La desconfianza mutua labrada durante años es el gran talón de Aquiles de la relación entre ERC y Junts y así se desprende de la negociación que mantienen abierta ambos partidos para formar gobierno. Han pasado ya dos meses desde la celebración de las elecciones y el acuerdo ha ido saltando hojas del calendario. Ahora, se sitúa más allá de Sant Jordi, previsiblemente en los primeros compases del mes de mayo. El aspirante a presidente, Pere Aragonès, considera que su partido ya ha puesto "propuestas suficientes" como para "acelerar el cierre del acuerdo".

Así lo ha afirmado en una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, en el 90 aniversario de la proclamación de la Segunda República por parte de Companys y Macià. El presidenciable de ERC ha insistido en la idea que desde hace semanas repiten las primeras espadas del partido, que "no hay ningún escollo insalvable que impida formar gobierno cuanto antes mejor": En este sentido ha destacado que han conseguido lo que en los últimos años había sido más difícil, que era cerrar un acuerdo con la CUP, y ha pedido a Junts que se avenga a lo más fácil, que es que el segundo partido independentista dé apoyo al primero, como ha hecho ERC con CDC y Junts a lo largo de la última década.

Contacto con Puigdemont

Fuentes republicanas informan a ElNacional.cat que el sábado pasado se envió a Junts un "documento extenso" con concreciones para analizar. Todavía están pendientes de respuesta. Aragonès ha explicado que mantiene contacto permanente con Jordi Sànchez y que también ha hablado con Puigdemont. Fue "una conversación cordial y esclarecedora" que le sirvió, ha dicho, para convencerse de que sus agendas y planes son compatibles.

El todavía vicepresident espera que "en las próximas semanas" pueda saberse si se desbloquea la situación. "Agotar el plazo sería una irresponsabilidad", ha sentenciado, haciendo evidente que "cada día que pasa el coste de no formar gobierno es más alto". Todavía sobre el calendario, ha descartado que las elecciones madrileñas previstas para el 4 de mayo pueadn influir en las negociaciones para formar gobierno en Catalunya.

Reestructuración del Govern

Más allá de las diferencias de fondo que los equipos negociadores tratan de ir resolviendo, todos los implicados son conscientes de que el gran obstáculo es un viejo conocido y tiene que ver con la mala relación instaurada entre ERC y Junts. A pesar de todo, Aragonès ha confirmado que, si bien está preparado para afrontar cualquier escenario, su prioridad es una coalición de gobierno con los junteros. Eso sí, con cambios sustanciales respecto de las anteriores legislaturas.

Ahora será ERC quien capitanee al ejecutivo y el diseño que plantean los republicanos prevé una sacudida profunda de la estructura gubernamental, con la creación de tres nuevas conselleries —Acció Climàtica, Igualtat i Feminismes y Universitat i Recerca— que comportarían una "reestructuración" del resto de departamentos para evitar "una inflación de conselleries".

En paralelo, la obsesión de ERC es que desaparezca el concepto de "compartimentos estancos". Es decir, que las conselleries no sean exclusivas de un solo partido, sino que en los cargos intermedios puedan intercalarse miembros de la otra formación.

Blindar el Govern de las crisis

Al mismo tiempo, los equipos negociadores trabajan en la creación de "mecanismos de seguimiento y coordinación" entre socios que sirvan como "herramienta para que cuando haya un problema, que los habrá, se pueda desbloquear". Así lo ha confirmado el propio Aragonès.

Vista la experiencia de los últimos años, la prioridad pasa por blindar al ejecutivo de las crisis que seguro que surgirán. Sería a partir de varios comités. Uno, en el Parlament y que ya había existido en etapas anteriores, que es el que se reuniría con más frecuencia. Además, la idea es acompañar este espacio de otro que incorpore miembros del ejecutivo. Finalmente, se estudia la idea de celebrar cónclaves más puntuales pero de más calado para evaluar el estado de salud de la coalición. Sería similar a la "jornada de convivencia" que Pedro Sánchez convocó ahora hace un año con todos sus ministros en una finca de Toledo.

En la imagen principal, Aragonès en la reunión del Govern de este martes. / R. Moreno