Cayetana Álvarez de Toledo vuelve a Barcelona, allí donde se descubrió como nuevo personaje político de la mano del PP para presentar ahora su último libro. Esta gira para vender su lectura necesita ingredientes que la hagan atractiva: desde una guerra personal con Pablo Casado hasta el discurso contra el independentismo catalán. En este último aspecto ha hecho un llamamiento que tenía más tintes belicistas que cualquier otra declaración: "Donde ha habido un repliegue del Estado, tiene que haber un despliegue del Estado", en declaraciones a Aquí Cuní, de Ser Catalunya.
Para moderar su tono, ha añadido: "Tiene que haber una batalla cultural de deslegitimación del nacionalismo de que no es legítimo en otros países, pero aquí sí porque se tolera todo. Debemos reaccionar". Y en el aura mediática que se ha creado ella misma de su personaje, se excusa con el exceso de intelectualidad con que siempre quiere acompañar sus discursos: "Soy arrogante, lo acepto".
La otra mirada la ha fijado hacia el presidente español Pedro Sánchez: "Ha producido fracturas profundísimas y quiero desmontar sus gestas que ha vendido como una gran acción para Catalunya. Por ejemplo, los indultos y vendernos que es imprescindible el diálogo". Y ha añadido: "Eso es falso, ha abandonado la mitad de Catalunya que es constitucionalista y luminosa y no ha puesto su visión en los demás".
Así pues, tilda de "tribalismo" la izquierda española y señala como gran peligro "la cuestión identitaria catalana", que "marcado la decadencia actual". Por eso, Álvarez de Toledo encuentra la excusa perfecta cuando justifica que "no veta ideas, sino aquellas que están fuera del constitucionalismo".
Alabanzas a Fernández y Ayuso
Pocos amigos le quedan a Álvarez de Toledo en el Congreso de los Diputados. Muchos populares, desde Casado hasta barones de renombre, quieren que esté lejos. En cambio, ella ha aplaudido a dos figuras del partido: el presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El primero, lo sitúa como un "referente, lo mejor que le ha pasado al Parlament en muchos años por su discurso nacional". De Ayuso, pide que la hagan ya "presidenta del partido en Madrid porque las últimas elecciones han sido una esperanza, ha echado a Pablo Iglesias, ha podido frenar a Vox y muchos intelectuales madrileños confían en ella".
En definitiva, Álvarez de Toledo hace tiempo que no comulga con la línea oficial del PP y un último ejemplo de ello es haber presentado ayer su libro al lado de la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas. La diputada del PP busca hacerse un hueco.