Alfred Bosch (Barcelona, 1961) había dejado la política tras renunciar al cargo de conseller de Exteriors después de un caso de acoso dentro de su Departament. Se dedicaba, explica él mismo en esta entrevista en ElNacional.cat, a sus novelas, a sus hijos "e incluso a hacer deporte", hasta que ERC invistió Salvador Illa president de la Generalitat. Con el congreso del 30 de noviembre en el horizonte, de donde saldrá escogida la nueva dirección del partido, el exdiputado en Madrid (fue cabeza de lista en 2011), exconcejal en el ayuntamiento de Barcelona y exconseller se puso en contacto con otros defensores del "no" a Illa, con quien ha impulsado la candidatura Foc Nou. Muy crítico con el rumbo tomado la dirección del partido, a quien reclama que asuman responsabilidades por el caso de la estructura B, Bosch apuesta por cambiar la estrategia de ERC, dejar de pactar "sistemáticamente" con PSC y PSOE y rehacer la unidad independentista.
Es uno de los impulsores de la candidatura Foc Nou. ¿No sé si también será el candidato?
Yo tampoco lo sé. Lo estamos hablando y es posible que lo hablemos hasta el último minuto. No porque no encontramos a nadie, todo el contrario, porque hay mucha gente preparada. El mensaje que queremos dar es que somos una gente plural, que estamos preparados, que podemos aportar a Esquerra Republicana y, sobre todo, que podemos hacer este cambio indispensable en el partido para que haga un mejor servicio al país. Nosotros estamos pensando en el país. Queremos un país libre, justo donde haya limpieza, ética, y es evidente que tenemos que empezar por nosotros mismos, por esta organización que ha dado grandes páginas a nuestro país y tiene que seguir dando, pero ahora no lo estamos haciendo.
Tenemos que dar un golpe de timón decidido y este no se verá si el capitán y el contramaestre siguen siendo los mismos
¿A usted le gustaría ser el presidente de Esquerra Republicana?
Desde el principio dije que estaba a disposición de los compañeros, que me utilizaran para lo que fuera y que si tenía que poner la cara en una entrevista, vendría. Intento ayudar desde una trayectoria, desde una experiencia que creo que puede ser útil. Pero es obvio que nosotros queremos cambiar Esquerra. Y este mensaje de regeneración se tiene que ver en las caras. Hay gente que merece todos los respetos, todos los homenajes de la Tierra, pero que tiene que ceder el paso. Porque los miembros del partido, pero sobre todo la sociedad que nos rodea, tienen que ver que Esquerra está rectificando la trayectoria de los últimos años, que, a nuestro entender es equivocada, y es la que nos ha llevado a bajar desde más de un millón de votos a 350.000, una barbaridad. Es obvio, y quien no lo entienda es que no se ha mirado los números. Tenemos que dar un golpe de timón decidido y este no se ve si el capitán y el contramaestre siguen siendo los mismos. Es así de claro y cuesta entender cómo hay gente que no comprende que nos tenemos que regenerar de arriba abajo para que ser creíbles. Si los compañeros quieren que aporte mi cara porque creen que es útil, yo lo haré, pero también se tiene que expresar con claridad esta renovación que queremos.
¿En su candidatura no habrá ningún miembro de la Ejecutiva actual?
No. Hay gente que ha estado con otras ejecutivas, yo mismo hace cuatro o cinco años había estado de oficio, no de cargo.
El pacto con el PSC para investir a Illa no se lo creen ni los que lo han firmado y se deriva del miedo de ir a las urnas
¿Es una manera de predicar con el ejemplo?
No ha sido necesario dar ejemplo de nada. Somos personas que nos hemos encontrado a raíz de la investidura de Salvador Illa, que ha sido la gota que ha comado nuestro vaso. Primero los indultos, que eran necesarios y no lo discutimos, después la amnistía, que es positiva, aunque luego solo se aplica a los policías que habían pegado a la gente... Todo eso te hace reflexionar, pero cuando llega la investidura de Illa, con un pacto que no se lo creen ni los que lo han firmado, y que se deriva del miedo de ir a las urnas, y que además tiene un 45% de nos, prácticamente la mitad, dices "aquí hay vida". Y yo que estaba feliz en el sofá, con mis novelas, dando clases, siendo un hombre feliz que había encontrado el equilibrio e incluso hacía deporte, salté. La conciencia no me dejó continuar con una vida relajada. Eso le ha pasado a mucha gente, a muchos militantes de base, que hemos confluido.
¿Para usted, cuál fue el punto de inflexión en el que Esquerra abandonó el "buen camino"?
Hay muchos porque todo es una cadena. Hay dos elementos que están equivocados, dos estrategias. Una es la de dar cheques en blanco a los socialistas que no son independentistas ni autodeterministas, corresponsables de la aplicación del 155 y con déficits democráticos importantes: no quieren que se vote para decidir su futuro del país y eso ni un conservador británico te lo acepta. Además, de socialistas solo tienen el nombre, yo no los definiría como gente de izquierdas. Y el poder que teníamos a través de los votos de los diputados lo hemos regalado a los socialistas, cada vez con menos justificación. Y, por otra parte, también hemos regalado el ideario de la República Catalana al president Puigdemont y a Junts. Te quedas atónito cuando ves cómo Esquerra se ha quedado vacía, ha perdido aquello que la definía, aquello que nos hacía ir por el mundo con esta dignidad de ser limpios, defender altos ideales y trabajar para hacerlos realidad. Lo hemos regalado todo, nos hemos quedado sin la sustancia de Macià y Companys.
¿Cómo se recupera este ideario independentista que dice que se ha regalado a Junts y Puigdemont?
Primero, votando a Foc Nou, porque nosotros lo decimos claramente, los otros no. Criticamos abiertamente todas las decisiones y los movimientos que nos han alejado de nuestros estándares, de nuestros sueños nacionales. Lo primero que tenemos que hacer es creer y decirlo con la voz en alta, sin vergüenza, porque no hay nada de lo que nos tengamos que avergonzar. Queremos una república catalana independiente y pactar u ofrecer cheques en blanco al PSOE o al PSC no nos acerca a ella. Me sabe mal, y eso cualquier persona lo ve, no hay que ser un gran intelectual para entenderlo. ERC es responsable de introducir las ideas de Macià y de Companys de la Catalunya económicamente próspera, socialmente justa, nacionalmente libre y espiritualmente gloriosa. ¿Todo esto lo hemos representado nosotros y lo tenemos que regalar? Tenemos que recuperar el orgullo, tenemos que decir claramente que nosotros fuimos los que lo empezamos y que seremos los máximos continuadores, con toda generosidad, y compartiéndolo con el máximo de personas.
¿Por qué tenemos que estar sacándonos los ojos con partidos que también quieren la República? Estoy por la unidad estratégica del independentismo
Todas las candidaturas hablan de renovación y de regeneración, Ustedes los primeros. ¿Hasta dónde se tiene que llegar?
Se tiene que cambiar el rumbo. Y por rumbo me refiero a la estrategia política: volver al horizonte, tenerlo claro, concretar nuestros sueños con un plan. ¿Cuál es el problema al hablar con otros grupos que también quieren la República Catalana? ¿Por qué nos tenemos que estar peleando, sacándonos los ojos con otros grupos que también quieren eso? Evidentemente con pluralidad, con diferencias. No quiero el Partido Único, no estamos en Corea del Norte, pero sí que estoy por la unidad estratégica. Nosotros defenderemos también nuestras ideas con respecto a la justicia social, porque creemos que una cosa va con la otra, y de aquí nuestra fuerza. Cuando alguien nos quiere obligar a escoger entre ser progresistas y mejorar a la sociedad y ser nacionalmente libres, esta persona nos quiere hacer daño. ¿Qué pretendemos hacer en Foc Nou? Pues promover lo que es nuestro ADN, Esquerra Republicana de Catalunya tiene que ser Esquerra Republicana de Catalunya. No tiene que ser el apéndice de unos ni de los otros.
¿Cree que lo ha dejado de ser el partido en estos últimos años?
Yo más de una vez me he despertado pensando que no reconozco Esquerra Republicana de Catalunya, como muchos otros compañeros y compañeras, que no reconocen en lo que nos hemos convertido. Hace falta un cambio importante, drástico. Hace falta que limpiemos toda la porquería que ha ido saliendo. Nosotros éramos el partido de las manos limpias. ¿Dónde ha quedado eso? Es inexplicable como hemos llegado a este punto. Se tiene que rectificar y se tiene que hacer ya.
Hay candidaturas que hace tiempo que están en campaña y ustedes son los últimos a añadirse al congreso. ¿Los puede perjudicar?
Yo creo que Foc Nou ganaremos, porque es necesario y no hay alternativa. Pero eso de entrada nos lo pone más difícil, tenemos que trabajar mucho más, sin tener dinero, ni cargos, ni privilegios, porque somos gente de base. En el fondo, creo, es una gran ayuda porque quizás no tienes los recursos, pero tienes a la gente, y cada vez más, y es buena gente, convencida, que lo tiene claro, que no tiene nada de interés asociado a lo que hace, desinteresada y que lo hace por ideales y porque quiere recuperar la dignidad de ser de Esquerra y el sueño de país. Esta es la gente que tenemos y estamos creciendo. Hace un mes que aparecimos y nuestra aparición ya ha empezado a cambiar los planes que algunos tenían. Lo confesaré, personalmente yo pocas veces en política me había sentido tan cómodo como ahora, que estoy diciendo lo que pienso y no tengo que buscar eufemismos.
¿No tenía esta libertad cuándo era un cargo de ERC?
Siempre te tienes que adaptar a algunas necesidades del momento, como cualquier persona que está en un colectivo. Imagínate a un cura que quizás está de acuerdo con el divorcio o con el aborto, pero tiene una disciplina. Y yo soy una persona disciplinada, de pensamiento libre y con mis ideas, pero si yo me presto a ir con un colectivo, y este colectivo decide ir para un lado, pues hacia ese lado. Internamente, con lo que no estás de acuerdo, lo dices con toda la firmeza y toda la claridad, pero después ayudas a remar en la misma dirección, porque si no, estás haciendo un flaco mal favor. Pero en esta ocasión hay tanta complicidad entre todos los que estamos, porque es tan evidente para nosotros que es necesario y que Esquerra Republicana, si no hacemos este cambio de rumbo, no irá bien. Y eso te da una tranquilidad de espíritu que te hace decir las cosas de una forma muy clara, muy directa, diciendo verdades. No nos escondemos nada, y, en cambio, otras opciones tienen problemas con el lenguaje y hacen alegorías y ambivalencias. Pregúnteme qué voté en la consulta sobre la investidura.
Hay personas que se presentan a la presidencia de ERC que no dicen que votaron a la investidura. ¿Por vergüenza? ¿Por cálculo?
Ahora iba a ello ¿Qué votó Alfred Bosch en la consulta para investir a Salvador Illa?Voté que no, porque me parecía una equivocación. Y os explicaré mis argumentos, punto por punto, sin ningún problema. Pero hay gente que se presenta a la presidencia de Esquerra y que no lo quiere decir. Es respetable que votes que sí y que votes que no. ¿Pero no explicar qué has votado, por qué? No lo entiendo. ¿Por vergüenza? ¿Por cálculo? La gente que te sigue, la gente que te quiere avalar o que te quiere votar, tiene necesidad de saber dónde estás. Estamos hablando de un posicionamiento político de primer orden. No estamos hablando de si te gustan las lentejas estofadas o las judías con butifarra. Tú quieres asumir el liderazgo de un partido importante en la sociedad catalana y hay una decisión política muy reciente y muy importante sobre la cual tú tienes la obligación, si te presentas a ser presidente de Esquerra Republicana, de explicar claramente cuál es tu posición, qué hiciste, y a partir de aquí dar tus argumentos.
Junqueras, el único que no ha dicho que votó, lo avaló a Usted en el 2015 cuando se volvió a hacer militante de ERC. ¿Cuál es su relación actual?
Es buena. Somos compañeros de partido y hemos ido hablando. El 11 de septiembre estábamos en la comida de Esquerra Republicana. Humanamente, no somos solo compañeros, sino que hemos estado trabajando juntos en momentos tremendamente duros. Y a él, sobre todo, le ha tocado el recibir. Ha estado en la prisión años. Yo lo he ido a visitar infinitud a veces. Tenemos una relación muy estrecha de siempre. Hemos discrepado y a veces de forma muy importante y muy clara, pero al mismo tiempo hay un respeto mutuo que es sólido. Hablaremos tantas veces como haga falta con Oriol, pero yo también le diré muy claramente lo que pienso y que discrepo de la línea que ha marcado como presidente y creo que aquí cada uno tiene que asumir sus responsabilidades.
¿Con Marta Rovira ha hablado?
Sí, claro. Hablé cuando estaba en el exilio, ¿cómo no vamos a hablar una vez ha vuelto? Marta ahora tiene un papel que es el de secretaria general y es quien lleva el partido y, por lo tanto, tiene que marcar las normas para que las candidaturas puedan funcionar. Y también nos une un compañerismo fraternal de muchos años y yo la respeto enormemente. Estamos hablando de personas que recibieron los porrazos derivados del referéndum del 1 de octubre, castigos muy injustos, porque no delinquieron, no hicieron nada mal hecho. Al contrario, hicieron una cosa enorme, que es permitir a la gente votar. Las injusticias que se han cometido contra esta gente me generan un respeto muy grande, pero eso no impide que yo piense que se merecen un descanso, como ha escogido Marta Rovira, pero no Junqueras. Un merecido descanso con todos los honores quizás ayudaría a arreglar Esquerra Republicana. Incluso en otro momento pueden volver, pero lo que hace falta ahora es un cambio radical en el partido.
La honestidad, la integridad y la dignidad de ERC están en cuestión. Se tiene que limpiar el partido
Junqueras presentó su candidatura en un acto en Olesa de Montserrat, con un discurso muy duro. ¿Ya se ha llegado al pico de tensión entre candidaturas o seguirá creciendo hasta el congreso?
No soy futurólogo y eso no lo puedo saber. Pero sí que sé que a mí me preocupa y me desagrada profundamente que hayan pasado todas estas cosas, las campañas B, las cloacas. Me disgusta y me duele profundamente en una organización que era un ejemplo de honestidad y de integridad, que nos hacía ir por el mundo con la dignidad de cien años de sacrificios acompañados de limpieza y de rigor. Era una mezcla tan poderosa y que nos hacía sentir tan orgullosos y todo eso está en cuestión. Esta es mi visión personal y evidentemente se tiene que limpiar, se tienen que asumir responsabilidades. En su momento, yo asumí responsabilidades por una cosa que no había hecho pero que estaba en mi área. Ahora, el presidente del partido, la secretaria general y la gente que estaba en la dirección tienen que asumir sus responsabilidades por lo que ha pasado. Que nos digan que no lo sabían, pues bien, su obligación era enterarse. Son gente de categoría intelectual y tienen la obligación de saber que está pasando en la organización que dirigen, sino mal. Y si lo sabían y no nos están diciendo la verdad, peor. Se tienen que asumir responsabilidades y creo que eso incluso es necesario y es higiénico para poder cambiar de verdad a fondo ERC y devolver en el camino correcto de la limpieza, el sueño, el rigor y buscar la República Catalana y venderla en positivo. ¿Si la gente ve que eso es Can Pixa, a quien le comprará el sueño?
Yo asumí responsabilidades por una cosa que no había hecho. Ahora Junqueras, Rovira, y la dirección también lo tienen que hacer por lo que ha pasado
¿Usted se cree Junqueras cuando dice que él no sabía nada de esta estructura hasta que no salió a la prensa?
Tengo un problema y es que hace cuatro años que no estoy a la ejecutiva y no lo sé. Yo me fui a casa, me dediqué a escribir mis libros, dar clases y estar con mis hijos. Yo todo eso lo desconozco y no sé si Junqueras lo conocía. Ahora bien, sí que sé que él era el presidente del partido, y que lo era en prisión, pero que también lo ha sido en libertad provisional desde el 2020 y el 2021 con el indulto. Silbar y despistar no es la postura más coherente. Y una persona que ha sido presidente y que lo quiere volver a ser diga que no sabía nada, no sé si es el perfil ideal para presidir el partido. Y si lo sabía y no nos está diciendo la verdad, tampoco.
Junqueras también ha dicho que se le apartó de la toma de decisiones cuando estaba en la prisión. Usted formaba parte de la Ejecutiva en aquel momento, ¿fue así?
En mi experiencia, y lo tendríais que preguntar a más gente, la prisión en Madrid era muy rigurosa y era muy difícil dirigir el partido desde allí. Cuando volvió a Catalunya y estuvo recluido en Lledoners ya no era lo mismo. Allí el régimen de visitas era más normal y había posibilidad de conocer lo que estaba pasando. Pero en todo caso, él escogió seguir siendo presidente de Esquerra Republicana porque, me imagino, debió pensar que podía seguir dirigiendo el partido de verdad. Era muy fácil decir "hacemos un paréntesis y cuando salga ya volveré a coger las riendas". Lo habríamos aclamado y aplaudido y nadie habría rebatido una decisión como esta. Pero él escogió ser responsable como presidente de ERC, por lo tanto, lo tiene que asumir.
Ha explicado que asumió responsabilidades por cosa que no había hecho. ¿Se arrepiente de haber dejado de ser conseller?
De lo que me arrepiento es de no haber encontrado la manera que gente que estaba a mi lado sufriera menos, como mi madre, que murió hace poco. Ya tenía una edad y era una de las fundadoras de la Asociación Catalana de la Mujer y todo lo que pasó a ella la impactó. Confiaba en mí, evidentemente y sabía que yo no había hecho nada mal hecho, pero esta relación que se hizo entre esta persona que había hecho el acoso y yo, todo lo que se dijo, aunque al final los expedientes fueron de exculpación y exoneración y no se me puso ninguna sanción, la hicieron sufrir mucho. Y a mí eso me sabe muy mal, mucho. Cuando entras en política, si no eres tonto, y yo no creo que lo sea, ya tienes claro que habrá momentos que te tocará recibir aunque quizás no es culpa tuya. Tienes que saber que tú eres una persona pública y cuando pasan estas cosas tienes que ser consecuente. Hay momentos que tienes que poner tu cabeza en una bandeja y entregarla.
¿Tiene miedo de que eso lo pueda penalizar en este congreso?
Más bien al contrario. Las personas con quienes hablo abiertamente de eso, como tiene que ser, porque no hay nada que esconder, me dicen: "Claro, tú asumiste tus responsabilidades políticas, no la culpabilidad de los hechos, ojalá todo el mundo lo hiciera".
La dirección tiene la obligación de saber qué está pasando en la organización, sino mal. Y si lo sabían y no están diciendo la verdad, peor
¿Le pide Usted a Oriol Junqueras que asuma sus responsabilidades políticas por una cosa que pasó durante su presidencia?
No lo quiero comparar porque son cosas diferentes, pero sí que creo que en general tenemos que ser mucho responsables. Los que somos figuras públicas tenemos que ser los más responsables de todos aunque sea una asunción de responsabilidades exagerada. Más vale ser exagerado, claro, contundente y rotundo que desentenderse.
Durante la entrevista ha hablado de limpiar. ¿Qué quiere decir eso en el caso de la estructura B?
Hablar claro, explicar lo que saben, hacerlo público, investigar también las ramificaciones económicas, porque estas cosas que están saliendo de los carteles y el muñeco cosas costaban dinero. Que nos expliquen que costó, como se pagaron, de dónde salió. Y una vez lo tengamos claro, la asunción de responsabilidades por descontado.
Desde mayo el partido está inmerso en una crisis interna. ¿Tiene miedo de que la dirección que salga del congreso no lo pueda reconstruir?
No, porque Foc Nou tendrá un resultado excelente y seremos nosotros los que lo tendremos que hacer. Tenemos muy buena relación con todo el mundo, tenemos muy claro que tenemos que corregir la línea política, pero también pediremos a todo el mundo que se sume. No tenemos cuentas pendientes con nadie, no nos estamos vengando de nadie, vemos las relaciones con los otros compañeros y las compañeras de ERC con una fraternidad absoluta y lo único que queremos son resolver los problemas que tenemos, actuar siempre en positivo. En nuestro caso bien pocas veces encontraréis recriminaciones, ataques, nos dedicamos a explicar quiénes somos y qué queremos. Son cosas que nuestros potenciales votantes, los que antes nos votaban y ahora no nos votan, a toda esta gente que ha perdido la confianza en Esquerra Republicana de Catalunya, cuando nos oyen a nosotros dicen "esto es lo que quiero". Eso es lo que nos hace pensar que vamos muy bien y que los resultados serán muy buenos.
¿Veis probable llegar a acuerdos con otras candidaturas antes del 30 de noviembre?
Nosotros tendremos los avales necesarios.
Si ninguna candidatura llega al 50% vamos a segunda ronda y allí entraremos en un escenario totalmente diferente. Nuestro objetivo es pasar la primera vuelta
Lo da por hecho.
Sí, porque es un colectivo donde hay capilaridad, llegas a todas las secciones, la gente se conoce. No hemos empezado a recoger avales porque no podemos pero el olfato y el retorno que tenemos de la gente es que sí. Si ninguna candidatura llega al 50% vamos a segunda ronda y allí entraremos en un escenario totalmente diferente. Nuestro objetivo es pasar la primera vuelta.
Ustedes buscan aglutinar el voto de la gente que votó no en Illa. ¿Y los que votaron sí?
Estoy convencido de que nosotros recibiremos la mayor parte del voto del 45% que votó que no y el 30 o el 40% de aquellos que votaron que sí, pero ahora se arrepienten. Eso es intuitivo y se basa en las conversaciones que tenemos, pero hay una cifra importante de gente que dice que votó "sí" con la pinza en la nariz y que ahora no lo haría. Nos hemos encontrado con que hay mucho interés en seguir lo que proponemos nosotros y las otras candidaturas. La buena noticia es que ERC está viva. Hay debate, hay pluralidad y eso también se agradece, a pesar de situaciones indeseables, La recompensa es que desde hace muchos años no debatíamos tanto, no hablábamos tanto, no intentábamos entre todos argumentar y encontrar la mejor vía para salir de este hoyo.
Sea como sea, Salvador Illa ha sido investido con los votos de ERC. ¿Cómo cree que eso lo puede pagar el partido en el futuro, el hecho de haber investido en Salvador Illa?
Nos hará pagar un peaje.
No nos dijeron la verdad del acuerdo con el PSC: no se quería ir a elecciones porque la impresión era que irían fatal
¿Electoral, por ejemplo?
Sí, y también de percepción de sensibilidades. Foc Nou ya lo avisamos de la peligrosidad de embarcarse en un apoyo de este tipo. Cuando ves que aquel concierto económico ya sabes que no se cumplirá. Y los dirigentes socialistas esperaron al día siguiente de la investidura para salir un tras el otro y decir que no, que nadie estaba hablando de concierto economico. Un papel donde dice que se estudiará la implantación de las selecciones deportivas catalanas, ¿de verdad? ¿Un gobierno monocolor del PSC creando las selecciones deportivas catalanas alguien se lo cree? Es obvio que no será así. Y eso también nos molestó un poco. ¿Por qué no decís la verdad? Porque la verdad es que no se quería ir a unas nuevas elecciones porque la impresión es que irían fatal. Pues decidlo claro si este es el argumento, quizás hay gente que lo entenderá y votará que sí, quizás hay gente que pensará que no, que tenemos que ir a las elecciones, porque nosotros somos los de las urnas. Y si hay que ir a unas elecciones y hay que recibir un porrazo porque nuestros compatriotas así lo deciden, pues vamos y partir de aquí reconstruimos.
¿Entiendo entonces que Foc Nou está en contra de las alianzas con el PSC?
Nosotros rechazamos la sumisión sistemática a cambio de cheques en blanco con el PSC. Eso no quiere decir acuerdos puntuales: si se tiene que votar una ley por las pensiones o mejorar los salarios, somos gente lo bastante madura y razonable. No hay una obsesión aquí. Lo que no podemos estar siempre regalando nuestra fuerza al PSC a cambio de nada o de una amnistía que no se aplica, de un acuerdo económico que no tiene ni fechas y que no se cumplirá. Es un error garrafal, porque además el PSC irá creciendo y se irá haciendo fuerte a nuestra costa y, por lo tanto, no creemos que eso nos aproxime ni un milímetro al objetivo.
No podemos regalar nuestra fuerza al PSC a cambio de nada o de una amnistía que no se aplica
Antes ha hecho referencia a la unidad estratégica del independentismo. ¿Cómo se repone? ¿Se tienen que relevar los líderes del 1-O?
Eso podría ayudar, pero no es lo único. El primero que tenemos que hacer es dejar de arañarnos entre personas que queremos ir hacia la República Catalana y que discrepamos con otras cosas, pero que con eso estamos de acuerdo. Tenemos que ser capaces de sentarse, hablar civilizadamente, como se ha hecho en otros momentos. ¿Por qué ERC tiene que criticar la ANC, o Òmnium, o Junts o la CUP? Eso es una prioridad para nosotros y nos tenemos que poner de acuerdo con un plan, que lo tenemos que consensuar. Ahora no tenemos la fuerza en el Parlament, pero quizás si las vecinas, la gente que tenemos alrededor ven que estamos haciendo el trabajo, los deberes y que nos estamos comportando en lugar de hacer chiquilladas y arañarnos, pues quizás volverán a confiar en nosotros masivamente y quizás entonces sí que tendremos la fuerza que hace falta. Y que esta sea una prioridad no nos excluye ser progresistas porque lo vemos como un pack que tiene que ir junto para que funcione.
Esta bajada electoral de ERC que ha ido comentando en la entrevista viene después de unos años presidiendo el Govern. ¿Cómo valoran la tarea hecha por Pere Aragonès?
Era una gran oportunidad que no se ha aprovechado lo suficiente. Los resultados cantan. Con el Govern, incluso en solitario, monocolor durante un tiempo, puedes hacer muchas cosas y cuando convocas elecciones sufres clavas un porrazo histórico, con alguna cosa has fallado. Aquí no podemos esquivar las responsabilidades de lo que no hemos hecho bien. Dicen que no lo hemos sabido comunicar bien, evidentemente, pero hay más. Las decisiones estratégicas que se han tomado, no han sido correctos.
¿Por ejemplo?
Nosotros tenemos un ideal que se llama República Catalana. Cuando la gente que te ha dado confianza ve que tú no estás cumpliendo con tu propio ideario te castigan o se quedan en casa. No te dan apoyo. Es una evidencia. Hemos fallado aquí. Hemos fallado en que Esquerra Republicana de Catalunya no ha sabido ser Esquerra Republicana de Catalunya. Y los que confiaban en nosotros porque éramos Esquerra Republicana de Catalunya, han dicho "?y ahora, por qué tengo que seguir confiando si no lo nada de lo que me dijisteis?". hemos abandonado aquello fundamental y es lo que tenemos que recuperar, lo que tenemos que renovar.
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