Un preso acuchilló en el cuello a otro durante la misa celebrada este domingo en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid) en presencia del hasta ahora líder de la ANC y ahora también candidato de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, que se encuentra encarcelado en esta cárcel de forma preventiva acusado delito de sedición.
Tras la intervención de los funcionarios, la víctima fue atendida en primera instancia en la enfermería de Soto del Real, a donde llegó por su propio pie. Los médicos aconsejaron que fuera trasladado en helicóptero al Hospital de La Paz, donde recibió asistencia especializada. Se encuentra estabilizado fuera de peligro.
El incidente lo protagonizaron dos jóvenes veinteañeros de nacionalidad dominicana. En aquel momento, Jordi Sánchez se encontraba en la zona habilitada para celebrar las misas de los domingos en Soto del Real, aunque alejado del lugar donde se produjo la agresión.
"Se trata de un hecho aislado que ha sido controlado en el acto por los funcionarios presentes en el lugar", han explicado a Europa Press fuentes penitenciarias. La celebración de la misa en prisión es un acto público al que cualquier preso tiene derecho asistir y habitualmente congrega a numerosos internos.
Tanto el agresor como la víctima son presos preventivos vinculados a bandas latinas y que no comparten el mismo módulo en Soto del Real. Los hechos sucedieron sobre las once de la mañana cuando medio centenar de internos se habían sentado y se disponían a escuchar misa.
En ese momento, uno de ellos, interno ingresado en un módulo de reincidentes, sacó un cuchillo de plástico al que había pegado varias cuchillas de afeitar, agrediendo en el cuello al otro reo. El agresor fue reducido de inmediato por parte de los funcionarios de prisiones.
Entre los presentes, aunque alejado de la zona de la agresión, se encontraba Jordi Sánchez, que ingresó en Soto del Real el pasado 16 de octubre junto con el líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.
El vicepresident del Govern Oriol Junqueras y los otros siete consellers, sin embrago, ingresaron en las cárceles de Estremera (los hombres) y Alcalá-Meco (las mujeres).