“En el avión, estaba muy agobiada, nos decía que no la dejaban, que no paraban”. La delantera del Barça Alexia Putellas ha relatado ante el juez que Jenni Hermoso fue presionada para exculpar a Luis Rubiales del beso sin consentimiento que le dio después de que la selección española femenina ganara el Mundial de 2023. En la cuarta sesión del juicio, la doble Balón de Oro ha declarado como testigo, junto con Irene Paredes y Laia Codina, y ha detallado cómo vivió Hermoso las horas posteriores al beso. “¿Cuál era su estado anímico?”, le ha preguntado la fiscal Marta Durántez. “En el autobús, estaba alucinando por lo que había sucedido y estaba enfadada. Jenni no estaba”, ha señalado. Cuando subieron al avión, “fue a sentarse en el asiento y se puso a llorar de agotamiento, no ya de enfadada. Es cuando nos explica que [Luis Rubiales] no paraba de relatarle los hechos, como si no lo hubiera vivido en primera persona. Que lo hiciera por sus hijas, que saliera a desmentir que no había consentimiento. Ella decía que no hacía falta que le explicara los hechos porque lo había vivido, que no iba a salir y que la dejaran en paz”, ha indicado. “Hablo con ella cuando está agobiada y llorando. Intentamos quitarle hierro al asunto. No sé si bien o mal, pero creíamos que se merecía disfrutar de ese momento e intentábamos que no estuviera pendiente de las cosas que estaban pasando”, ha añadido.

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Posteriormente, las jugadoras fueron a celebrar el título a Ibiza. Y allí Jenni Hermoso continuaba afectada por el beso: “No era Jenni, no estaba bien. Había momentos en que intentábamos que estuviera alegre, que fuera consciente de lo que habíamos conseguido. Alguna vez me llegó a decir ‘No sé qué hago aquí’. ‘Celebrar que somos campeonas del mundo’”. “Antes de la rúa en Ibiza, subo, me siento, [Jenni] viene a mi lado y se pone a llorar, ‘No se acaba, no puedo más’. Aprovecha esto, vamos a disfrutar’. ‘Olvídate, cuando estés en casa, lloras, lo que necesites’. Yo intentaba que disfrutara. Estaba llorando antes de empezar la rúa, incluso se puso las gafas de sol”, ha contado.

Irene Paredes: “Estaba preocupada y disgustada porque era un tema que la estaba agobiando”

En unos términos parecidos se ha expresado Irene Paredes. La futbolista ha narrado tres episodios en el avión de regreso a casa. Saliendo del baño, se cruzó con Luis Rubiales y él le dijo que era “increíble” que lo estuvieran “tachando de violador”. “Le digo que creo que es debido a lo que pasó ayer, que creo que es magnificar las cosas, pero que sinceramente no me gustó lo que pasó”, ha sostenido. Después, recuerda como Hermoso les contó que el entonces presidente de la RFEF había hablado con ella y le había dicho que era cosa de ambos: “Jenni decía que no, que lo estaba modificando. Él quería recibir la ayuda de Jenni para solucionar el problema.  Ella decía que la dejaran en paz, que quería celebrarlo”. En ese contexto, la jugadora estaba “preocupada y disgustada”. “La vi llorar contándonos esto, porque era un tema que la estaba agobiando. Ella quería celebrar el triunfo que acabábamos de conseguir”, ha concluido.

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La confusión inicial después del beso y la alarma posterior

Las jugadoras también han recordado los momentos posteriores al beso. Alexia Putellas ha reconocido que, inicialmente, ella pensaba que era “fortuito” y que fue Hermoso quien, en el autobús, le dijo “Es muy fuerte. ¿No lo has visto?”. “Es cuando me enseña el vídeo y veo lo que ha pasado. ‘No sé cómo se le ha pasado por la cabeza hacerme eso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso. ¿Cómo se le ocurre hacer eso?’”.

Por su parte, Irene Paredes ha relatado que, después de la entrega de medallas, Jenni Hermoso les dijo algo y ella entendió que “se había dado un beso con la Reina”. “No entendí muy bien, justo nos traen la copa y no se habla más del tema hasta el vestuario. En el vestuario, fue cuando lo entendí. Le dije que esto no está bien, nos pusimos a celebrar y no hablamos más”, ha añadido. “¿Qué le dijo ella exactamente?”, le ha preguntado al fiscal. “Le había agarrado la cara y le había dado un beso en la boca, estaba un poco alucinada y sorprendida. Lo contaba mucho, yo creo que buscando saber cómo reaccionábamos el resto”, ha contestado. En el autobús, “hubo algunas jugadoras que empezaron a bromear [con gritos de] ‘¡Presidenta, presidenta!’, yo les digo que paren, que puede ser algo muy grave. No creía que fuera un tema con el que hacer bromas”.