La oficialidad del catalán en Europa es un elemento clave que el Gobierno tiene pendiente de resolver, año y medio después comprometerse con ella. Es una petición de los partidos independentistas a Pedro Sánchez que necesita el visto bueno de todos los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea, un reto que todavía no se ha alcanzado. En Andorra, el único estado donde el catalán es lengua oficial, esta oficialidad de la lengua en las instituciones europeas sería un éxito, ya que en palabras del síndico general del país, Carles Ensenyat, "les iría muy bien" en tanto que todas las directivas y los reglamentos llegarían en su lengua y sería más sencillo poder aplicarlas. De hecho, según Ensenyat, el Gobierno del Principado, con Xavier Espot al frente, pide de "forma activa" la oficialidad, para así poder ahorrarse de hacer todas las traducciones.

Así lo ha defendido en la visita a Andorra que ha hecho el presidente del Parlament, Josep Rull, acompañado por otros miembros de la Mesa de la cámara catalana. Rull, a su vez, ha asegurado que "la estabilidad de Andorra" comporta unas posibilidades "extraordinarias" para proyectar la lengua, sobre todo internacionalmente, y cuando esta sufre un momento de debilidad. Según ha explicado Ensenyat, el gobierno andorrano ha pedido "ayuda activa" en los foros políticos de jefes de estados y gobiernos europeos esta oficialidad. Recordando que tienen que ser los estados miembros los que tienen que decidir el futuro del catalán (también del gallego y el euskera), ha defendido su apoyo a la petición. Desde el Gobierno han asegurado en las últimas semanas que su objetivo es que el catalán y el resto de lenguas cooficiales en el Estado sean oficiales en la Unión Europea "ente los próximos meses".

Una relación "débil" en los últimos 15 años que se quiere revertir

Rull ha visitado con Ensenyat la Casa de la Vall, la sede del antiguo parlamento de Andorra y los dos han firmado un memorándum para establecer un marco de relaciones formales entre las dos cámaras que presiden con el objetivo de planificar estrategias compartidas en aquellas cuestiones que afecten a los dos territorios. Será, tal como ha querido destacar Rull, la primera vez que se establece un marco de relaciones formales entre las dos instituciones, una iniciativa que empezó en la pasada legislatura, con Anna Erra presidiendo la cámara catalana. El síndico general de Andorra ha lamentado que las relaciones entre el Parlament y el Consejo General han sido "más bien débiles" en los últimos quince años.