La crisis que ha abierto el CatalanGate, con enfrentamientos entre varios ministerios del Gobierno y un cambio constante de los relatos oficiales, no para de crecer, y empieza a tener impacto internacional. El principal diario alemán, el Frankfurter Allgemeine, ha advertido que la revelación pública que hizo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, de que el presidente español, Pedro Sánchez, había sido espiado apunta directamente a Marruecos, y que eso hace tambalear el acuerdo que el líder del PSOE hizo recientemente con el rey marroquí Mohammed VI cediendo a las pretensiones marroquíes sobre el Sáhara Occidental. Sánchez habría sido espiado durante la crisis entre España y el Marruecos a raíz de los problemas fronterizos y la acogida al líder del Polisario, y en la negociación posterior del acercamiento entre Madrid y Rabat.
Según el Frankfurter Allgemeine, el hecho de que una de las espiadas fuera la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, "pone el foco de atención sobre Marruecos". Y también que fuera espiado también el periodista experto en temas magrebíes Ignacio Cembrero, "y conversaciones privadas de su Whatsapp aparecieran publicadas después en la prensa marroquí". "Si se confirman las sospechas sobre Marruecos, eso puede poner en cuestión la reciente distensión: en abril, el Gobierno renunció a su neutralidad en el conflicto del Sáhara Occidental y se acercó a Marruecos", advierte.
El diario prácticamente apunta a esta autoría marroquí del espionaje con Pegasus al Gobierno, y recuerda el contexto sociopolítico. "Rabat se indignó porque la ministra González Laya permitió a Brahim Ghali, líder del Polisario, entrar en España con el máximo secreto. El jefe del Frente Polisario fue atendido por covid sin que Marruecos fuera informado. Un poco más tarde, las fuerzas de seguridad marroquíes hicieron que más de 10.000 marroquíes asaltaran el enclave español norteafricano de Ceuta. El primer ataque al teléfono de Sánchez tuvo lugar casi simultáneamente", observa.
Curiosamente, esta vulnerabilidad fue revelada en rueda de prensa por el ministro de la Presidencia español, todo lo contrario que hicieron el presidente francés, Emmanuel Macron, y la excanciller alemana, Angela Merkel, cuando se filtró que también les había pasado lo mismo.