El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, carga con fuerza contra la dirección estatal de su partido en su primer libro, A calzón quitao, que se publica este miércoles. El dirigente popular asegura que todas las direcciones nacionales del PP, “sin excepción”, hacen de “trituradoras” de los líderes del partido en Catalunya. Fernández habla de una estrategia “suicida” y dice que Génova “defenestra a los líderes del PP catalán hagan lo que hagan”. Entre las muchas reflexiones que hace al libro, Fernández también disuade “la obsesión” de Madrid para “encontrar un unicornio moderado” a Junts y rechaza la nostalgia del Pacto del Majestic. “Aliança empuja a Junts a una mayor radicalidad. No podemos pactar con quién quiere destruir España”, dice.
El libro se centra en tres grandes temas: los problemas “operativos” del PP para ser una alternativa a Catalunya, la “necesaria reforma constitucional” para proteger la unidad nacional, y la importancia de combatir las tesis independentistas para evitar que “se desmonte el Estado a cómodos plazos” con el apoyo de los socialistas, según denuncia.
Demasiada tutela
Sobre la primera cuestión, Alejandro Fernández carga contra la estrategia que han utilizado siempre desde Génova con los populares catalanes, centrada en “las tutelas y las sacudidas”. Para el dirigente unionista no es bueno que la dirección nacional marque la línea de todo y siempre “lo imponga todo: candidaturas, mensajes, proyectos. Si sale bien, es gracias a su genialidad. Si no, es culpa del tutelado. Se le sustituye y a empezar de nuevo”, critica Fernández. De hecho, reprocha que la fórmula que utilizan las direcciones nacionales es siempre la misma. “Fuentes de Génova y del PP catalán sopesan los nombres de una persona para sustituir al presidente. Es igual lo que las bases del partido en Catalunya hayan votado, se trata de una estrategia reiteradamente suicida de las direcciones nacionales”, explica.
El líder del PP catalán admite que nunca ha tenido una “relación idílica” con los órganos de poder del partido, y cree que se debe al hecho de que estos tienen “interiorizado” que los dirigentes populares catalanes “solo existen para hacer de mayordomos” de Génova. “Pero me niego a asumir este escenario, no lo aceptaré nunca”, apunta Fernández, que agrega que nunca callará delante de lo que considera injusto.
El suyo no es el único caso
Fernández insiste en que esta “defenestración política” la han sufrido la mayoría de los presidentes del PP en Catalunya, como Alejo Vidal-Quadras, o Josep Piqué, y también habla de algunos de sus homólogos en el País Vasco, como Alfonso Alonso o Borja Sémper. “¿Acaso los dirigentes populares catalanes y vascos somos bobos? ¿O quizás simplemente aspiramos a tener líderes sin tutelas?”, se cuestiona. Así, avisa de que este fenómeno ha provocado “la degradación progresiva” de los populares en Catalunya y que los imposibilita organizar un proyecto ambicioso, ya que, al final, todo “se acabará decidiendo desde fuera”.
Alejandro Fernández y el procés
En el libro, Fernández también dedica varias páginas al procés independentista. El líder denuncia que días antes de la consulta del 9 de noviembre de 2014 defendió, delante la entonces vicepresidenta del Estado, Soraya Saénz de Santamaría, que tenía que ponerse “en el peor de los escenarios” porque los independentistas se atreverían a hacer la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), y que esta le respondió que le fallaba “perspectiva”. “Me sigue pareciendo increíble que pudieran creer que con diálogo se podía frenar a los independentistas, porque se veía claramente su determinación a saltarse todas las leyes posibles,” reitera Fernández, que también condena que el discurso oficial del ejecutivo español fuera de que “no se había producido ningún referéndum”. “No había visto nunca nuestras bases tan hundidas”, reflexiona.
Ahora, diez años después de aquel momento (9-N), el líder del PP catalán avisa de que “el separatismo ni perdona ni olvida” y que tarde o temprano exigirá lo mismo que entonces. Fernández reconoce que ahora mismo a ERC y Junts “no les conviene un referéndum inmediato porque lo perderían de goleada”, pero que “están asentando las bases para convocarlo con un ambiente más propicio”. Sobre esta posibilidad que contempla del renacimiento del independentismo, Fernández se opone a cualquier tipo de acuerdo con Junts, y lo dice en referencia a cuando después de las elecciones generales de 2023, cuando Feijóo ganó con 137 escaños, pero sin mayoría para gobernar, abrió la puerta a pactar con los de Puigdemont.