La línea orbital es uno de los grandes reclamos históricos del país más allá de Barcelona. El tren que tiene que conectar Vilanova i la Geltrú y Mataró pasando por el interior cuenta con un Plan Director Urbanístico y la reserva de suelo aprobado el año 2010. Significaría la conexión de toda la segunda corona metropolitana con tren por primera vez a la historia sin mirar hacia Barcelona, ya que el actual trazado ferroviario tiene situaciones anómalas como Vilanova y Vilafranca, dos capitales de comarca de la veguería del Penedès que tienen vínculos históricos, no cuenten con un trazado de transporte público ferroviario. Otro ejemplo es la falta de conexión directa entre las capitales de los vallesos. Precisamente, el acuerdo entre el PSC y los Comuns para la investidura de Salvador Illa incluye el punto "de impulsar la movilidad sostenible en la segunda corona metropolitana", destacando el área de los vallesos "a través de la línea orbital".
El Govern en solitario del PSC quiere sacarle el polvo a este proyecto que fue enterrado por la crisis del 2008. La consellera de Territori, Sílvia Paneque, aseguró hace tres semanas en el Parlament que el proyecto podría ser una realidad "a medio plazo". De hecho, la línea orbital, como aseguró la misma consellera, entrará dentro del nuevo Plan de Infraestructuras del Transporte de Catalunya y el nuevo Plan de Rodalies 2025-2030. La línea orbital proyectada en el 2004 y concretada en el 2010 incluía 120 kilómetros (68 kilómetros de nueva creación), 39 estaciones (18 de nueva creación), 12 intercambiadores con Rodalies y Ferrocarriles y dos horas de trayecto del Garraf hasta el Maresme, con un total de 96.000 pasajeros de 26 municipios y 6 comarcas (Garraf, Alt Penedès, Baix Llobregat, Vallès Occidental, Vallès Oriental y Maresme).
Entonces, la previsión era de un coste total de 1.226 millones de euros -con los costes actuales podría llegar a ser el triple- e indicando que en principio la administración competente para su ejecución sería el Gobierno, aunque con el traspaso de Rodalies tendría que ser la nueva empresa que tendrá que gestionar las infraestructuras ferroviarias catalanas. El más costoso es el tramo de Martorell-Terrassa-Sabadell-Granollers, con 466 millones de euros; el tramo entre Granollers y Mataró es de 483 millones de euros; mientras que el tramo entre Vilanova y Vilafranca sería de 277 millones de euros. Una de las vías de financiación del proyecto podrían ser los fondos europeos, pero a falta de un presupuesto concreto, el Parlament se pone bien para sacar adelante el proyecto, ya que en los últimos años se han aprobado varias propuestas de resolución y mociones que reivindican este proyecto.
El Parlamento insiste en el proyecto y el Gobierno fija prioridades
Los últimos han sido dos propuestas de resolución (de Comuns y ERC), que instaba al Gobierno a licitar los estudios informativos y los proyectos constructivos que todavía no se hayan llevado a cabo con el fin de articular la Línea Orbital Ferroviaria que haría posible la conexión ferroviaria entre Vilanova i la Geltrú y Mataró. Pero no solo eso, sino que esta semana la cámara catalana ha aprobado, a petición de ERC, una moción en este sentido con los votos favorables de PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP. Quien también quiere propulsar este proyecto son los alcaldes. La Asociación de Municipios del Arc Metropolità de Barcelona ha trasladado esta demanda al actual ejecutivo en varias ocasiones. Sobre todo, a la conselleria de Territori, ya que el orbital sería una herramienta fundamental para la región metropolitana ante la necesidad de sus ciudades de crecer.
La prioridad a estas alturas por parte del ejecutivo sería conectar Terrassa y Granollers, pasando por detrás de Barberà del Vallès. La segunda, entre Viladecavalls y Martorell y, para el final, quedarían los dos extremos: de Vilanova a Vilafranca, y de Granollers en Mataró. Se aprovecharía, por eso, actuales trazados, como la R4 entre Vilafranca-Martorell; la R4 entre Terrassa y Sabadell; y la R3 entre Mollet del Vallès y Parets del Vallès. Al fin y al cabo, sin embargo, se da por hecho que estará a largo plazo.
Uno de los impedimentos en su momento para sacar adelante este proyecto es que técnicos creían que no era del todo viable, ya que una gran parte del trazado proyectado es bajo tierra y a través de túneles. A modo de ejemplo, la mayor parte del trazado de que se dibujaría al tramo entre Vilanova, Sitges, Sant Pere de Ribes, Canyelles, hasta Vilafranca sería a través de un túnel, un hecho, ahora mismo, poco imaginable. En su momento también se recogieron firmas en contra de la línea orbital, porque pasa por campos, viñas y territorios de finca privada.