"Una sociedad fuerte y sana protege sus miembros más frágiles y pone recursos para evitar el riesgo de exclusión". Con estas palabras ha cerrado su intervención el conseller de Economía, Jaume Giró, durante el debate y aprobación de la proposición de ley que pide que haya cajeros automáticos en todos los municipios catalanes, una propuesta que ha impulsado el mismo conseller y que se ha aprobado con el voto de todos los partidos excepto los ultras de Vox. Una vez aprobada con esta amplia mayoría, la propuesta se remitirá a la Mesa del Congreso de los Diputados, ya que Catalunya no tiene competencias para implementarlo.
Esta proposición la han presentado ERC, Junts, CUP y comuns, pero es obra del conseller Giró, que la propuso a los grupos y también a través de una rueda de prensa donde explicó las características de esta iniciativa para revertir la exclusión financiera y combatir el riesgo del despoblamiento en el territorio. En este sentido, Giró recordó que la propuesta sigue la tendencia de reconocer los derechos financieros como un derecho social tal como lo exige la Unión Europea a todas las entidades bancarias. El titular de Economía también explicó que no se presentaba como decreto del Govern sino como proposición de ley porque Catalunya no tiene las competencias necesarias para redactar este tipo de ley, y es por eso que ahora tendrá que seguir su curso en el Congreso.
En su intervención de este miércoles el conseller ha dicho que ahora "toca confiar en que el Congreso la escuche y la haga suya", y ha recordado que hace cinco meses que se empezó a gestar esta propuesta para solucionar "un problema social en Catalunya": "Hoy esta cámara acaba de debatir un texto que la mayoría de grupos se ha hecho suya. Detectado el problema, sabemos como resolverlo, y llegamos a un acuerdo para hacerlo", ha celebrado Giró, que también ha lamentado no tener las competencias para poder implementarlo de forma inmediata: "Pero soy optimista. Todos los grupos hemos hecho una buena proposición de ley y hemos ido tan lejos como queríamos ir".
El conseller también ha destacado el carácter social de esta iniciativa, y es que ha apuntado que la inexistencia de un cajero puede complicar la vida a personas que no pueden hacer operaciones bancarias a través de Internet. "Todo el mundo sabe quiénes son estas personas. No somos los que estamos aquí. Son las personas más vulnerables, mayores, las que solo se pueden permitir servicios bancarios físicos y presenciales porque no tienen ordenador en casa ni vehículo para llegar a un pueblo donde hay cajero," ha cerrado el conseller.