Una euroorden como en el caso de Carles Puigdemont no le servirá al juez Pablo Llarena para intentar hacer volver a Anna Gabriel a España y juzgarla. Así lo ha explicado el abogado suizo de origen asturiano, y especialista en derecho civil, penal y extranjería, Daniel Ordás. "Suiza está dentro del tratado de Schengen pero no de la Unión Europea y eso no permitiría la aplicación de una euroorden", ha destacado Ordás en una entrevista a Rac 1.
Este hecho haría que extraditar a Gabriel sólo fuera posible a través de "negociaciones diplomáticas" entre los dos países. "Podría ser extraditada pero sería bastante más complicado que si estuviera en un país de la UE. Además, el Consejo Europeo, del que forma parte Suiza, excluye específicamente los delitos políticos para ser extraditado", ha explicado Ordás.
Además, Ordás ha explicado que el delito de rebelión no existe como tal en Suiza y que lo que más se le parece habla abiertamente de que "haya violencia". "El artículo de la Constitución suiza que sería equivalente al de rebelión en España sería el 265, que se llama de 'alta traición', pero se tendría que ver si se cumplen los requisitos porque de lo que se acusa Anna Gabriel se pueda considerar en Suiza de alta traición".
Sin embargo, el abogado ha sacado trascendencia jurídica al hecho de que Gabriel se quede en Suiza porque no cree que "hubieran decretado prisión" para ella y lo ha enmarcado en un acto de simbolismo político. "Es un gesto estratégico. Carles Puigdemont está en la sede de la Unión Europea y Anna Gabriel en la sede de las Naciones Unidas en Europa, en Ginebra".
Gabriel ha explicado este martes en un diario suizo que tiene previsto plantar al Supremo y quedarse en Suiza, donde no descarta pedir asilo político.