Coincidiendo con el primer aniversario desde las elecciones del 14-F que dieron la mayoría absoluta al independentismo, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha hecho un llamamiento a "reactivar" la fuerza del soberanismo, la "fuerza institucional y de movilización política", para obligar al Estado a "moverse". Ha sido en el marco de una conferencia en la sala oval del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), durante la cual ha reclamado propuestas del Estado para avanzar en la negociación, empezando por la retirada de las causas contra el president Carles Puigdemont y el resto de políticos exiliados, tal como ha reclamado el Consejo de Europa. Aragonès ha compaginado los llamamientos a la unidad y a evitar los tacticismos con las advertencias al Gobierno, a quien ha advertido de que si en la próxima legislatura hay un ejecutivo del PP y Vox será por "la poca valentía del actual gobierno del Estado".
En la primera fila, seguían el acto los miembros del Govern; la presidenta del Parlament, Laura Borràs, con miembros de la Mesa, y los responsables de los grupos parlamentarios que han querido asistir al acto, al cual han sido invitados todos los partidos excepto Vox. La CUP no ha enviado a ningún representante, aunque, aparte de la plana mayor de ERC, con Oriol Junqueras al frente, sí estaban presentes la cúpula de Junts, con su secretario general, Jordi Sànchez, así como el socialista Salvador Illa o Jèssica Albiach de los comunes. También había representantes del mundo económico y social.
Aragonès ha admitido que el proceso de negociación con el Estado vive un momento de dificultad "por la poca valentía del Gobierno español", que se niega a hacer una propuesta política y dilata la convocatoria de la mesa de diálogo "por intereses de partido". Ante esta situación ha advertido que la reactivación del independentismo tiene que obligar al Estado a moverse tal como, según ha dicho, demostraron los indultos. Ha puntualizado que los indultos "no son la solución" pero han sido "un paso importante" porque reconocen que la sentencia del Supremo fue injusta. Como ha hecho en otras ocasiones, Aragonès se ha referido a la experiencia de Escocia, que acordó un referéndum con Gran Bretaña en el 2012, o Quebec, que se dotó de una ley de la claridad, para fijar las reglas del juego.
De brazos cruzados
"Si la negociación no avanza, si no se empiezan a visualizar resultados, es evidente que no nos podemos quedar de brazos cruzados", ha advertido, aunque no ha concretado cuál será la respuesta ante el fracaso de la mesa de diálogo. Eso sí, ha llamado una vez y otra al independentismo a mostrar su fuerza, cohesión y unidad de acción, un proceso que ha descrito como "poner en movimiento a las bases del nuevo catalanismo moderno". Para hacerlo ha señalado diferentes condiciones, la primera de las cuales "fortalecer y visualizar" los grandes consensos de la sociedad catalana, como nación, tierra de acogida, con el catalán como lengua común... Con este objetivo ha anunciado que pondrá en marcha un diálogo con el conjunto de las institucions del país y con los principales actores políticos, económicos y sociales, empezando con los diputados en Catalunya y Madrid y los eurodiputados.
Aragonès se ha referido a la necesidad de gobernar bien, apostar por el progreso económico y social, con movilización popular en defensa de los grandes consensos y de los derechos civiles y políticos, la amnistía y la autodeterminación. Ha hablado de la necesidad de volver a visualizar estos consensos en las urnas, de internacionalizar el procés, y "recoser la unidad de acción del independentismo".
"Dejemos de competir para ver quién es más independentista y más de izquierdas. Nadie es más independentista que nadie. Ni los que hemos hecho la independencia en solitario durante décadas ni los que se han hecho indepedentistas hoy mismo", ha advertido reivindicando el papel de ERC i insistiendo en que "no hay una única manera de ser independentista".
El president ha abierto su discurso, que según el Govern ha preparado durante semanas, asegurando que se dirigía a la que ha descrito como la "Catalunya entera", que "incluye a todo el mundo, sea como sea, venga de donde venga", sin ciudadanos de primera o de segunda. La conferencia ha empezado a las seis y media de la tarde en la sala oval del Palau Nacional. En el escenario aparecía la palabra manuscrita Avancemos. A medida que el president iba incorporando temas iban aparecen diferentes palabras: nación, transformación, catalán... Las dos últimas palabras que se han proyectado han sido independencia y libertad.
Al día siguiente de las elecciones en Castilla y León, que evidencian de nuevo la fuerza de la ultraderecha, ha advertido al Estado que sin la resolución del conflicto político entre Catalunya y España, esta última se desliza hacia el autoritarismo". Si el Estado no entiende eso, ha advertido, "estará abriendo la puerta a la derecha y la extrema derecha. Si eso pasa, será responsabilidad única y exclusiva de quien gobierna más pendiente de no hacer enfadar a la derecha que de afrontar el conflicto".