A falta de mayorías parlamentarias por parte del PP y Vox en el Congreso, la derecha judicial española ha activado todos los resortes para crear un estado de opinión contrario a la ley de amnistía que el PSOE ha pactado con Esquerra Republicana y está terminando de pulir con Junts per Catalunya. El bloque conservador del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el mandato caducado y formado por ocho magistrados de los 16 disponibles, ha forzado la convocatoria de un pleno extraordinario este lunes a las 7 de la tarde para abordar una declaración institucional por la ley del olvido que tiene que servir para desencallar la investidura de Pedro Sánchez. De la misma manera también se ha movido la Audiencia Nacional.
La derecha española ha engrasado la maquinaria en las últimas horas. En la perspectiva política, el PP y Vox tienen una mayoría insuficiente en el Congreso, si bien hace semanas que agitan la calle con manifestaciones en contra de la amnistía, como las que se han hecho en Barcelona o en Madrid. Los conservadores se han servido de la mayoría popular en el Senado para alimentar la oposición a la norma del olvido, convocando la Comisión General de las Comunidades Autónomas o promoviendo una reforma del reglamento para retrasar su aprobación.
En paralelo a la ofensiva política, la judicatura conservadora está al acecho, a la espera de movimientos de las fuerzas progresistas, pero se han adelantado a los acontecimientos y han tirado millas antes de ver su alcance real. Para que la declaración institucional salga adelante son necesarios los votos de al menos nueve vocales del CGPJ. De entrada contará con el apoyo de los ocho vocales del ala conservadora que han firmado la petición y se prevé que voten en contra los seis del sector progresista. La incógnita es saber qué votarán los otros dos, identificados como progresistas: el mismo presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte y el vocal Wenceslao Olea.
A pesar de tratarse de una declaración institucional —que tan solo evidencia un posicionamiento y no tiene efectos jurídicos—, la postura del CGPJ puede ayudar a alimentar el ruido contra la amnistía y contra los planes de Pedro Sánchez. Y más tratándose de un órgano de gobierno que tiene el mandato caducado desde el 2018 y que mantiene la misma mayoría conservadora, a propuesta del PP, desde el 2013. El afán de bloqueo por parte del PP ha hecho imposible el acuerdo para renovar la cúpula y la mayoría conservadora es de facto una mayoría de bloqueo, que ha tenido efectos en más de una ocasión. En cualquier caso, los tiempos nunca son secundarios. Los jueces de la derecha han empujado al debate al CGPJ justo en medio de las negociaciones entre el PSOE y Junts per Catalunya, en un momento clave y trascendental para que se resuelva el enigma definitivo.
En los últimos años, todos los intentos por renovar la cúpula judicial han resultado ser un fracaso y nada hace pensar que el PSOE y el PP lleguen a un acuerdo a corto plazo. La dimisión de Carlos Lesmes hace un año parecía ser el impulso para encauzar un consenso que se quedó a medias. Mientras Europa insistía e insiste en la necesidad de cambiar el CGPJ, Sánchez y Feijóo se reunieron de urgencia en el 2022, pero el PP acabó suspendiendo las negociaciones ante la derogación de la sedición promovida por ERC y el PSOE.
La guerra interna en el CGPJ
La propuesta para abordar la amnistía en un pleno extraordinario es una iniciativa de los vocales Carmen Llombart, José Antonio Ballestero, Francisco Gerardo Martínez-Tristán, Juan Manuel Fernández, Juan Martínez, José María Macías, Nuria Díaz y Ángeles Carmona. Los ocho con el mandato caducado y en el cargo a propuesta del Partido Popular. Con este pleno extraordinario, la rama derechista quiere abordar la amnistía, que consideran "una medida de abolición del estado de derecho, que violenta la Constitución y convierte la Justicia en una quimera", según afirman en el texto que se hizo público el pasado miércoles.
La petición de los ocho conservadores ha dejado con la boca abierta a los llamados progresistas. Según explican, ven la ofensiva derechista como "una incitación a la revuelta y a un golpe de Estado de los jueces", al considerar que los magistrados y juristas en el cargo a propuesta del PP tratan de "intervenir abiertamente en la política". Consideran que se trata de "un paso sin precedentes" por parte de vocales del CGPJ, el órgano de gobierno de los jueces, que han impulsado "una iniciativa de extrema gravedad", "inadecuada" y "abiertamente fuera de lugar" que "atenta contra la separación de poderes", al buscar condicionar la actividad constitucional de los poderes Ejecutivo y Legislativo, antes de que se haya ni siquiera aprobado la hipotética ley que quieren tumbar y sin conocer el texto.
La maniobra de la Audiencia Nacional con los CDR y Rovira y el compás de Aznar
Ante la confirmación de que la amnistía contempla los 12 miembros de los CDR procesados por terrorismo y los encausados por el Tsunami Democràtic, la Audiencia Nacional y la Guardia Civil han movido ficha este viernes al mediodía. Por un lado, la Audiencia confirmó que los 12 vecinos vinculados la Operación Judas irán a juicio, tal y como acordó el magistrado instructor. Del otro, la Guardia Civil entregó un informe a xla Audiencia que investiga a los organizadores de la plataforma Tsunami Democràtic, en el que reiteró, sin nuevas pruebas, que la secretaria general de ERC, Marta Rovira, fue parte activa en la "coordinación" de actos del movimiento que, entre otros, intentó colapsar el Aeropuerto del Prat.
El marco también lo ha dibujado el expresidente del Gobierno José María Aznar, que vuelve a marcar el compás de la derecha. Ya lo hizo incitando a las movilizaciones a la calle contra la amnistía y este jueves volvió a preguntar la movilización social contra la reelección de Pedro Sánchez, a quien considera "un peligro para la democracia constitucional española". El uso de las palabras tampoco es en vano, dado que exigió "no inhibirse" ante la situación del país: "El que pueda hablar que hable, el que pueda aportar que aporte y el que pueda moverse que se mueva". Pues las piezas en el tablero ya han hablado, han aportado y se han movido.