Si cualquier jornada electoral representa un reto logístico para activar las mesas y garantizar el buen funcionamiento de las votaciones, en el caso del referéndum del 1 de Octubre la complejidad se multiplicó exponencialmente y se acabó convirtiendo en una carrera de obstáculos contra reloj. Para hacer frente a esta situación, junto con las urnas, los colegios electorales del 1-O recibieron además de las papeletas y la documentación electorales, el manuales de instrucciones sobre el desarrollo de la jornada electoral, pero también instrucciones precisas sobre el funcionamiento del censo universal y como se tenía que hacer la recogida de datos para garantizar el éxito de la votación.
El 1 de Octubre 5 años después: el día en que el pueblo doblegó al Estado
Aunque había una orden general de destruir las actas y la documentación para evitar represalias, ElNacional.cat ha podido acceder a documentación que sí que se conservó escondida y con la cual se puede comprobar cómo se registró la votación en las correspondientes actas y cómo se hizo el recuento para garantizar la transparencia y la seguridad de la votación.
Manuales de instrucciones para el 1 de Octubre
El manual de instrucciones del 1 de Octubre para los miembros de las Mesas Electorales reproduce las normas de funcionamiento habitual de cualquier jornada electoral. Eso sí señala el hecho de formar parte de la mesa como un "deber cívico e ineludible" si bien, obviamente, se ahorraba el habitual amenaza de delito electoral en que incurre quien no se presente a la mesa donde ha sido requerido. Entre las instrucciones que incluye el manual, figura como se debía actuar en caso de que la votación quedara interrumpida durante más de una hora y los pasos a seguir si había que suspender la votación. Igualmente, se incluye las instrucciones para el recuento, la comunicación de resultados y el traslado de la documentación, lo que se consideraba uno de los momentos más delicados de la jornada.
El censo universal tenía un propósito muy claro, según se advertía en las instrucciones que recibieron los responsables de las mesas y de la administración: "garantizar que cualquier persona presente en el censo electoral pueda votar desde cualquier colegio electoral del Referéndum".
Esta fue una instrucción clave dado que los responsables de las mesas tuvieron que aprender a actualizar las IP a medida que iban siendo tumbadas por los piratas informáticos que atacaron a lo largo de la jornada el censo universal. Junts con las instrucciones, los responsables de las mesas fueron recibiendo a lo largo del día direcciones IP para evitar los ataques informáticos que intentaban bloquear el sistema.
El último reto de la jornada era la votación, uno de los pasos que se consideró que concentraba un mayor riesgo ya que, de nuevo, las urnas y los votos podían quedar expuestos ante nuevas operaciones policiales. Así se advirtió a los voluntarios que participaron en este último procedimiento, tal como explica una de las testimonios que intervino y que ha sido entrevistada para este reportaje.
Una última instrucción concretaba como se tenía que hacer este recuento, a nivel de municipios y posteriormente de comarcas, hasta centralizar los datos. En este instrucción se establecía con claridad el responsable de cada uno de los pasos, cómo se tenía que desarrollar la operativa y qué tipo de equipamiento técnico era necesario.
La meticulosidad con que se preparó todo el procedimiento electoral del 1-O incluye todo el material electoral habitual en cualquier cita en las urnas, para identificar las mesas e interventores. Incluso se había previsto el justificante de votación para quién lo pudiera requerir.