Acosar a una mujer que acude a una clínica para interrumpir voluntariamente su embarazo o a los profesionales que los realizan es delito desde este jueves, castigado con una pena de entre tres meses y un año de prisión o trabajos en beneficio de la comunidad. La reforma del Código Penal, publicada el miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), castiga a quien "obstaculice el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo" y acose a una mujer "mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad". También quien acose a los profesionales sanitarios que realizan abortos y a los directivos de los centros habilitados para interrumpir el embarazo, ante los que suelen concentrarse miembros de asociaciones provida.
La ley considera "imprescindible garantizar una zona de seguridad" alrededor de esos centros para garantizar la intimidad de las mujeres, su libertad y su seguridad física y moral, así como sus derechos sexuales y reproductivos. Para perseguir este acoso no será necesaria la denuncia de la persona agraviada y, según la gravedad del caso, el tribunal podrá imponer también al condenado la prohibición de acudir a determinados lugares durante un periodo de entre seis meses y tres años. En la ley se destaca que se siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que pidió asegurar la confidencialidad de las mujeres que deciden abortar, y se recoge un informe de 2018 de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo que alertaba de que miles de mujeres se habían visto "increpadas, insultadas, coaccionadas o amenazadas de algún modo" al acudir a esos centros. La norma, impulsada por el grupo parlamentario socialista, fue aprobada el pasado 6 de abril en el Senado con la oposición del PP y Vox.
La reforma de la ley del aborto
La nueva ley del aborto que plantea el Gobierno permitirá que las mujeres de entre 16 y 18 años puedan hacerlo sin el consentimiento paterno. En una comparecencia a finales de febrero, Montero dijo que hay que garantizar que puedan acceder a ello "de forma autónoma" y, por eso, se eliminará este requisito que introdujo el PP. "Igual que son responsables para trabajar y mantener relaciones sexuales, lo son para decidir sobre sus cuerpos", dijo la titular de Igualdad. Montero también afirmó que la nueva norma eliminará la obligación de reflexionar durante tres días antes de abortar y aseguró que las mujeres lo podrán hacer "sin ningún tipo de obstáculo". Además, la ministra de Igualdad ha dicho que garantizará que todos los hospitales públicos cuenten con profesionales que practiquen abortos. "La objeción de consciencia tiene que ser compatible con el derecho al aborto", argumentó. Montero subrayó que el texto será un "cambio de paradigma" en la visión sobre la salud de la mujer para que no esté centrada en la gestación e incorpore el "disfrute" de la sexualidad y el respeto a todas las preferencias sexuales.