Las diferencias entre ERC y los socios de Junts y la CUP en torno a la estrategia independentista han vuelto a polarizar la segunda jornada del debate de política general. Junts ha respondido al mediodía a la defensa que el president, Pere Aragonès, había hecho de la mesa de diálogo en su discurso de apertura advirtiéndole que el suyo es un gobierno de coalición y no de subordinación, y el presidente ha aprovechado el turno de réplica para pedir a los socios "generosidad y mirada larga". A los cupaires, les ha advertido que el pacto que cerraron para la investidura no incluía ningún calendario para un nuevo referéndum.
En respuesta a Junts, Aragonès ha insistido en que la puerta abierta en la negociación existe y ha pedido unidad; ha admitido que esta es su propuesta, pero ha subrayado que eso no excluye otras estrategias y que "lejos del ruido" será posible el trabajo conjunto entre los socios de Gobierno para fortalecer la cultura de coalición.
En este sentido, ha explicado que este fin de semana viajó al Alguer a apoyar al president Carles Puigdemont, después de que fue detenido, porque más allá de matices, ante la represión hace falta una respuesta conjunta y unitaria. Ha puesto como ejemplo, los éxitos conseguidos por la estrategia del exilio que ha conseguido poner al descubierto la fragilidad de las acusaciones del Estado, y ha asegurado que se complementa con la de los presos políticos.
"La amnistía y el autodeterminación son los objetivos ámpliamente compartidos que tenemos que defender por todas partes", ha insistido para subrayar que eso se puede hacer desde muchos frentes y "no es contradictorio sino compatible".
Reproche a la CUP
En respuesta a la CUP, que hoy ha emplazado Aragonès a fijar fecha a un nuevo referéndum y que ha presentado una propuesta de resolución en que insta a celebrarlo antes de que acabe lo ha legislatura, Aragonès se ha remitido a la literalidad del acuerdo que republicanos y cupaires cerraron antes de la investidura y ha asegurado que lo cumplirán. "El acuerdo no hablaba de fechas concretas, era muy claro en el sentido de plantear y de generar las condiciones para el referéndum y estamos trabajando en ello", ha remachado.
Ha reprochado que habían conocido a través del medios la propuesta de resolución que los cupaires han llevado al pleno y ha advertido que si realmente era una propuesta para sacarla adelante se tendría que haber hablado antes. Con todo no ha cerrado la puerta a hablar, pero remitiéndose en todo momento al acuerdo firmado y advirtiendo sobre la complejidad que representa un tema tan importante como es el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la necesidad de abordar las condiciones y la correlación de fuerzas antes de entrar en concreciones.
Respuesta en bloque
El president no ha respondido a los grupos uno a uno sino que ha optado por responder en bloque una vez han acabado las intervenciones de todos los portavoces. Después de 4 horas de debate, ha concentrado la réplica en 40 minutos. Apenas ha tomado la palabra ha tirado de las orejas a la oposiciónn. Ha recordado que el día anterior había emplazado a actuar de manera diferentes, sin gestos estériles y polémicas interesadas y asumiendo las contradicciones, pero que había fracasado en el intento. "Pensaba que podíamos abrir una etapa en qué fueramos capaces de salir de las zonas más cómodas", ha lamentado.
A partir de aquí, ha ido respondiendo a las intervenciones de los grupos, empezando por el presidente del grupo del PSC, Salvador Illa. Al dirigente socialista le ha reprochado que su discurso le ha decepcionado mucho. "Pensaba que el gobierno alternativo tendría un proyecto alternativo. Y no lo hemos encontrado", ha reprochado, para sentenciar acto seguido: Ustedes no tienen propuesta alternativa y hoy lo hemos visto de forma muy clara".
Después de recordar que hoy se cumplen 44 años desde la restauración de la Generalitat y que, por lo tanto, es previa a la Constitución, ha insistido en que "la Constitución no se puede poner como límite para resolver los problemas de este país" y ha advertido que la agenda del reencuentro que propone Pedro Sánchez "es absolutamente insuficiente para al resolución del conflicto".
En Catalunya en Común les ha reprochado que después de querer aparecer como forjadores de consensos, hoy se habían retirado la estrategia y han hecho muchos pasos atrás. Ha ironizado sobre si los comunes pueden dar lecciones de divisiones internas ante las diferencias que muestran al Ayuntamiento de Barcelona, comunes y socialistas, o cuando en el Gobierno, los ministros se contradicen públicamente en las ruedas de prensa.