El president de la Generalitat, Pere Aragonès, después de mantener una reunión de casi dos horas con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha escondido las diferencias abismales que el Estado y la Generalitat mantienen en la negociación del conflicto político. No obstante, ha defendido el "reinicio" de las conversaciones que hoy ponía en marcha la mesa de diálogo y ha advertido que requerirá "tiempo, perseverancia" para empezar a conseguir avances y se tendrá que hacer "más hacia allá de plazos muy concretos".
Aragonès y Sánchez se han reunido en el Salón de los Diputados, que precede el despacho oficial del president de la Generalitat. El encuentro ha empezado a las tres de la tarde y ha durado más de lo que estaba previsto, mientras los consellers Laura Vilagrà y Roger Torrent, recibían los cuatro ministros con quienes tenían que mantener la reunión negociadora.
Al acabar, Sánchez ha protagonizado una rueda de prensa, y acto seguido lo ha hecho Aragonès. Antes de empezar la intervención de Aragonès, un ujier del palacio de la Generalitat ha retirado la bandera española que había habido tras el presidente español durante su comparecencia.
Periodicidad y discreción
Tanto Sánchez como Aragonès han coincidido en constatar la distancia abismal que separa las dos partes y la complejidad que comportará esta negociación, pero han insistido en la voluntad de construir un contexto político más favorable y confianzas para intentar encontrar una salida al conflicto entre Catalunya y el Estado. Aragonès ha reclamado "metodología, periodicidad y discreción".
La apelación a las concreciones, y a los avances más que no plazos no ha sido improvisada. De hecho lo ha repetido dos veces, en una referencia implícita al plazo de dos años acordado con la CUP para buscar una alternativa a la mesa de diálogo.
Papel en la negociación
Aunque ayer fue designado por el Consell Executiu como miembro de la delegación catalana, Aragonès no ha intervenido a la reunión de la mesa de diálogo, porque tampoco lo ha hecho Pedro Sánchez. que en un primer momento se resistía incluso a hacerse una fotografía protocolaria con los negociadores antes de empezar. "Yo participaré a la mesa en los mismos términos que participa el presidente del Gobierno", ha insistido.
Ante la pretensión del Gobierno de abordar lo que Sánchez minutos antes ha descrito como la agenda del reencuentro, Aragonès ha insistido que "la mesa aborda un conflicto político mucho más profundo, que no se cierra en una determinada política sectorial". Ha querido diferenciar esta negociación de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado aunque ha admitido que "todo ayuda". "Evidentemente, pero las materias son diferentes. Y la propia dinámica, aquí estamos dos gobiernos y los presupuestos se debaten en el Congreso", ha remachado.
Amnistía y autodeterminación
Aunque Sánchez ha insistido en rechazar las exigencias con que el independentismo llega a la mesa de negociación, Aragonès ha reiterado que la propuesta de la delegación catalana es "amnistía, autodeterminación, fin de la represión y referéndum" y que se defenderá con "posiciones muy firmes".
Por lo que respecta la ausencia de Junts, ha explicado que compartiría con el vicepresident el resultado de la reunión y ha recordado que la previsión es ampliar la delegación catalana para incorporar a los socios. De momento, sin embargo, en la mesa negociadora de hoy había cuatro ministros españoles ante dos consellers.
El president ha insistido a lo largo de la rueda de prensa en la necesidad de avanzar hacia una resolución democrática del conflicto entre Catalunya y el Estado y ha destacado que la mesa de hoy es la respuesta al Spain Sit and Talk que se pedía en las calles. "El de hoy no es un nuevo encuentro, un segundo encuentro, sino un reinicio del proceso de negociación tras la inactividad de la pandemia," ha insistido.
Ha defendido el reconocimiento institucional mutuo, ante un conflicto de naturaleza política que requiere un diálogo de carácter democrático y que, ha insistido, tendrá que ser refrendado por la ciudadanía. "Tenemos que decir con honestidad que estamos muy lejos en las posiciones, que encaramos las negociaciones constatando las dificultades de este tipo de procesos, pero que también subrayamos la voluntad de trabajo y el consenso de que la mesa de negociación es el instrumento adecuado para avanzar en una resolución del conflicto", ha remachado.