El alcalde corta por lo sano. El Ayuntamiento de Sant Carles de la Ràpita (Montsià) aprobará el cambio de nombre oficial del municipio en el plenario del próximo 25 de noviembre, a pesar del fracaso de la consulta popular celebrada el pasado 12 de octubre. Así, la población se pasará a decir La Ràpita, ya que el equipo de gobierno asume finalmente la opción más votada en la mencionada votación: el cambio de nombre recibió siete de cada diez votos, aunque la participación no superó el umbral del 20% del censo que todos los grupos habían acordado para que fuera vinculante.
Josep Caparrós, alcalde del municipio, ha decidido sacar adelante la modificación, ya que su equipo de gobierno tiene mayoría. Además, defiende la legitimidad del proceso democrático y del resultado, mientras que los partidos de la oposición se han posicionado en contra del cambio de nomenclatura.
Una consulta nunca es vinculante
La consulta celebrada el pasado 12 de octubre se quedó a las puertas del 20% de la votación, que era el porcentaje que hacía falta para que cualquiera de las dos opciones fuera vinculante. Así, la opción de La Ràpita alcanzó solo el 18,03% del censo (2.246 votos) por culpa de una alta abstención: tan solo 3.324 personas votaron en la consulta, que representan un 26,72% del censo de 12.458 electores.
Si bien se acordó que la opción ganadora tenía que superar el 20% de los votos para ser vinculante, Caparrós ha señalado este viernes en un artículo de opinión publicado en Aguaita.cat que "la #ConsultaNom12O, como consulta popular no puede ser nunca vinculante". Entonces, ha recordado que los grupos acordaron que "si se llegaba al 20% en una de las dos opciones, el resultado se implementaba directa y obligatoriamente". "Sabéis que La Ràpita ha alcanzado el 18% y, por lo tanto, ahora es potestad del plenario valorar y acatar el resultado de la consulta", ha concluido.
Hay que respetar la decisión rapitenca
"Así es como tenemos que proceder y no valen reinterpretaciones de las reglas del juego una vez acabado el partido, ni sirven excusas para deslegitimar el resultado, ni es democrático escudarse en la gente que no votó y, sobre todo, no es democrático menospreciar la decisión de la gente rapitenca, evidentemente de los votantes, pero también de los no votantes, porque libremente decidieron no participar", ha añadido en el artículo.
Si bien el alcalde no está de acuerdo en esta tesis, la consulta pareció una especie de referéndum encubierto entre monarquía y república. Al fin y al cabo, los ciudadanos tenían que decidir si el pueblo mantenía o no el nombre que le puso Carlos III. Por otra parte, es interesante recordar que el Institut de Estudis Catalans avala la denominación de La Ràpita. Además, no existe ningún otro municipio que se llame así: La Ràpita que conocemos situada en la comarca de la Noguera y la del Alt Penedès, en realidad son pedanías de Balaguer y de Santa Margarida i els Monjos. Por lo tanto, no son municipios sino núcleos agregados.