Los 14 detenidos, todos ellos altos cargos del Govern, la mayoría ligados a las conselleries de ERC, suponían el cerebro del referéndum.
Albert Puig está 19 horas encerrado dentro de la Conselleria d'Economia. Mientras dura el registro y hasta que se marcha el último policía.
¿Dónde estabas y cómo te enteras de los registros?
Oí por la radio que habían detenido al secretario general, Josep Maria Jové, y al secretario de Hisenda, Lluís Salvadó. Había un crescendo dramático aquellos días. Cuando llego, ya hay bastante gente en la calle. Al entrar, se unen Chakir el Homrani y Anna Simó, intentan entrar conmigo y con un guardia civil vestido de militar.
Una vez entran están haciendo el registro. ¿Dónde estaban?
Yo estaba en la planta 6, la del gabinete del vicepresident. Delante de la puerta del despacho del secretario general, que estaba en la planta 7, había un guardia civil armado delante de la puerta. Sabemos que están en la planta 8, que es donde está la dirección de servicio. A Natàlia Garriga también la detuvieron, lo supimos más tarde. Evitaban la 6, pero de vez en cuando pasaban para anunciar que cerraban el wifi o el teléfono fijo. Hay un momento que la Guardia Civil acaba sentada en los sofás de la planta 2 y en el office porque se hace muy largo. Hay 10 agentes vestidos de militares y 10 que van con el chaleco, que eran los técnicos informáticos. Unos registran y otros custodiaban a los que registran. Entraron con una orden de registro y querían revolver los despachos en general. Se tardaba en hacer porque para registrar el despacho hacía falta el propietario allí, y cada vez la cosa se iba poniendo más complicada... También supimos que Lluís Salvadó estaba detenido y lo llevaban a su despacho.
Los abogados tampoco vinieron. ¿Cómo se supervisó el registro?
Allí no viene ningún abogado. El registro se hace durante mucho rato y quien acaba asistiendo como testigo es el jefe de la asesoría jurídica del departament.
Este día fue el inicio de verdad de las hostilidades con el Estado que acabarían desembocando en el 1-O
¿El registro se alargó por la problemática de la salida?
Yo interactúo con ellos al final. Soy el último hombre en salir. A las 4, sobre las 4 y media de la madrugada. Hay un momento previo en el que se evacua la conselleria. No sabíamos qué pasaría. Estaban registrando una cosa que no podíamos ir a ver. No estaba el vicepresident, no estaba el secretario de Economia... Había mucho trabajo. Yo tenía todo el equipo absolutamente tensionado y trabajaron como valientes todo el día porque la gente llamaba para saber qué estaba pasando. Yo no salí en todo el día. Los trabajadores entraron y salieron sin ningún problema. Aquello era realmente una manifestación pacífica y con un tono muy festivo. Es el inicio de las hostilidades. Este día fue el inicio de verdad de las hostilidades con el Estado que acabarían desembocando en el 1-O, 3 de octubre, 27 de octubre... ¿Tener idea de que aquello duraría tanto? No, en ningún momento.
¿El personal de Economia colaboró con la justicia en todo momento?
Se los ayudó. Con cordialidad no, porque iban armados, pero sí con respeto mutuo. La sensación también fue que aquella gente se sorprendió mucho de lo que pasó en la calle. Estaban muy nerviosos por el material que tenían en el coche, eso lo supimos después. Nadie esperaba la respuesta de la gente. Yo creo que allí se tomó conciencia de pueblo. Prácticamente todos los detenidos son de ERC y ellos detectan que allí hay un foco preparando el referéndum. Yo creo que la gente toma conciencia de verdad de lo que íbamos a hacer y lo viene a defender.
Yo creo que allí se tomó conciencia de pueblo
¿En qué momento se decide que el vicepresident Oriol Junqueras vaya a la conselleria?
Desde la conselleria no se toma esta decisión. Yo pasé ahí desde las 9 y media de la mañana hasta la hora de salida. El 80% de mi tiempo era ir al despacho del vicepresident a mirar por la ventana. Oriol entró con el escolta, llegó a la planta 6, se sentó en su despacho. Pasó por toda la planta preguntando si la gente estaba bien, si habían comido y si necesitaban alguna cosa. Quería hablar conmigo, pero yo no paraba de entrar y salir. La situación era complicada. Nos acababan de intervenir. Había un cierto pánico de, al día siguiente, quién pagaba qué. Da vértigo. Es Salut, Ensenyament, seguridad, es todo. Es atómico.
¿Ves en algún momento la secretaria judicial?
No. Sé por dónde sale. Se le ofrece salir por detrás.
¿Quién se lo ofrece?
Los Mossos d'Esquadra.
¿Cuándo llegan los Mossos?
Muy temprano. Aparece el equipo de mediación. A partir de este momento el responsable del equipo asume la interlocución con la Guardia Civil.
¿Hasta aquel momento quién asumía la interlocución?
No había interlocución. Hay un momento en el que también la asumen los Jordis. Aquel famoso "corrillo" en el hall donde están el intendente de la Guardia Civil, los Mossos y los dos Jordis, yo me sumo un par de veces, llega a pasar 20 o 30 veces. Entran, salen... Y aquí es donde yo conozco a los dos Jordis. Hay un momento que cuando ellos deciden darlo por acabado. Ellos hablan con la gente concentrada, les piden que se vayan hacia casa... Hay un momento que les pregunto, sobre las 11 y media, si pueden mantener el cordón y hago que todo el mundo se marche. Yo decido quedarme con la jefa de protocolo.
La preocupación que yo detecté era por lo que tenían en los coches. Después descubrimos que tenían armas
¿Cuando el registro se acaba, el problema de la Guardia Civil es cómo salir de allí?
Cierto.
¿A qué hora se acaba el registro?
Lo dan por acabado a las 20h.
¿Y ven imposible salir?
Es que era imposible salir. La preocupación que yo detecté era por lo que tenían en los coches. Después descubrimos que tenían armas.
¿Por qué dejaron los coches aparcados delante de Economia?
Nadie esperaba que hubiera aquella concentración de gente. Parece que se les ofreció entrar los coches al parking.
Y los Mossos buscan una salida para la comitiva judicial...
Al final sólo la que sale es la secretaria judicial, que pasa por la terraza que da a detrás del Coliseum y sale aprovechando el final de la sesión sobre las 10 y media. Los Jordis lo que querían era garantizar la seguridad de la Guardia Civil que estaba allí dentro y asegurarse de que la gente siguiera de manera pacífica y festiva.
Fue un punto de no retorno
¿Tú que estás en alguna de las conversaciones, ves cuándo piden subir a los coches?
Las dos veces que me acerco ellos informan de todo al teniente de la Guardia Civil, ante el mediador de Mossos. Yo estoy en el momento en que dicen que darán aquello por acabado y que se marcharán a casa. Y el mosso explica que se tienen que dirigir a la gente para que se vayan. Se informa de todo al teniente de la Guardia Civil. Con mucho esfuerzo los Jordis consiguen que la gente se vaya hacia donde se están dando los conciertos. El intendente de los Mossos le dice a la Guardia Civil que quedarían sólo unos cuantos concentrados. Es un momento de toma de conciencia que se iba a hacer lo que decía un programa electoral. Conciencia de si queremos hacerlo de verdad, tendremos que defenderlo. Yo lo veo clarisimamente como una antesala de lo que pasó el 1 de octubre. A mí me llamó incluso la BBC aquel día. Fue un punto de no retorno. Fue el día que realmente descubrimos lo que era la lucha por la libertad. Los 11 de septiembres están muy pensados. 11 de septiembres habrá los que quieras, pero 20-S fue aquel día.
¿Pensaste en aquel momento que lo que pasaba en las puertas del Departament d'Economia podía acabar con una denuncia por sedición?
No, porque el sentido común me dice que tiene que haber una manifiesta voluntad de hacer daño. Y yo vi entando y saliendo a los dos Jordis unas 17 veces para hablar con el intendente de la Guardia Civil.
¿Ellos podían entrar y salir sin problemas?
Eran colaboradores absolutos. Si me preguntas si en algún lugar se estaba gestionando lo que estaba pasando, te diré que sí. En un "corrillo" que lo formaban el teniente de la Guardia Civil, los dos Jordis y el mediador de los Mossos d'Esquadra.
Todo fue muy festivo, alegre, pacífico, nada violento.
Finalmente los Mossos apartan a los que quedan...
Los Mossos avisan a la Guardia Civil de que harían una carga para recuperar los coches. Una carga quirúrgica. Fue muy rápida. No hubo ensañamiento. Era una especie de cuña que se iba abriendo, había un agente con la porra. Quedaron unas 100 personas. Todo eso se hizo después de una dispersión con las furgonetas. Cuando acaban, yo y la jefa de protocolo, a las doce de la noche, nos dirigimos a la Guardia Civil para salir, pero nos dicen que no nos pueden garantizar la seguridad, sólo en el perímetro de los Mossos d'Esquadra. Le pedí a mi mujer que hablara con los concentrados y que yo sacaría la cabeza por la ventana del despacho del vicepresident. Saco la cabeza y empezaron a gritar cosas divertidísimas: "Albert Puig, a cenar, te ha venido la mujer a buscar". Todo fue muy festivo, alegre, pacífico, nada violento.
¿Cómo fue la salida?
Mi mujer había hablado con los Mossos de fuera. Bajé con la jefa de protocolo al vestíbulo y entró un mosso preguntando por mí que nos dijo que ya podíamos salir. Salgo y levanto el puño. La gente empezó a aplaudir y gritar. Evacuamos por el lado de mar. Costó más salir por los abrazos y los besos que por nada más. Eso era sobre las tres y media de la madrugada. Durante la vuelta, iba recibiendo mensajes de diferentes personas como Marta Lasalas que me decían: "si que eres famoso, han gritado tu nombre". No, no, yo soy un triste eventual. Recuerdo que al día siguiente por la mañana estuve muy poco rato en la conselleria y estuve mucho rato en los bares de delante haciendo cafés con periodistas de El Mundo, que flipaban con lo que había pasado, con El Confidencial, con Bloomberg, con Routers, La Vanguardia... La cantidad de gente que consideró que aquello era un punto de no retorno fue atómica.
¿Mientras estabais dentro de la conselleria, sabíais lo que pasaba con los detenidos?
Como teníamos la información muy sesgada y no podíamos contrastarla con las fuentes, más que desmentir, fue pedir no publicar nada. Cuando conseguimos hablar con Pere Aragonès, que estaba en Palau, nos pusimos a desmentir eso. Entonces todo se serenó un poco. Poco a poco la información iba viniendo a cuentagotas. La detención de Josep Maria Jové, en plan peli americana, me la explicó el chófer. Como no teníamos información de primera mano, dijimos que no nos mojarímos. Lo que sabíamos, nos mojábamos y lo que no sabíamos, no nos mojábamos.
Fue como una locura que se acabaría confirmando con los golpes de porra del 1-O
¿Esperabais que todos los detenidos acabaran pasando la noche en la comisaría?
No. De eso nos damos cuenta al día siguiente. Y al día siguiente la intervención de la Generalitat es sangrante: ya no se puede hacer ningún pago y se pone en marcha un plan de contingencia. El director de orquesta, el vicepresident, siempre. Hasta el momento que se les recibe en el Palau de la Generalitat y hay una reunión yo no me puedo abrazar con el secretario general, ni con la directora de servicios... iban pasando los días y el 1 estaba encima. Al final fue como una locura que se acabaría confirmando con los golpes de porra del 1-O.
¿Los detenidos habían notado algún seguimiento? ¿Habían tomado medidas?
Hacía meses que íbamos con cuidado. Porque veían cómo actuaba el Estado. Después descubrimos que el juez de instrucción 13 hacía las escuchas desde el principio de la legislatura. ¿Por qué detienen al secretario de Hisenda? ¿Porque estábamos desplegando la Agencia Tributaría? Es todo muy kafkiano.
No encontraron las urnas pero sí mucho material para el referéndum. ¿El 20-S el referéndum peligró?
No, hasta donde yo sé. Había varios planes de contingencia. El día 20 hubo un golpe muy fuerte. Es un día que empezó muy mal y acabó muy mal. Pero, por el contrario, la sensación de toma de conciencia que alguna cosa grande íbamos a hacer y que no tenía freno, es en este momento. Y estoy hablando muy alejado de la hiperventilación de que hay en Twitter. La historia es estudiar el pasado para entender el presente. Irlanda proclama la república en 1916, son independientes en 1922 y son una república en 1940. No dejas ir un país de una manera fácil sólo votando. Yo veo el 20-S como una escenificación de que hace falta esta lucha. Si quieres una cosa, te la tienes que trabajar.