El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha convocado a los consellers de su Govern a una reunión extraordinaria del Consell Executivo. La reunión está motivada por el choque que se registró ayer con los socios de Junts en el debate de política general en el Parlament después de que el portavoz de Junts, Albert Batet, emplazó a Aragonès a cumplir los puntos pendientes del acuerdo de Govern o someterse a una cuestión de confianza. El presidente no escondió el enfado que provocó en las filas de Esquerra la intervención de Batet. En su última intervención emplazó a Junts a decidir con celeridad si sale o no del Govern y les advirtió que, como presidente, también tomaría sus decisiones.
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En este contexto, a primera hora de hoy Aragonès ha anulado su agenda para analizar la situación y al mediodía ha comunicado a los consellers que les convoca para una reunión a las 17 horas con el objetivo de compartir los acontecimientos registrados durante el debate de política general. El objetivo de la reunión, según fuentes de Esquerra, es conocer el parecer de los consellers. A pesar de todo, estas fuentes admiten que ahora mismo todas las opciones están abiertas. El objetivo de la reunión, según fuentes de Esquerra, es conocer la opinión de los consellers. Con todo, estas fuentes admiten que ahora todas las opciones están abiertas. Desde el Govern se insiste en la necesidad de que Junts de una respuesta clara sobre su continuidad en el Govern y se subraya la necesidad de garantizar el respeto institucional y que los miembros del Govern se dediquen al cien por cien a abordar la situación económica, social y para resolver el conflicto político.
Ruptura del acuerdo
Los rumores sobre la ruptura del acuerdo de Govern se dispararon desde el mismo momento en que Batet acabó su intervención y se han acelerado a lo largo de toda la mañana. Desprués que Aragonès ha comunicado que anulaba toda su agenda también la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà y el vicepresident, Jordi Puigneró, han suspendido los actos que tenían previstos.
Desde Junts se ha querido quitar hierro a la situación subrayando esta mañana los efectos positivos que la cuestión de confianza representó en el 2016 para la presidencia de Carles Puigdemont, y han insistido en que no habían planteado un ultimátum Aragonès. Eso, sin embargo, no ha frenado el malestar entre los republicanos.
Esta situación se produce después de que las últimas semanas ha habido un intenso debate en las filas de Junts entre los partidarios de abandonar el Govern y las voces que posicionan en contra de esta salida.
Junts basa sus exigencias a los socios en el incumplimiento de tres de los puntos del acuerdo de legislatura relativos a la dirección estratégica del procés, la mesa de diálogo y la coordinación en Madrid.
Batet exigió ayer una respuesta a Aragonès sobre estas cuestiones y el presidente se comprometió a abordar los tres puntos, a pesar de plantear algunas puntualizaciones. Con todo, el presidente de Junts a la última réplica advirtió al presidente que si no cumplía con estos compromisos se tendría que someter a una cuestión de confianza.