Este año el 8-M será más un calvario que no una fecha señalada para hacer campaña. Al menos en Ferraz. Y los motivos son varios, porque el PSOE recibirá dardos por todos los lados. El 8 de marzo de este año está marcado por las más de 700 rebajas de condenas a agresores sexuales en beneficio de la ley del 'solo sí es sí', por la guerra abierta con Podemos sobre cómo reformar la ley estrella del Ministerio de Irene Montero y, ahora, por el nuevo escándalo del caso 'Mediador y el Tito Berni': mientras el partido defiende la abolición de la prostitución, un diputado socialista ha estado sumergiéndose en la corrupción a través de la cocaína y las prostitutas.

En primer lugar, todavía está candente la mayor crisis por la cual ha pasado el gobierno de coalición de PSOE y Podemos: las rebajas constantes —ya con decenas de excarcelaciones— de agresores sexuales en beneficio de la ley del 'solo sí es sí', por el retoque que se hizo a las horquillas de las penas. Se trata de una de las armas más potentes que tiene el PP para hurgar en la reputación del PSOE: en cada cara a cara en el Senado, Alberto Núñez Feijóo acusa a Pedro Sánchez de ser el presidente del Gobierno "menos feminista de la historia". Por mucho que los socialistas se defiendan recordando que el PP acostumbra a votar siempre en contra de cualquier ley que suponga un avance para los derechos de las mujeres, la ley que ha provocado los centenares de rebajas de condenas a agresores sexuales lleva la firma del PSOE y Podemos.

Las dos versiones que dan los socios del Gobierno son bien conocidas. Podemos culpa a los jueces españoles, y asegura que los profesionales de la justicia hacen una mala interpretación de la ley y "una minoría" de estos no aplica correctamente el derecho transitorio. El PSOE ha optado más por tocar de pies en el suelo y admitir que "la ley provoca efectos no deseados" y ha optado por ponerse manos a la obra: ha presentado una proposición de ley en el Congreso en solitario para reformar la ley volviendo a distinguir entre violaciones con violencia y/o intimidación, y agresiones sin ninguno de estos dos elementos.

Podemos, que es el partido que consigue sacar a más mujeres a la calle el 8-M, ha aprovechado esta maniobra socialista para hacer campaña en favor suyo, y hacer de la disputa con su socio de gobierno una virtud. Este viernes anunció que votará en contra de reformar la ley estrella del Ministerio de Igualdad, y ha mantenido el tono beligerante contra el PSOE: acusa a su socio de querer volver "al Código Penal de la Mandada" porque "le tiemblan las piernas".

El 8-M agafa el PSOE a contrapeu: la reforma del ‘només sí és sí’ i l’escàndol amb prostitutes

 

El PP aplaudiendo de pie en la víspera del 8-M

El PSOE intentó sacarse al muerto de encima cuanto antes mejor, e intentó tramitar urgentemente la reforma de esta ley. Pero Podemos y otras formaciones feministas del Congreso han sabido jugar sus cartas y provocar un escenario muy incómodo para los socialistas. El PP se comprometió a dar su apoyo a una reforma de la ley fuera como fuera; y denegando la solicitud del PSOE de tramitar de forma urgente la reforma de la ley del 'solo sí es si', Podemos ha conseguido que, por cuestiones de calendario parlamentario, los socialistas puedan vivir este martes una pesadilla: tener delante suyo al PP aplaudiendo de pie la toma en consideración de reformar una ley feminista en la víspera del 8-M.

Imagen de archivo de una manifestación para el 8-M en Barcelona / Foto: Sergi Alcàzar

Las prostitutas del 'Tito Berni'

La cosa no acaba aquí. Por si el escenario no fuera lo bastante incómodo, el nuevo problema del PSOE ha surgido de sus propias filas. Las investigaciones de una jueza de Santa Cruz de Tenerife sitúan al ya exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes al frente de la trama corrupta del 'Mediador'. Fue expulsado del partido e instado a abandonar su escaño hace un par de semanas precisamente por las informaciones que empezaban a filtrarse. Y el problema, es que el caso de corrupción está aliñado con pinceladas que tensan todavía más el 8-M: los implicados en la trama organizaban fiestas y orgías con cocaína y prostitutas. El caso del 'Tito Berni' hace tambalear el discurso abolicionista de la prostitución que sostiene al PSOE.