El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, considera que los representantes de entidades civiles Jordi Sànchez y Jordi Cuixart no tendrían que estar en prisión, por lo que su indulto sería "una buena noticia", aunque no la mejor salida "porque implica reconocer un delito que no cometieron".
En un encuentro informativo de Nueva Economía Forum, el responsable de Amnistía Internacional en España ha diferenciado la posición que mantiene la organización con respecto a los condenados en el juicio del procés.
"Para nosotros Jordi Sànchez y Jordi Cuixart son personas que están injustamente en prisión; se ha utilizado el delito de sedición, que es ambiguo en la ley e interpretado de forma incorrecta, porque no han sido acusados de ningún acto violento y creo que no tendrían que haber entrado nunca en prisión", ha asegurado Beltrán. "Por lo tanto, el indulto no es la salida mejor, porque implica reconocer un delito, que en nuestra opinión no cometieron, pero es una buena noticia si se concede porque significa que dos personas que están injustamente en prisión estarían libres", ha argumentado.
El resto de presos políticos
Con respecto al resto de procesados, Amnistía no tiene una posición igual. "Son autoridades de gobierno, no miembros de la sociedad civil, aquí se pudieron cometer actos diferentes e ilegales, Amnistía no cuestiona al Constitucional en este sentido; tendría que ser revisado el principio de legalidad en el juicio porque creemos que el delito de sedición no tenía que haber sido aplicado".
Otras cuestiones
Beltrán también se ha referido a la venta de armas de España a países como Arabia Saudí o Israel y ha recordado que hay una ley de 2007 que "hay que respetar y que establece que no se exportará armamento si ha posibilitado que vaya a ser utilizado en conflictos armados. "Existe legislación y se está violando".
Sobre la pandemia, opina que es el momento de fortalecer el sistema nacional de salud —"si no es ahora, nunca se hará"— y que solamente podrá salir de ella si se vacuna en todos los países del mundo.
Otras leyes que tenían que cambiarse, plantea, es la de secretos oficiales, que es "de la época del franquismo y hace que casi todo lo que hacen las administraciones sea secreto", y la de Seguridad Ciudadana. "Hay libertad de expresión en España, pero bajo esta libertad existen amenazas, a veces profundas y a veces desconocidas. En general los Estados tienden a hacer que la información fluya poco transparente y eso tiene que corregirse", ha concluido.