Adrià Carrasco, el activista de los CDR acusado de rebelión y terrorismo buscado por la policía desde el mismo día que detuvieron a Tamara Carrasco, ha aparecido en Bruselas. Es la primera vez que el mundo conoce la cara de Adrià, un joven de 25 años que se ha exiliado a la capital belga igual que en su momento lo hizo el presidente Carles Puigdemont, los exconsellers y el rapero Valtònyc.
El joven tomó la decisión de exiliarse para "poder seguir luchando y mostrando al mundo lo que hace el estado español" y porque está convencido que en España no podría disfrutar de un juicio justo. Volviendo a hacer referencia al referéndum, Adrià ha recordado la violencia y la represión policial del 1-O: "Los catalanes votamos y el Estado contestó con violencia indiscriminada".
El activista de los CDR ha dejado claro que "el pueblo catalán no esconde la cabeza bajo el ala, sale a la calle para rechazar la represión fascista". Esta represión, según Adrià, "no es nueva porque el fascismo murió en la cama y no se han llegado a limpiar las instituciones de este fascismo", ha sentenciado desde Bélgica.
"Somos cabezas de turco"
Adrià asegura que tanto él como Tamara Carrasco son "cabezas de turco" que el Estado utiliza para "atemorizar a la población". En la misma línea ha expuesto que el delito de rebelión que se le atribuye no se entiende porque no ha habido violencia en sus actos, añade que "el Estado intenta buscar esta violencia de la rebelión en los CDR".
Finalmente, Adrià Carrasco ha "exigido" la retirada de sus cargos, los de Tamara, los del rapero Valtònyc, los de todos los presos políticos y el resto de exiliados.