Giro argumental este jueves a una negociación de presupuestos que amenazaba con dirigirse a una vía muerta. El Govern ha optado por aceptar la autovía orbital B-40 para que las conversaciones vuelvan a circular. Esto le ha obligado no solo a tragarse hasta la última curva de esta infraestructura, conocida como Quart Cinturó, sino a reconocer públicamente la renúncia que representa para ERC. Minutos después de que los diputados republicanos han votado a favor de la moción del PSC sobre la B-40, el president, Pere Aragonès, ha reconocido la contradicción que representa este voto para su partido, pero ha concluido que con este gesto desaparecía el escollo para sacar adelante las cuentas. No lo ha visto así el primer secretario del PSC, Salvador Illa, que ha comparecido poco más tarde en el Parlament para dejar claro que, a pesar de reconocer el gesto, no hay nada cerrado.
El Govern solo cuenta con el apoyo de sus 33 diputados, de los 135 que componen el Parlament, además de los 8 diputados de los comuns, por lo cual necesita para sacar adelante los presupuestos del apoyo de los 33 diputados del PSC o de los 32 de Junts.
Después de semanas de negociaciones, el pasado 28 de diciembre, el PSC puso encima de la mesa un documento de mínimos para pactar los presupuestos, que incluye, entre otros puntos, el Quart Cinturó. El Govern ha ido cediendo en otros macroproyectos incluidos en este documento, como la ampliación del aeropuerto de Barcelona o el Hard Rock, pero se resistía a esta infraestructura, contra la cual ERC ha hecho bandera en el territorio. No obstante, este jueves la exigencia de los socialistas en torno a la B-40 se había condensado en una moción que se ha votado en el Parlament y el voto de ERC tenía que determinar el futuro de las negociaciones de presupuestos. Y finalmente los republicanos se han comido el sapo.
La contradicción de Aragonès
Una vez ha acabado la votación el Govern ha convocado una comparecencia del president. Aragonès ha admitido que la B-40 no forma parte de su modelo de país y ha confesado que asumía la contradicción, el coste y el desgaste político que representa, pero ha concluido que una vez superado este punto ya no tendrá que haber escollos ni "excusas" para aprobar los presupuestos.
Poco después ha sido el primer secretario de los socialistas, Salvador Illa, quien ha comparecido en el Parlament para reconocer el gesto que han protagonizado los republicanos. Illa ha anunciado que ha pedido al equipo negociador de su partido que reprenda a partir del lunes las conversaciones, que los últimos días habían quedado reducidos al diálogo entre la portavoz del grupo socialista, Alícia Romero, y la consellera de Presidència, Laura Vilagrà. No obstante, el socialista ha dejado claro que no se puede dar nada por cerrado, porque "quedan puntos y trabajo pendientes".
Illa ha señalado que a pesar del apoyo a la B-40, ERC se ha abstenido en el punto de la misma moción referido en el aeropuerto. Desde el PSC se señalan, además, cuestiones como la Ley de Barrios o la Ley de la Ciencia, pero también diferentes puntos con carga política que incluye el documento de mínimos.
En cualquier caso, las conversaciones por los presupuestos que parecían languidecer lentamente, han conseguido un balón de oxígeno. Antes de reanudar las negociaciones el lunes, sin embargo, ERC tendrá que superar este sábado en Lleida su congreso nacional, mientras que el PSC tendrá que debatir el posicionamiento del partido en la reunión de su ejecutiva.