El ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno, José Manuel Albares, ha admitido que conseguir la oficialidad del catalán en la Unión Europea podría tardar "meses". Y es que el ministro español ha explicado que el pasado martes la presidencia de la Unión Europea, que recae en Sánchez, pidió unos informes sobre el impacto material y presupuestario de la oficialidad del catalán y que tendrá que realizar una comisión. "Nos permitirá formalizar el compromiso con los otros estados", ha explicado Albares, quien ya ha remarcado que todo el coste recaerá en el Estado español. Estos informes servirán para que los estados puedan estudiar la propuesta del Estado español, que lo tendrá que circular formalmente. El principal problema es que estos informes suelen tardar unos "dos o tres" meses en hacerse y, por lo tanto, se podría descartar que el próximo 15 de noviembre los estados aprueben la oficialidad del catalán.

Recuerda que el irlandés tardó dos años

Sin embargo, el ministro del Gobierno ha admitido que todo se está llevando a cabo en unos tiempos "inusualmente rápidos". "Lo más importante no es la velocidad, lo importante es conseguir la propuesta de que incluya la luz verde de los 27", ha subrayado Albares, quien ha recordado que en el caso del irlandés se tardó dos años. "El tiempo europeo es diferente del nacional", ha asegurado. De hecho, Albares ha querido remarcar que el objetivo es que los otros estados puedan evaluar la propuesta a fin de que no les afecte singularmente en su caso.

El ministro de Asuntos Exteriores españoles ha reivindicado, al mismo tiempo, que se trata de la primera vez que un estado lleva a cabo una propuesta de estas características en el Consejo General de la Unión Europea. "Nunca un idioma que no sale recogido en la lista de los idiomas de los tratados o del reglamento 1.58, que especifica el régimen lingüístico europeo, había sido solicitado por un Estado miembro que se incluya", ha explicado Albares. De hecho, también ha recordado que el Gobierno ya tiene varios convenios y acuerdos para que instituciones europeas hagan traducciones al catalán.

La especificidad del catalán, clave

Para evitar que el caso español pueda afectar a los otros estados, Albares ya propuso, durante el día de ayer, que el caso del catalán, el euskera y el gallego tenga "especificidad". Es decir, que sean casos únicos dentro de la Unión Europea. "Son lenguas de uso legal en el Congreso y en el Senado y tenemos suscritos casi en todas las administraciones europeas para que el catalán se pueda utilizar", ha explicado Albares, quien cree que el caso del catalán será "fácil" de aplicar por la gran cantidad de hablantes y de traductores que hay. El objetivo, por lo tanto, es que el Estado español consiga convencer a los otros 26 de la UE de que la oficialidad del catalán, euskera y gallego solo afectará a la realidad española.

Sobre los obstáculos con Letonia, Albares ha explicado que ya habló con el ministro, tal como explicó este medio. "Nos hemos emplazado con mi colega letón para resolver todos sus comentarios y para estar seguro de todas las implicaciones", ha explicado el ministro español.