"El tío Jaume era un hombre valiente, generoso y un revolucionario que murió por Catalunya." En conversación con ElNacional.cat, Helena Compte recuerda a su tío Jaume Compte i Canelles (Castelló d'Empúries, 1897 - Barcelona, 7 de octubre de 1934), que murió con sus compañeros del Partido Catalán Proletario, Manuel González Alba y Amadeu Bardina, en manos del ejército español el 6 de octubre en defensa del país desde el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI), en la rambla de Santa Mònica de Barcelona. Con motivo de los 90 años de los hechos del 6 de octubre de 1934, Helena junto con su hermana Glòria y su prima Mireia, participarán en el acto conmemorativo que la Fundación Reeixida ha organizado este domingo (que coincide con esta fecha histórica) en Barcelona para recordar a los protagonistas públicos y anónimos que participaron en la defensa de Catalunya. Esta semana ya se han hecho actos en Girona y Valls, de donde eran los luchadores.

Los historiadores de Reeixida afirman que aquel 6 de octubre de 1934 fue "una confluencia de una triple revuelta: republicana, nacional y social", después de que el president Lluís Companys proclamara, desde el balcón del Palau de la Generalitat: "el Estado Catalán de la República Federal española". Precisamente, en el libro La formación de una identidad. Una historia de Catalunya, el historiador Josep Fontana nos propone ampliar la mirada de que lo pasó a Catalunya en 1934, que denomina "un proceso revolucionario complejo", una guerra social, donde el movimiento campesino no quería retroceder sus derechos, y contextualizarlo con una Europa donde "se estaba consolidando el avance del fascismo" y desde España se querían organizar movimientos revolucionarios para hacer frente al triunfo electoral de la derecha. Y Catalunya tenía sus reivindicaciones. 

Catalunya tenía sus reivindicaciones y fue duramente represaliada por el Gobierno, con la CEDA. Todo el gobierno del president Companys fue encarcelado, y más de tres mil personas castigadas. Con el triunfo del Frente Popular, el febrero de 1936, fueron amnistiados, después el levantamiento militar y la Guerra Civil.

Un acto político en Barcelona

Con el objetivo de recuperar la historia y la cultura de Catalunya, el presidente de Reeixida, Oriol Falguera, perseverante e incansable, ha buscado y ha encontrado familiares que hablarán de estos protagonistas escondidos por la historia de los vencedores y el silencio de los vencidos. El acto central se hará este domingo, 6 de octubre. Entre las 11 y las 12 del mediodía se hará una recreación de los hechos, y se podrán ver los escamots patrullando entre plaza Real y el CADCI. Y a las 12 del mediodía, se hará el acto político en la sede del CADCI: Intervendrán representantes de Reeixida y del CADCI; los historiadores Neus Morán y Fermí Rubiralta. Y las familias de los caídos el Seis de Octubre de 1934 en la sede del CADCI, donde se habían atrincherado para defender el Estado Catalán, Jaume Compte y Manuel González Alba, además de la familia del organizador de la revuelta, Josep Dencàs i Puigdollers. Hace unos meses, la Fundación Reeixida presentó un libro sobre el exconseller Dencàs, del cual en un esclarecedor y nada edulcorado prólogo, el historiador Joan B. Culla, descartó que fuera un fascista, como se le ha acusado desde las izquierdas.

Logotipo, editado por la Fundación Reeixida con motivo de los 90 años de los hechos del 6 de octubre de 1934.

Izada de esteladas

De esta celebración, la Fundación también ha documentado los Ayuntamientos que aquel 6 de octubre de hace 90 años izaron la estelada, y algunos lo volverán a hacer este domingo. Ha encontrado fotografías en los casos de los consistorios de Badalona, Igualada, Sitges y Vic.

La carta del tío Jaume desde la prisión

Cuando murió la madre, Helena y Glòria Compte encontraron en las cómodas un álbum de fotos que sus padres habían arreglado con el nombre al tío Jaume, además de encontrar cartas que él escribió desde la prisión, cuando en 1925 fue encarcelado por haber participado, con compañeros de Bandera Negra en el intento fallido de atentar contra el rey Alfonso XIII. Se le conmutó la pena de muerte por la cadena perpetua. Y, con la caída de la dictadura de Primo de Rivera y la proclamación de la Segunda República española, en 1931,  el activista catalán fue liberado.

En casa de Helena y Glòria, en Castelló d'Empúries, siempre se ha hablado del tío Jaume con respeto. "Los padres eran primos hermanos y los dos eran sobrinos directos del tío Jaume, que era hermano de mi abuelo," explica Helena. "Cuando tenían unos 8 años lo fueron a ver a la prisión en Barcelona y allí les decía que lo habían apaleado y señalaba al funcionario que lo había hecho. Y cuando les pedía dinero, después se lo daba a otro preso, que pasaba por ahí. Para aquellos niños, el tío era un valiente, lo admiraban", recuerda Helena.

El padre de Helena y  Glòria con 16 años fue a luchar a la Guerra Civil en el bando de Franco, y eso no impidió que se siguiera hablando del tío Jaume con respeto. El padre también ayudó a voler al padre de su mujer, que se tuvo que exiliar con el triunfo del dictador. "Tenían pensamientos diferentes, pero nunca disputas; había una estima", manifiesta Helena.

En el acto de Barcelona, Helena leerá una carta que Jaume Compte escribió a Albert, su ahijado adolescente: "Es muy bonita. Y le dice que no haga faltas al escribir en catalán: ni castellanismos, ni escriba la y", avanza a la sobrina. Precisamente, a principio del siglo XX, el venerado Pompeu Fabra era un defensor del y, frente mosén Alcover, que apostaba por la i, como al final se impuso, nos recuerda al escritor Alfred Bocsh en el didáctico libro Abriu pas! sobre la salvación y la evolución de la lengua catalana.

"Quería barrer a los políticos de la Generalitat"

De Jaume Compte se explica que decepcionado por la disolución de la República Catalana, no quiso aceptar la conselleria de Trabajo que le ofreció Macià, y más tarde tampoco aceptó la integración de Estado Catalán dentro de Esquerra Republicana de Catalunya. Entonces adoptó unos postulados revolucionarios e independentistas, y fundó un nuevo partido que adoptó los nombres de Estado Català-Força Separatista d'Extrema Esquerra y Estado Catalán-Partido Proletario, y que en 1934 se escindió en Estado Catalán y Partido Catalán Proletario.

Todo cuadra con lo que relataban los familiares. "Explicaban que el tío Jaume decía que quería ser basurero o portero de la Generalitat ¡para barrer a todos los políticos"!, revela Helena, y añade que "seguramente habría muerto en el CADCI, pero lo hizo cuando salvaba a un compañero herido". Otro recuerdo de la familia es de la querida prima Glòria Compte i Massachs, médico pediatra, que se marchó a Nicaragua y el Brasil a ayudar a las mujeres, y que un cáncer se la llevó demasiado joven."Los padres eran de derechas, pero respetuosos, y de la prima Glòria decían: 'Que haremos, Glòria es como el tío Jaume', dedicada a los que lo necesitan."

El CADCI, expoliado y no reparado

La familia Compte -"solo quedamos mujeres", indica Helena- está muy agradecida de este reconocimiento por| los 90 años del 6 de octubre, e, incluso, la hija de Helena que vive en Mallorca, Marta, asistirá al acto de Barcelona. Hasta ahora, en Castelló d'Empúries, el Ayuntamiento, con el impulso de la Fundación Reeixida, ha puesto una placa en recuerdo de Jaume Compte, pero sin invitar a la familia a ningún acto. Tampoco lo hizo el sindicato de la UGT, cuando en 1987 puso una placa en recuerdo de aquellos luchadores muertos, y después de años que no hacer aspavientos por seguir ocupando la sede del CADCI. En democracia, el Gobierno recuperó el edificio que transfirió al Ministerio de Trabajo, el cual no lo entrego a sus propietarios, sino al sindicato. Antes, con el dictador, lo ocupó la Falange. Eso sí, el ministerio ha dejado que los miembros de la entidad ocupen un pequeño espacio.

Placa conmemorativa a los caídos el 6 de octubre de 1934, en sede del CADCI / Foto: Carlos Baglietto

Precisamente, al acto de Barcelona, Neus Moran autora de la tesis doctoral El CADCI. Guerra y memoria expoliada, recordará cómo esta entidad fue fundada en marzo de 1903 por los dependientes de Barcelona, los llamados saltataulells. Moran explica que la adquisición de la sede en 1913 "marcó un hito para la entidad": se conseguía comprar el edificio del número 10 de la rambla de Santa Mònica con las aportaciones populares. Un edificio -añade- que permitió ampliar las actividades (culturales, mutuales, educativas, deportivas y sindicales), perfilar una imagen prestigiosa dentro del catalanismo popular y tener un epicentro para las acciones de reivindicación obrera y nacional.

En un artículo, la historiadora sostiene: "El 6 de octubre de 1934 el CADCI era defendido por una cuarentena de revolucionarios y cañoneado por soldados del cuartel de Drasanes. Desde aquella noche hasta el final de la guerra, el edificio se consolidó como emblema del antifascismo popular, un lugar donde se homenajeaba a los hombres y las mujeres que encarnaban la defensa de las libertades democráticas en la retaguardia y en el frente." A finales de la guerra, el CADCI tenía más de 50.000 afiliados, 11.000 de los cuales estaban combatiendo en el frente. Moran detalla que más 180 sacas con documentación fueron requisadas y trasladadas a Salamanca, y bastantes años después la entidad consiguió recuperar una parte, que cedió al Museo de Historia de Catalunya.

El litigio de los miembros del CADCI para recuperar la propiedad del edificio, en manos del Gobierno, sin embargo, continúa abierto. A finales del 2015, el Ayuntamiento de Barcelona desestimó la propuesta de la CUP para dar apoyo al CADCI para recuperar este edificio y convertirlo en un Espacio Memorial de la República: los grupos de CiU, Bcomú y ERC se abstuvieron en la votación, mientras que PSC, PP y Cs votaron en contra.

"Ahora, en esta época difícil, nos toca no perder la esperanza", afirma Helena Compte. Y la Fundación Reeixida invita a todo el mundo a hacer país, conociendo este episodio de Catalunya, este domingo, al CADCI.

El actual edificio del CADCI, en el número 10 de la rambla Santa Mònica, continúa ocupado por la UGT / Foto: Carlos Baglietto