Tortosa mantendrá el monumento franquista de la ciudad. Un 68,36% de los votantes ha considerado conveniente mantener el monolito donde está, es decir, en el río, y reinterpretarlo y contextualizarlo para promover la memoria histórica y la paz. La opción derrotada (31,25%) ha sido la de retirarlo y musealizar-lo.
En la consulta ciudadana ha participado alrededor de un 29,73%, 8.464 ciudadanos. La cuestión, que lleva polemizando el debate público en los últimos meses, ha movilizado bastante, teniendo en cuenta que se trataba de la primera consulta de estas características. Ya desde las 9 de la mañana se han empezado a formar colas de más de media hora que han obligado en algunos puntos a doblarlas. Sobre todo, el colectivo que más ha salido de casa ha sido el de las personas mayores, lo que dejaba intuir la decisión conservadora. Ha costado ver jóvenes, del total de 28.467 personas que han tenido el derecho a expresarse este 28 de mayo.
El debate había llegado incluso a sede parlamentaria. Pero no ha sido hasta esta semana cuando definitivamente el alcalde, de CDC, Ferran Bel, dijo que votaría a favor del mantenimiento del monumento, conjuntamente con 5 compañeros (2 lo han hecho en contra). En cuanto a ERC, al igual que a nivel nacional, estaban a favor de la retirada, así como Movem Tortosa. Los cupaires, en cambio, defendían no participar en el referéndum y amenazaban con los tribunales, ya que aseguraban que vulnera la Ley de Memoria Histórica.
Reinterpretar?
Una de las cuestiones básicas es que se puede considerar reinterpretar, tal y como establece la opción ganadora en el referéndum. No ha habido ninguna propuesta concreta sobre qué hacer con el monumento. Y eso le quita credibilidad, especialmente cuando algunos de los que defienden el mantenimiento argumentan que "ya está bien como está", y se han añadido a votar a favor del mantenimiento y la reinterpretación como mal menor. De hecho, hace décadas que algunos sectores apuestan por no tocar la obra de Lluís Maria Saumells.
Tortosins Pel Monument, la asociación ciudadana que defiende la pervivencia de la obra, está dirigida por Jaume Solé Purcalla, del PP, y es vicepresidente el republicano Jordi Albero. Se presenta como apolítica, pero acoge en su seno a nostálgicos del antiguo régimen. Algunos de sus miembros incluso son capaces de argumentar que "Lo Monument" "nunca ha sido franquista". Por otra parte, hay dificultades objetivas para reinterpretar el monumento, ya que es difícil eliminarle la estética propia de un monumento dictatorial. Pero derribarlo también puede tener un coste muy elevado.