Los últimos episodios de discriminación lingüística en centros médicos de las Islas Baleares abrieron una brecha entre la Conselleria de Salut del territorio y la presidenta de la comunidad, Francina Armengol. En uno de estos casos de catalanofobia, un paciente tuvo problemas para ser atendido en catalán e, inicialmente, Salut optó por cerrar el expediente abierto por este caso de catalanofobia. Un día después, la presidenta Francina Armengol desautorizaba a la conselleria y apostaba por que el ejecutivo isleño mantuviera abierto este expediente y que no se cerrara tan pronto el caso.
Pues bien, después de todos estos hechos, una cabina telefónica de la Rambla de Palma de Mallorca ha aparecido esta mañana con un cartel de Armengol vestida con un uniforme nazi y donde se puede leer el mensaje "Médico: menos salvar vidas, más hablar catalán". Otro de los elementos que incluye este cartel es el logotipo del ejecutivo de las Islas Baleares. Los otros puntos donde también estaban estos carteles son la plaza España y Son Espases.
Algunos usuarios de la red lo han criticado, como expresa un usuario a través de Twitter: "Esta es la miseria moral de algunos médicos de la sanidad pública. Nuestro derecho a hablar nuestra lengua nos convierte en nazis".
El caso de catalanofobia
La catalanofobia está presente en el orden del día de muchos catalanes, sobre todo de aquellos que viven en zonas como el País Valencià o las Islas Baleares. Este fue el caso de Damià V. que tuvo problemas para ser atendido en un centro médico de Mallorca por el simple hecho de hablar catalán. Según recogió el periódico digital DBalears, Damià se hizo unos cortes el pasado 24 de agosto y tuvo que ir al médico de su pueblo, Campos, para que le curaran estas heridas de la mano.
Al llegar, tuvo problemas con una enfermera porque él le describió sus heridas utilizando el catalán. El citado digital explicaba que la trabajadora le preguntó qué le había pasado y él respondió: "Me he cortado con un vaso". La enfermera le dijo que no lo entendía y él repitió lo mismo: "Me he cortado con un vaso".
Al ver que no se entendían, la trabajadora le afirmó al herido: "Pues necesitará a alguien que le haga de traductor". Poco después, la enfermera accedió a limpiar las heridas y le comunicó al paciente que "ahora vendrá el doctor, que es extranjero como yo pero entiende alguna cosa en mallorquín, quizás así nos podremos entender". Con el médico tampoco hubo suerte, ya que cuando Damià le dijo que se había cortado con un "vaso", el doctor le preguntó si eso era un "cuchillo".
Damià V. recibió la cura, "bien hecho", según indica, y presentó una solicitud de actuación delante la Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos. El afectado consideraba que es "una humillación que te digan a tu pueblo que tú has de menester un traductor cuando estás hablando tu lengua".
Apertura de expediente
Después de los últimos casos de discriminación lingüística a la sanidad pública balear, el Govern insular anunció que empezaría a expedientar los sanitarios que se nieguen a atender en catalán. Así lo explicó a principios de septiembre la consellera de Presidència, Mercedes Garrido, después de una reunión entre los socios del ejecutivo.
Garrido señaló que la conselleria de Salut investigará mediante expedientes informativos todas las reclamaciones por discriminación lingüística que se notifiquen y que, de ser necesario, se abrirían de disciplinarios.
En la misma semana que el Govern balear expresaba su compromiso con la lengua, la Conselleria de Salut decidió cerrar el expediente que abrió a una médico para determinar si se negó a atender a una paciente por el simple hecho de hablar catalán.
Un día después de que la Conselleria de Salut balear se desentendiera de una denuncia por catalanofobia a la sanidad pública, el Govern isleño rectificaba y mantenía abierto el expediente sobre la discriminación lingüística que tuvo lugar en un centro de salud de Palma.
De esta manera, el ejecutivo de Francina Armengol obligaba al Servei de Salut de les Illes Balears (IBSalut) a seguir investigando un polémico caso de catalanofobia que se había cerrado demasiado pronto. "El caso no se puede dar por resuelto sin tratar el motivo que origina la reclamación, que es el hecho de que un paciente haya tenido que renunciar al derecho de expresarse en catalán para recibir atención sanitaria", explicaba el Govern balear en una nota de prensa.