El exdirector de la Oficina Antifraude, Daniel de Alfonso, ha cambiado ocho meses después el escenario del Parlament por el del Congreso de los Diputados, pero ha mantenido su actitud desafiante en todo momento, atacando a políticos y periodistas como única defensa en la comisión que investiga el Ministerio del Interior durante la etapa de Jorge Fernández Díaz. De Alfonso ha negado conocer una presunta Operación Catalunya, de quien se ha dicho víctima, a la vez que denunciado unas grabaciones que a su parecer no tienen validez legal. Incluso, ha criticado que se le acusara de haberlas registrado, guardado y difundido.
"Su Parlament da validez y rango de prueba a conversaciones ilegales, eso quiere decir que a partir de ahora cualquier conversación grabada en Catalunya se convierte en legal para un acto de trascendencia política", ha dicho en relación con la evidencia presunta del audio transcrito por el diario Público. El exjefe de Antifraude incluso ha llegado a decir que las conversaciones habían sido "manipuladas", porque habrían pasado "por muchas manos", aunque reconoce que no habría querido escucharlas.
Más tarde, sin embargo, ha caído en la contradicción de reconocer que era un diálogo coloquial y las palabras podían generar confusión, y que él sólo estaría intentando generar la confianza con Fernández Díaz. "Se ha dado un porrazo a los morros en el caso Bagó" sería la frase que continuaría a "destrozar la sanidad catalana", y que dice que la prensa no resaltó, siendo relativas a su oficio de perseguir la corrupción con diligencia.
De Alfonso ha utilizado argumentos personales para convencer de que él no estaba detrás de que las grabaciones salieran a la luz pública –cómo habría explicado un periódico digital, que no ha citado, pero sí criticado. "Quien ha salido perjudicado soy yo, fui cesado, recibí actos vandálicos en mis bienes, tuve que pedir traslado a otra comunidad autónoma, separarme de mi mujer y mis hijos", ha dicho. "Si hay una supuesta Operación Catalunya, yo soy víctima. No conozco, ni he conocido una Policía contra Catalunya", ha reiterado varias veces.
Pero los toques sentimentales pronto se han convertido en acusaciones sobre por qué habría sido cesado por el Parlament. De Alfonso ha expuesto nuevamente que era habitual en el ejercicio de su cargo encontrarse con determinadas personalidades, como Fernández Díaz, o el conseller de Interior, así como con los presidentes de la Generalitat, o todo tipo de partidos del arco parlamentario. La idea de fondo es que él sería una persona "incómoda", que dispondría de información que nadie querría que saliera a la luz pública. De hecho, en la cámara catalana ya amenazó entonces a algunos grupos con el mismo argumento.
Nuevamente, De Alfonso ha tratado de salpicar a ciertos grupos del Congreso, de forma desafiante. Con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha mantenido un tenso cara a cara, afirmando que también se había encontrado con el líder del partido, Oriol Junqueras y este se habría despedido de él diciendo "sabes que te queremos mucho, verdad"?. Al portavoz de En comú, Xavier Domènech, le ha recordado que tenía "relación" con personas de su partido, como el diputado catalán Albano Dante- Fachin, antiguo editor de la revista Café amb Llet –donde apareció el caso presunto de corrupción en la sanidad catalana.
A quien ha querido dejar impune en todo momento es a Fernández Díaz y al presidente Mariano Rajoy. Primero ha descartado que el exministro estuviese detrás de las grabaciones, pero sí alguien con acceso al ministerio –porque fueron registradas allí– y no ha descartado que le pusieran un micrófono. Y sobre Rajoy, ha indicado que no sabía si conocía de sus reuniones, porque a él le interesaba "la chica". Es decir, los casos de corrupción.
En el apartado de reuniones, ha expuesto que se había encontrado con personalidades relacionadas indirectamente con la presunta Operación Catalunya. Es el caso de la exnovia de Jordi Pujol Jr. Victòria Àlvarez, con quien se vio varias veces, pero se tuvo que "quitar de encima", o el exdirector de la Policía, Eugenio Pino, hasta tres veces. Por el lado del poder judicial, José Alberto Martín-Toledano (Partido Popular) ha asegurado que la afirmación del ministro "la Fiscalía te lo afina" estaba manipulada, aunque De Alfonso ha dicho que mantenía "buena relación" con el aparato.
Así, con "gallardía y honorabilidad", palabras que ha repetido en varias ocasiones, De Alfonso se ha marchado con el mismo tono desafiante con qie ha llegado, dándose un tiempo para que la prensa le hiciera fotografías.