"Protesté el 20-S de 2017 y voté el 1-O; como el Supremo considera que estos hechos equivalen a un delito de sedición, yo también soy culpable". Es, resumido, la esencia del contenido de la confesión de autoinculpación que centenares de personas están presentando en los juzgados de Catalunya. Una campaña que promueve Òmnium Cultural como muestra de solidaridad con los condenados. El me too del procés tras la sentencia.

A las nueve de la mañana, una larga cola serpenteaba en la entrada de la Ciutat de la Justícia de Barcelona. Al frente, el vicepresidente de Òmnium Marcel Mauri ha sido de los primeros de estrenar la campaña, que se ha reproducido en las otras tres capitales catalanas. Para poder absorber la avalancha de denuncias, el juzgado ha establecido que el acceso sea de uno en uno. Una vez dentro, el trámite sí que es rápido y no se alarga ni cinco minutos. "Si a ellos les han condenado nos tienen que condenar a más de dos millones de personas", ha afirmado Mauri al salir entre aplausos de la Ciutat de la Justícia.

El primero de la cola ha sido Pepe Beúnza, el primer objetor de conciencia del estado español, en la lucha contra el servicio militar obligatorio y convertido desde entonces en uno de los referentes de la desobediencia civil no violenta.

En relación a las posibles consecuencias penales derivadas de esta acción, desde la entidad explican que "es responsabilidad de la persona que decide autoinculparse" y que se plantea "como herramienta de solidaridad con los responsables políticos y líderes de la sociedad civil condenados por hechos idénticos a los cometidos" por los que desde hoy han decidido autoinculparse. Eso sí, Òmnium se compromete a asistir a todas aquellas personas que puedan llegar a recibir cualquier notificación por parte del juzgado correspondiente.

El TSJC ha dado instrucciones de aceptar únicamente unas 25 inculpaciones al día aproximadamente, para velar por el buen servicio de guardia y evitar aglomeraciones. En el caso de Barcelona, dadas las dimensiones de la Ciutat de la Justícia y teniendo en cuenta que disponen de más recursos, el volumen de aceptaciones está siendo mayor. 

El precedente del 9-N

Hace justamente cinco años, coincidiendo con la apertura del juicio contra Mas, Ortega y Rigau por el 9-N, miles de personas hicieron lo mismo. En aquella ocasión, la confesión fue por desobediencia. Las autoinculpaciones se realizaron ante Tribunal Superior de Justicia y finalmente este órgano acabó archivando las miles de denuncias recibidas.