La consellera d'Acció Exterior, Victòria Alsina, ha revelado en una entrevista en la agencia Efe que se reunió en septiembre con el ministro de Asuntos exteriores, José Manuel Albares, para pedirle ayuda para hacer posible la oficialidad del catalán a las instituciones europeas, pero el ministro le cerró la puerta. En este sentido, hay que recordar que el Estado español ha bloqueado hasta 16 veces la petición de oficialidad del catalán en la Unión Europea (UE).
En declaraciones en EFE, Alsina ha explicado que a la reunión de trabajo del septiembre pasado con Albares le pidió el apoyo del Gobierno para hacer posible la oficialidad del catalán en las instituciones europeas. La respuesta del ministro de Asuntos exteriores español, sin embargo, fue negativa. "Le pedí su apoyo en un tema en el cual necesitamos la voluntad política del Estado para hacer posible la oficialidad del catalán a las instituciones europeas. Le expresé mi voluntad de hacer de este tema un tema importante, en el cual necesitamos la complicidad del gobierno central como Estado miembro de la Unión Europea," ha declarado.
Sin embargo, la consellera chocó con ministro y con un Gobierno que no tiene ninguna voluntad de colaborar a hacer oficial el catalán en la Unión Europea. "No está la complicidad del Estado. Puerta cerrada", ha lamentado Alsina.
El catalán, sin oficialidad en la UE
Aunque el catalán es el 13.º idioma más hablado en la Unión Europea, no disfruta de oficialidad. Sin embargo, existen otras lenguas como el lituano o el esloveno que tienen menos hablantes y que sí que son oficiales. Sin embargo, cuáles son las consecuencias de la no oficialidad del catalán en la Unión Europea?. En primer lugar, la imposibilidad de utilizar el catalán ante las instituciones y los organismos europeos.
En segundo lugar, la limitación de ciertos derechos lingüísticos que previamente garantizaba la legislación catalana, como las leyes de consumo y etiquetado para los productos alimenticios. Eso es debido a que el Reglamento 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo solo garantiza el etiquetado en lenguas que sean oficiales de la Unión Europea.
En tercer lugar, ninguno de los documentos oficiales de las instituciones europeas puede estar escrito en catalán.
En cuarto lugar, el catalán no puede formar parte del ámbito de programas y acciones comunitarias de protección, fomento y difusión de lenguas de la Unión Europea.
En quinto lugar, el catalán actualmente no dispone del prestigio simbólico que merece ni de un estatus que permita mejorar la internacionalización.
El voto electrónico y la acción exterior
Otro de los retos que tiene en el punto de mira la consellera Alsina es la "consolidación de la acción exterior de la Generalitat". Esta consolidación, ha puntualizado, pasa para "reforzar" la red de delegaciones de la Generalitat en el exterior, poniendo el foco en Europa, pero también ampliando su presencia en "regiones estratégicas del resto del mundo".
Otro de sus objetivos es "dar una serie de servicios a toda la comunidad catalana en el exterior", que cifra en unas 400.000 personas y que sufre el "problema del voto exterior". En esta línea, ha hecho un llamamiento a los grupos del Parlamento para hacer un esfuerzo por ponerse de acuerdo y aprobar una ley electoral catalana que aborde, por ejemplo, el voto electrónico. No obstante, Alsina ha puntualizado que la habilitación del voto electrónico "no depende exclusivamente" de Catalunya, sino también de un cambio en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).
Con todo, la consellera independiente de Junts ha puesto énfasis en el hecho de que trabaja obtener los consensos necesarios aquí y en Madrid para poder sacar adelante todas estas cuestiones, pero que "por desgracia, no dependen en exclusiva de la conselleria". A pesar de la dependencia catalana de l'Estado español, ha señalado que "si se aprobara una ley catalana propia, se podría incluir la modernización del sistema electoral y el tema del voto electrónico, que podría arreglar los problemas del voto exterior."