Ya hay fecha. En medio de un contexto bastante pesimista para el independentismo, marcado por una desunión que solo se ha acentuado en las últimas horas después del acuerdo de presupuestos entre el Govern de ERC y el PSC (y que ha sido denunciado por Junts y la CUP), la Assemblea Nacional Catalana intenta iniciar la chispa que pueda generar consensos. Durante el acto del quinto aniversario del referéndum del 1 de octubre, hace unos meses, la presidenta de la entidad, Dolors Feliu, ya anunció que se pondría en marcha una Conferencia Nacional por la Independencia con el objetivo de fijar una hoja de ruta para conseguir la soberanía de Catalunya y definir cómo tienen que actuar las instituciones y el movimiento social. Desde entonces, la ANC se ha dedicado a recorrer todo el país, con más de treinta encuentros, explicando el proyecto bajo el lema 'Horizonte 2023-2025'. Y ahora ya está todo listo para la gran conferencia final.
Una reunión que tendrá lugar en la Universitat Politècnica de Catalunya el fin de semana del 11 y 12 de marzo, con un calendario apretado. El sábado habrá un total de 14 ponencias (siete por la mañana y siete por la tarde, desdobladas). La primera mitad (de 9.30 a 14.00) contará con la participación de las entidades, mientras que la segunda (de 16.00 a 20.30) estará dirigida a particulares que quieran decir la suya. Y se tratarán multitud de cuestiones del frente civil, del institucional y del internacional: así, se pondrán sobre la mesa puntos como mantener la declaración de independencia y evitar repetir los errores de octubre de 2017, cuáles son las limitaciones que tiene Catalunya bajo la legalidad española, cómo se puede sostener financieramente el país, cuál tiene que ser la relación con el resto de los Països Catalans, cómo generar nuevas adhesiones al movimiento o cómo encajar el país en el contexto europeo y global. El domingo por la tarde se explicarán las conclusiones del debate de la jornada anterior y se hará la clausura final.
Con voluntad de articular la vía unilateral
Con todo, esta cita se considera, por parte de la ANC, un hito "importante" en un momento marcado por el debate interno del independentismo y las dificultades para avanzar. Ahora, más que nunca, "es especialmente relevante hacer propuestas para acercar posiciones y generar consensos". El encuentro quiere resolver este enquistamiento. Y lo hará con el protagonismo casi exclusivo de la sociedad civil. No habrá partidos políticos, sino que tan solo se ha invitado a entidades, de las cuales ya han confirmado su asistencia una cuarentena, entre las cuales hay Òmnium Cultural, la Associació de Municipis per la Independència, el Consell de la República e Intersindical. Además, se espera que la cifra final se incremente "de forma notoria", con representación de una amalgama de actores de todo el territorio catalán.
La intención de todo esto, pues, es debatir, acordar y definir cuál es el camino que tiene que seguir el independentismo para preparar el próximo embate con el Estado español. Un intento de ejercer la unidad del independentismo de base, sin influencias partidistas. "Este gran encuentro del mundo independentista es un pacto del movimiento civil que sirve para consensuar las actuaciones principales y llevar a cabo acciones hacia la independencia a partir de las conclusiones de la conferencia nacional", ha explicado Dolors Feliu. Y es particularmente relevante que ella misma ha matizado que la voluntad del acto es articular el independentismo por la vía unilateral, porque, más allá del posicionamiento de los actores que asistan, la ANC no pierde de vista que un acuerdo con el Estado es, como mínimo, optimista.