Ya en campaña, Pere Aragonès proclamó su intención decidida no sólo de llegar a la presidencia de la Generalitat, sino también de garantizar desde los primeros compases del futuro nuevo Govern la estabilidad que no ha tenido el ejecutivo de Quim Torra. Eso quiere decir acompañar el pacto de investidura de un acuerdo para los presupuestos de la Generalitat. Para tratar de amarrar ambas cosas con el actor necesario para llegar a la mayoría, la CUP, Esquerra Republicana se ha comprometido por escrito a someter al president a una cuestión de confianza a media legislatura. Así se desprende del preacuerdo ERC-CUP anunciado el domingo y del cual el propio Pere Aragonès ha dado más detalles en un artículo en el Ara.
"La confianza y la estabilidad, hoy, pasan por gobernar bien y por no tener miedo de rendir cuentas. Porque esta es la mejor manera de avanzar y progresar. Evaluarnos. Por este motivo estoy convencido —y así lo hemos convenido con la CUP— que es bueno y sano que cuando sea presidente de la Generalitat se me someta a una cuestión de confianza a mitad de legislatura para evaluarnos, para renovar el acuerdo y reforzar la estabilidad del Govern", explica Aragonès, que argumenta que haciendo uso de esta herramienta de control parlamentario "asegura la investidura y la aprobación de los presupuestos".
Fuentes de la CUP que han tenido acceso al documento rubricado confirman a ElNacional.cat que efectivamente se contempla este escenario. El pacto suscrito entre los dos partidos se sustenta sobre cuatro pilares: garantizar el derecho a la vivienda haciendo frente a los desahucios, reforzar la atención primaria del sistema de Salut de Catalunya, reformar el modelo de gestión de orden público y crear las condiciones para un nuevo "embate democrático con el Estado", si puede ser en forma de referéndum.
La llave la tiene ahora Junts
Los republicanos son plenamente conscientes de que el apoyo de los anticapitalistas —pendiente de ratificación de su militancia en asamblea este miércoles— no sirve sin la pata principal e imprescindible para apuntalar un Govern de Aragonès, que es Junts per Catalunya. De hecho, él mismo reconoce que el preacuerdo con los cupaires es "sólo la primera piedra". Apunta, en este sentido, la obligación de intensificar las negociaciones para "solidificar el acuerdo antes del viernes". La misión, ahora, hacer encajar a Junts, socio prioritario, en la alianza con la CUP.
ERC y la CUP suman 42 diputados. Si bien ahora mismo sería la mayoría más amplia, queda lejos todavía del apoyo mínimo imprescindible para una investidura. Sin contar con el apoyo de los 32 diputados junteros, Aragonès no será presidente. De momento, este martes Laura Borràs arranca la ronda de contactos para designar a un candidato. En Junts avisan de que no hay nada cerrado. O, como diría el poeta, todo está por hacer y todo es posible.