La alcaldesa de los Baños y Palaldà (Vallespir, Catalunya Norte), Maria Costa, ha tomado la palabra en catalán durante el pleno municipal, a pesar de la sentencia desfavorable de los tribunales franceses sobre el uso del catalán en este contexto. Costa ha iniciado su intervención afirmando que "este consejo se llevará a cabo en catalán, la lengua de nuestro país", y ha asegurado que seguirá luchando por la vía judicial para que se pueda hacer las intervenciones en catalán.
Posteriormente, también ha utilizado el inglés. La alcaldesa ha explicado que quiere sentar un precedente con esta acción, que considera un acto de desobediencia. Según Costa, si el estado francés no prohíbe el uso del inglés, como ha hecho con el catalán, "se pondrá de manifiesto todavía más la discriminación". "Este hecho puede ser un nuevo argumento para llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. No es justo que haya dos lenguas europeas y que una sea discriminada mientras la otra no lo es". Con este desafío, Costa quiere demostrar que el estado francés discrimina al catalán.
La posición de Maria Costa en defensa del uso del catalán al pleno municipal es fruto de una larga batalla que ha atravesado varias etapas. Desde hace años, ella y otros defensores de la lengua han trabajado para reivindicar el derecho a expresarse en catalán en este ámbito oficial. A pesar de los obstáculos y las dificultades, Costa se ha mantenido firme en su determinación. La sentencia de los tribunales franceses contra el uso del catalán a los plenos municipales ha generado indignación y controversia. Muchos consideran que esta decisión discrimina injustamente al catalán y niega los derechos lingüísticos de la comunidad de habla catalana a la región. La alcaldesa Costa ha decidido tomar medidas para afrontar esta situación, decidida a no permitir que su lengua sea marginada.
Su intervención en catalán durante el pleno municipal es un acto de resistencia y valentía, que busca hacer visible la discriminación y generar conciencia sobre esta cuestión. Costa quiere establecer un precedente que pueda abrir el camino para futuras luchas y cambios en la protección del catalán y otras lenguas minorizadas en Francia. La inclusión del inglés en su intervención tiene como objetivo destacar la hipocresía del estado francés en relación con el tratamiento de las lenguas. Según la alcaldesa, si el inglés es permitido y aceptado sin restricciones, mientras que el catalán es restringido y prohibido, se evidencia claramente la discriminación. Eso puede reforzar los argumentos para llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y denunciar la discriminación lingüística.