El presidente del Partido Popular catalán, Alejandro Fernández, ha dado un golpe de fuerza este lunes al Hotel Grand Marina de Barcelona. En una sala llena hasta los topes de unas 300 personas, el líder popular catalán ha presentado su libro 'A calzón quitao', que la semana pasada presentó en Madrid sin la presencia de la dirección estatal del PP. Esta vez, sin embargo, ha sido bien diferente, ya que han estado presentes la mayoría de los dirigentes de peso del partido, como los portavoces del PP en el Parlament y al ayuntamiento de Barcelona, Juan Fernández y Juan Millán; los diputados Pau Ferran, Lorena Roldán y Míriam Casanova; el alcalde de Castelldefels y también diputado, Manu Reyes; los secretarios generales de las federaciones de Barcelona y Tarragona, Josep Tutusaus y Mario García; como también el exportavoz de Vox en el Congreso Macarena Olona o la exdelegada del Gobierno en Catalunya María Llanos de Luna. En cambio, las grandes ausencias han sido el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol; el líder del PP al Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera; o el secretario general del PP catalán y diputado en el Congreso, Santi Rodríguez, que tenía una comisión en la cámara baja española.
El caso es que el líder del PP catalán, que en su último libro se ha desmarcado claramente de la dirección de Feijóo sobre todo con respecto a las aproximaciones a Junts per Catalunya, ha alertado de que está en marcha un proceso para confederar España bajo cinco naciones: los Països Catalans, Castilla, Galicia, el País Vasco y Andalucía. Fernández ha utilizado las palabras del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y del exlíder de Podemos Pablo Iglesias, que aseguran que el próximo paso en las negociaciones con los partidos independentistas es el reconocimiento de Catalunya como nación. "Predije que lo harían con ocho pasos, y se están cumpliendo: indultos, supresión de la sedición, reforma en medida de la malversación, retirada del CNI en Catalunya, incumplimiento de las sentencias lingüísticas, la amnistía, la expulsión de la policía española y la autodeterminación a través de confederaciones", ha dicho Fernández, que cree que en estos momentos los partidos independentistas lo compran porque no tienen suficiente fuerza para la independencia. "Cuando dije eso, saqué un resultado catastrófico y me tomaban por loco. Sánchez se ha atrevido a todo", ha dicho el líder popular.
Las leyes de Transitoriedad, como referencia para un Estado confederal
Fernández, de hecho, tiene la teoría, que explica en el libro, que eso lo aplicarán de una forma similar a cómo los partidos independentistas sacaron adelante las leyes de transitoriedad en septiembre del 2017. "Con un 47% de los votos y el 52% de los diputados. Les dio igual si no tenían una mayoría", ha dicho Fernández, que cree que lo querrán salir adelante sin una reforma constitucional y con una simple ley orgánica, tal como hicieron los partidos independentistas en el 2017. Y es que Fernández se ha mostrado muy crítico con el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, ya que lo vincula al PSOE y lo ha acusado de decir que "aprobaría todo el que enviara el Gobierno".
El líder del PP catalán ha asegurado que, con las leyes de transitoriedad, Puigdemont se convertía en el "caudillo" y en la máxima autoridad de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) de forma transitoria. "Como todos los dictadores", subraya. Una fórmula que cree que podría aplicar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar a estas confederaciones a los partidos independentistas. "Es la marca de casa del separatismo y de Juan Carlos Monedero, que diseñó el sistema de Venezuela, o de Íñigo Errejón, que lo hizo con Bolivia", asegura Fernández, que ya veríamos si Sánchez convocaría elecciones constituyentes.
La solución de Fernández y el mensaje a Génova
Fernández, para evitar eso, propone varias "soluciones", ante la posibilidad de que el Estado "devuelva a las dos españas", hecho que ha tildado como el "problema mayor". Entre las propuestas de Fernández, hay la de blindar la Constitución delante de lo que considera "los golpes posmodernos". "La Constitución está pensada por golpes como el 23F y no por los que se hacen desde dentro de las instituciones", defiende Fernández. Otra apuesta personal es "clarificar competencias", con el fin de "blindar y mejorar el actual sistema". "La actual constitución es un coladero", ha dicho Fernández, acusando el claramente en el Tribunal Constitucional de partidista. Fernández también defiende "limitar la partitocracia" ante el descontento, como también "empoderar el constitucionalismo". "Hay que revertir el terrible sistema de incentivos que ser nacionalista sea un chollo y ser constitucionalista sea una ruina", ha dicho Fernández, que cree que hay que fortalecer el Estado en Catalunya.
Finalmente, Fernández también ha defendido "fortalecer el PP" en Catalunya, que es donde está "más débil" de todo el Estado. "Si conseguimos que tenga la misma fuerza que el resto de España, es garantía de éxito. El PP catalán ha tenido más dificultades que en cualquier otro territorio, ha dicho Fernández, recordando cómo Alejo Vidal-Quadras y Josep Piqué salieron por la puerta de atrás. Eso sí, ha lanzado un mensaje a Génova: "El compromiso con mi partido y mi presidente es incuestionable. Yo no pido autonomía, sino ser el PP sin giros copernicanos". Por eso, el líder popular catalán pide "no escuchar los cantos de sirena de los nacionalismos" y avisa de que no se callará. "Los principios solo tienen valor cuando estás dispuesto a pagar un precio para defenderlos", concluye.