Después de que el pasado miércoles los planes del PSOE de aumentar el gasto de Defensa llevaran a Unidas Podemos a exigir una reunión de urgencia, este domingo la vicepresidenta Yolanda Díaz rebaja la urgencia de la nueva crisis del Gobierno. En una entrevista en El País, ha evitado posicionar sobre el gasto militar, ya que quiere tener "un debate tranquilo y sosegado", pero si ha asegurado: "Nada romperá el Gobierno, porque no hay alternativa a la coalición progresista".
Díaz reconoce que entre los dos partidos que conforman el Gobierno hay diferencias, siendo el gasto militar uno de los puntos calientes entre las dos formaciones. A pesar de todo, ante la pregunta sobre si la continuidad del Ejecutivo ha estado en peligro, ha sentenciado: "Nunca. Los peores momentos de peligro tuvieron que ver con una diferente interpretación de la reforma laboral". La vicepresidenta ha insistido en que su marca es negociar y no levantarse de la mesa, lo que sería su plan de cara a los nuevos presupuestos. Todo, queda muy lejos de la urgencia con la cual el 6 de julio se amenazaba al PSOE con una revisión del pacto de la coalición.
El proyecto Sumar
El pasado viernes, Díaz se dio un baño de masas al presentar su nuevo proyecto político: Sumar. A pesar de las felicitaciones y los golpecitos en la espalda, la vicepresidenta es muy ambigua en su definición de lo que es Sumar. "No es un proyecto electoral, es un movimiento ciudadano. (...) Alzaremos un proyecto de país", ha afirmado en El País, donde se le ha cuestionado si no es un punto de partida muy similar a lo que tenía en su momento Podemos. "No es lo mismo, Podemos nunca se ha configurado como un movimiento ciudadano. Aquí decidirá el movimiento, así que tome su rumbo y despliega velas, si quiere ser alguna cosa más", ha respondido.
Justo con esta respuesta se plantea otra incógnita, que será de este movimiento ciudadano, ya que su participación electoral Díaz la deja al aire. Cuando se le pregunta si esta ambigüedad puede jugar en contra del mismo proyecto de Sumar, Díaz se defiende: "Lo que es importante ahora mismo es abrir un espacio al pensamiento, al país que queremos".
Sobre lo que si insiste la vicepresidenta es que el nuevo proyecto quiere otra España. Alegría, esperanza o futuro, son algunos de los términos que repite Díaz para referirse a la España que plantea, por el contrario, ha esquivado hablar de ser de izquierdas a la entrevista: "Los fetiches no me gustan. ¿Subir el salario mínimo, defender la sanidad pública o el uso social de los algoritmos es de izquierdas? ¿Qué es la izquierda? ¿Qué es la progresía? Qué es la derecha en el mundo actual?".