Hace diez años, en junio 2015, el Centre d'Estudis d'Opinió, preguntaba a los catalanes si querían que Catalunya fuera un estado independiente. Faltaban pocos meses para las elecciones plebiscitarias del 27 de septiembre y entonces los resultados fueron de un 43% a favor de la independencia y de un 50% en contra. Desde entonces, el apoyo a la primera opción fue en aumento, con pequeñas oscilaciones, pero siempre al 40% o por encima de este umbral. En algunos momentos, coincidiendo con los puntos álgidos del procés, había más catalanes a favor de la independencia que en contra, según esta encuesta. Desde marzo del 2019, sin embargo, el apoyo ha ido bajando y en los datos hechos públicos este jueves, baja por primera vez en una década del 40%: un 38% de los encuestados está a favor de la independencia, mientras que un 54% está en contra. Este es, entonces, el dato más bajo en una década, desde diciembre del 2014, cuando el apoyo a la independencia en una encuesta sobre el contexto político del CEO era del 36,2%.

Junts, los más partidarios a la independencia; Aliança, los que dudan más sobre su posición

Si nos fijamos en el posicionamiento ante la independencia entre los partidos, vemos que el apoyo más alto se da entre los simpatizantes de Junts per Catalunya, con un 90% a favor y un 9% en contra. Ocho puntos atrás hay los simpatizantes de la CUP, con un 82% a favor un 10% en contra y un 8% que no lo sabe o no contesta. Los simpatizantes de ERC se encuentran por detrás de los cupaires, con un 78% a favor y un 17% de rechazo, mientras que solo 7 de cada 10 simpatizantes de Aliança Catalana (que según el CEO podría quintuplicar su presentación en el Parlament) está a favor de la independencia de Catalunya, un 71%, un 13% en contra y un 16% no lo tienen claro. Es el partido con un porcentaje más alto de personas que no se saben posicionar en este eje. Entre los simpatizantes de los comunes el apoyo es del 25%, el PSC del 17% y el PP y Vox empatan a 6%.

¿Autonomía o estado?

El CEO también pregunta los catalanes por cuál es su preferencia en las relaciones Catalunya-Espanya y la opción preferida (ninguno llega al 50%) es ser una comunidad autónoma de España, con el 36% de los votos. El 28% defiende ser "un estado independiente" y un 22% ser un estado dentro de una España federal. El apoyo a ser una "región de España", la fórmula que defiende Vox, solo es de un 8%. En esta pregunta, con cuatro opciones de respuesta diferente, entre el 2015 y en el 2023 se había impuesto la opción de Catalunya como un Estado independiente, llegando en octubre del 2017, coincidiendo con el referéndum de autodeterminación del 1-O, al 40%. En siete años y medio, esta posibilidad ha perdido el apoyo  de un 12% de la población. En este caso, el partido con simpatizantes a favor que Catalunya sea un Estado independiente es la CUP, seguimiento de cerca por Junts. Solo 6 de cada 10 simpatizantes de ERC escogen esta opción.

Un "problema" que pasa a un segundo plano

En la rueda de prensa de presentación de los resultados, el director del CEO, Joan Rodríguez Teruel, ha subrayado también que el interés por la independencia también baja en otros aspectos, no solo en esta pregunta sobre la posición. Por ejemplo, si hace unos años la relación Catalunya-Espanya era uno de los principales problemas paralos catalanes, ahora ha prácticamente desaparecido del ranking: con un 5%, se encuentra empatado con el paro y la precariedad laboral y superado por la sanidad, la economía, la inseguridad ciudadana, la insatisfacción política o la inmigración. El principal problema para los catalanes es, de nuevo, el acceso a la vivienda. Para Rodríguez Teruel, esto no quiere decir que los ciudadanos de Catalunya estén en contra de la independencia, sino que este ha quedado relegado como problema entre aquellas personas en que tienen posiciones menos duras sobre el tema en cuestión.