Aliança Catalana, el partido que lidera Sílvia Orriols y que en las elecciones del 12 de mayo consiguió dos escaños en el Parlament de Catalunya, ha flirteado en los últimos días con dos de los grandes partidos de ultraderecha en Europa: Alternativa para Alemania (AfD), un partido con vínculos neonazis y que el pasado mes de septiembre ganó elecciones al Estado de Turingia, y el Partido Liberal de Austria (FPO), encabezada por Herbert Kickl, que se ha impuesto en las elecciones generales que se han celebrado en este país el pasado fin de semana en lo que es la primera victoria de un partido de extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial.

Encuentro con AfD, partido con vínculos neonazis

Aunque Orriols haya negado por activa y por pasiva que ella o su partido sea xenófobo o de ultraderecha ("Cada vez que del juicio y el orden me decís ultraderecha, gano 100 votos...", ha ironizado alguna vez a través de las redes), las últimas acciones de su partido apuntan en una dirección bien diferente. Primero, el militante de Aliança Catalana Pau Nadal se reunió en Bruselas con el eurodiputado Siegbert Droese, tal como ellos mismos y el perfil de Asuntos Internacionales del partido catalán explicaron en X, antes Twitter. AC compartía un vídeo de Nadal y Droese, explicando que esta reunión se había centrado en "defender las naciones europeas y parar la islamización", mientras que el alemán ha descrito la formación nacida en Ripoll como un "partido patriótico con varios escaños al parlamento catalán, votados especialmente por la juventud de la comarca." Hay que recordar que en el pasado mes de mayo, el partido de extrema derecha francesa de Marine Le Pen decidió romper con AfD ante los comentarios nazis de quien era su líder, Maximilian Krah. Este acabó dimitiendo a raíz del escándalo generado por unas declaraciones en que aseguraba que, dentro de la SS, no todos eran "criminales". Antes había protagonizado polémicas por vínculos con China y Rusia y se había mostrado a favor de dividir a los alemanes entre "autóctonos" y otros con "trasfondo migratorio". Como hacen a todos los partidos ultras, también Aliança Catalana, la inmigración y el islamismo son el blanco de sus discursos de odio.

Jordi Aragonès, uno de los ideólogos de AC y que iba de número 2 de la candidatura por Barcelona aunque no consiguió escaño, aplaudió este encuentro con la ultraderecha alemana, demasiado extrema incluso para Marie Le Pen. "Por primera vez en años, el nacionalismo catalán participa con realismo de la nueva geopolítica que ofrece la pujanza de la derecha en Occidente todo defendiendo el interés de Catalunya," escribió a las redes.

Felicitaciones al ganador populista y racista de Austria

En las últimas horas, Aliança Catalana, de nuevo a través de su perfil de Asuntos Internacionales, ha dado un paso más en sus relaciones con otras formaciones ultras y ha felicitado al Partido Liberal de Austria (FPÖ) por su victoria en las elecciones en Austria, la primera de un partido de extrema derecha al ganar desde la Segunda Guerra Mundial. En un tuit en alemán, los de Orriols felicitan al partido por su "decisiva victoria": "Una nueva oleada de libertad arrasa por Europa, y Catalunya se encuentra orgullosa al lado de los austríacos y de todos aquellos patriotas con que quieren vivir libres y seguros". Aliança Catalana no ha sido la única al felicitar a Herbert Kickl, que se autodefine como "el canciller del pueblo". También lo ha hecho Santiago Abascal y Vox con un mensaje similar: "El movimiento patriota y por la libertad se abre camino en Europa a pesar de las necias campañas y estúpidas descalificaciones de los medios".

Kickl no lo tendrá fácil para llegar a gobernar en Austria a pesar de su victoria, ya que tendrá que formar una coalición con otras formaciones, que, hoy por hoy, no quieren saber nada de ello. Y es que se trata de una figura muy polémica, negacionista, por ejemplo de la pandemia, "plandèmia", según él, que se habría creado en un laboratorio. Evidentemente, también ataca con odio a los inmigrantes y los solicitantes de asilo, a quienes contrapone con los austríacos, como hace con los valores cristianos y el islamismo político.