El coordinador general de Izquierda Unida y ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, pide al bloque de la izquierda y a un eventual gobierno de coalición entre PSOE y Sumar "emprender las reformas necesarias" para adecuar el Estado a la plurinacionalidad y valora positivamente que la amnistía "puede ser un primer paso para desenquistar" el conflicto en Catalunya. Así consta en el borrador del informe político que dará a conocer esta tarde ante la Coordinadora Federal de partido y en el que destaca que el independentismo catalán "será determinante" en el nuevo tablero político de España, a pesar del "duro revés" que sufrió en las urnas.
"Más allá de la cuestión institucional, ha llegado el momento de asumir los grandes retos de país y emprender las reformas necesarias para adecuar, en última instancia, el Estado a la realidad política, social y cultural", apunta Garzón. Asimismo, enmarca "la plurinacionalidad en una visión republicana y nítidamente federal" que esté ligada a las cuestiones sociales y, por eso, argumenta que "la cuestión territorial y la social tienen que ir de la mano" para que "todos los territorios avancen juntos" y "ninguno se quede atrás".
O Gobierno de coalición o elecciones
Garzón vaticina una respuesta "furibunda" del bloque de la derecha a estas reformas y pone como ejemplo la reacción de los diputados de Vox y PP en el Congreso durante la pasada sesión durante el uso de las lenguas cooficiales del Estado: "Pero no tenemos que tener miedo", asegura. Por eso, subraya el líder de IU la idea de que "hay que alterar la selectividad estratégica del Estado" para acabar con las tendencias e inercias que "hacen que los conflictos políticos se resuelvan de manera natural, casi siempre a favor de los intereses de las oligarquías".
En este sentido, el coordinador de IU cree que solo hay dos alternativas "plausibles" al nuevo escenario político en los próximos meses: o bien un Gobierno de coalición, que sirva para mejorar la vida de la clase trabajadora y las posiciones de la izquierda, o una nueva convocatoria de elecciones generales. "Un acuerdo de gran coalición no es posible mientras opere la lógica de polarización ideológica entre bloques y la investidura de Feijóo está condenada al fracaso", descarta Garzón.
Diluir Sumar como "un partido más" en un nuevo "frente amplio" para recoser la izquierda
Después de un tímido alto el fuego postelectoral, parece que ahora continúa el movimiento de siglas y partidos a la izquierda española. Si bien Sumar, el partido de la vicepresidenta del gobierno en funciones, Yolanda Díaz, parecía haber pacificado relativamente el espacio, consiguiendo comerse y reunir Podemos, Izquierda Unida, Compromiso, Más País y el resto de partidos no independentistas a la izquierda del PSOE en las diversas regiones del Estado, vuelve la incertidumbre precisamente de la mano de uno de los que han sido los más favorables a Díaz: Alberto Garzón. El coordinador federal de Izquierda Unida ha propuesto construir un nuevo "frente amplio" de izquierdas, en el cual Sumar sea "un partido más", y no la plataforma que lo reúna todo.
Según ha adelantado elDiario.es este viernes, una vez pasadas las elecciones, Garzón quiere que la izquierda haga una reestructuración y confluya en una nueva gran plataforma que no se limite a ser una coalición electoral bajo las siglas de Yolanda Díaz: "Un espacio en el cual el partido Sumar, que está formando sus propias estructuras, sea un partido más", apunta. Una plataforma, explica, en la cual "todos los partidos y coaliciones se sientan cómodos, representados y partícipes". Algunos ejemplos que ponen serían las experiencias de Unidas Podemos (la unión que formaron Podemos, Izquierda Unida y Equo), o de los comunes en Catalunya, reuniendo a los "indignados", a Podemos, el PSUC e ICV; Compromís, en el País Valencià, el Frente Amplio (HACE) en Uruguay, o el proyecto de Gabriel Boric en Chile.
Sumar y tensiones en la izquierda española
Yolanda Díaz, que proviene del Partido Comunista de España (PCE), formación que a su vez forma parte de Izquierda Unida, presentó el proyecto Sumar como plataforma para reunir a todo el espacio a la izquierda del PSOE y renovar caras y estilo político de cara a las elecciones generales del 23-J, después de casi una década de hegemonía de Podemos. Por eso, ha atraído nuevas caras de fuera de la política de partidos, como el diplomático Agustín Santos, número 2 de Díaz por Madrid, y ha rescatado a dirigentes de los verdes europeos o de la antigua Iniciativa por Catalunya-Verds, como Ernest Urtasun o Aina Vidal. El objetivo, "recoser" —como dijo Díaz— la brecha que se generó en este espacio político con la aparición del Podemos de Pablo Iglesias después del 15-M y el movimiento de los indignados, que desplazó y relegó a una esquina en IU. También, conseguir una unidad que favoreciera electoralmente este espacio y evitara que el reparto de escaños, que beneficia en buena parte a los partidos mayoritarios y a los más votados en circunscripciones de pocos escaños, permitiera una mayoría a PP y Vox para formar gobierno. Aun así, este proceso no ha estado exento de polémica y tensiones, como el descontento que ha generado en Podemos que se hayan "comido" sus siglas y apartado a sus dirigentes a un segundo plano, o directamente vetados, como el caso de Irene Montero.