Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos se han cerrado en banda hoy en el juicio por los papeles de Bárcenas. Ninguno de los dos recuerda nada y lo poco que recuerdan lo han negado.
El exsecretario general del PP en 1999 y vicepresidente del Gobierno de José María Aznar, Javier Arenas, ha negado este martes ante el tribunal de la Audiencia Nacional que haya recibido sobresueldos en metálico de la mano del que fuera tesorero del partido Álvaro Lapuerta o del entonces gerente Luis Bárcenas.
En respuesta a preguntas de las acusaciones populares, Arenas sí que ha confirmado que el cargo de secretario general tenía aparejado un complemento de responsabilidad, pero ha matizado que ese plus se recibía por transferencia, iba acompañado de la nómina y se declaraba en el IRPF anualmente.
En este sentido, ha incidido en que también había complementos para quienes ostentaban cargo dentro del grupo parlamentario popular. "El consejo de dirección tenía un complemento que venía acompañado de la retribución de la cámara y que se declaraba en IRPF, por supuesto", ha insistido.
Preguntado por si conocía los apuntes contables que llevaba de la caja B Bárcenas, ha señalado que tuvo conocimiento de los mismos por los medios, pero que sobre la inmensa mayoría de esos asientos contables tiene un "absoluto desconocimiento". "En los que aparezco yo, absoluto desconocimiento, y no es correcto el apunte", ha incidido.
Así, no reconoce como verídicos esos apuntes a pesar de que aparecen anotaciones a nombre de 'Are', 'Arenas', 'J.R.', 'J.A.' o 'Arenas'. En un momento dado ha explicado que no es "el único Javier que aparece en esos papeles" y tampoco es "el único Javier del PP". "Desconozco si en la organización hay algún otro Javier Arenas", ha añadido, para luego subrayar que no ha recibido "ninguna cantidad proveniente de empresarios o del partido", y que "todo lo recibido" lo ha declarado a Hacienda.
Las tres negaciones de Álvarez Cascos
El exvicepresidente del Gobierno y exministro del PP Francisco Álvarez Cascos ha negado este martes la mayor durante el juicio por la presunta caja B del PP en la Audiencia Nacional, señalando que nunca le fueron entregadas ni entregó las cantidades que se vinculan con su nombre en los denominados papeles de Bárcenas. "Esos apuntes no tienen nada que ver conmigo", ha asegurado.
En su declaración en este juicio, el extesorero del PP Luis Bárcenas situó a Álvarez Cascos en el origen de la caja B, pues según dijo ante el tribunal, la contabilidad paralela comenzó a realizarse cuando el también tesorero del partido Álvaro Lapuerta recibió la "instrucción" del entonces secretario general de la formación política.
El testigo ha negado este extremo, señalando que desempeñó las funciones de tesorero desde el cese de Ronsendo Nasseiro en 1991 y hasta el nombramiento de Álvaro Lapuerta, predecesor de Bárcenas ya fallecido. "Jamás tuve conocimiento, ni antes, ni durante, ni después", ha respondido de forma taxativa.
Sobre los papeles de Bárcenas, el exvicepresidente del Gobierno ha insistido a lo largo del interrogatorio al que le han sometido varias acusaciones populares que sólo los conocía por lo que habían publicado los medios de comunicación y para él no tienen "ninguna significación". También dijo ignorar quién es Ángel Piñeiro, exgerente del PP gallego y quien según el sumario aparece como responsable de la canalización de gran parte de las donaciones de empresarios al PP.
En cuanto a sus retribuciones, ha insistido una y otra vez que todas ellas las ha recibido a través de cheques nominativos y de forma transparente, calificando de falso que esté detrás de ninguno de los pagos que aparecen en los papeles, que según le ha recordado la abogada de Adade habrían ascendido a 421.000 euros actuales siendo vicepresidente más otros 250.000 euros siendo ministro.
Igualmente ha negado los ingresos que según los apuntes de Bárcenas habría aportado a la caja B tras recibir dichas cantidades de empresarios, por valor de 10 millones de pesetas en 1994 y de otros 4 millones de pesetas en 1995. "Ni siquiera he recibido un cita para eso, nadie entra a comprar fruta a una ferretería", ha señalado al respecto.
Tras negar conocimiento sobre otros puntos de la trama, como las ayudas al exsecretario del PP navarro Calixto Ayesa en los años en que él era responsable del partido, Cascos ha mostrado su "perplejidad" por lo ocurrido con este procedimiento por entender que el Gobierno del que él formó parte "dio solución y abordó de una manera definitiva una situación heredada, la que había en España entre 1991 y 1996", relacionada con las donaciones a los partidos.
En este punto ha mostrado una portada de el diario El País de 1991 que reza: "Borrell insta a los magnates de la construcción que no paguen comisiones a los partidos".
Ha añadido que en 2000, cuando fue nombrado ministro de Fomento, se comprometió a aprobar un nuevo reglamento para desarrollar la ley de contratos con las administraciones públicas para introducir cláusulas que introdujeran transparencia y concurrencia de la administración pública, y que así lo hicieron, lo que haría imposible un sistema como el descrito por Bárcenas.
Toda la culpa hacia el tesorero
Durante el interrogatorio a Arenas, ha vuelto a ponerse sobre la mesa la estructura del partido, con el objetivo de conocer si el presidente o el secretario general tenía algún tipo de poder respecto a la parte económica de la organización. El exsecretario general se ha mantenido en la línea de lo declarado por el también exsecretario general Ángel Acebes, al incidir en que él sólo respondía de la parte política y que la económica dependía completamente del tesorero.
"Yo como secretario general no tenía firma, no he firmado un talón", ha explicado, para luego añadir que tampoco recibía por su cargo propuestas de posibles donantes del PP y que mientras fue parte del Gobierno dejó de percibir complementos salariales porque eran incompatibles con el cargo de ministro.
Además de por los posibles sobresueldos que hubiera cobrado, a Arenas también se le ha preguntado por varios episodios que guardan relación con la causa, como por ejemplo por lo declarado por Bárcenas, quien sostuvo que al cerrar la caja B del partido le preguntó a Arenas qué debía hacer con el remanente (unos 50.000 euros). Arenas ha señalado que no recuerda esa conversación, pero no le parece extraño que le hubiera derivado para resolver cualquier asunto al entonces presidente Mariano Rajoy.
"Pero no recuerdo que Bárcenas me haya hablado nunca de la caja B", ha indicado, para negar además que le regalaran un reloj cuando abandonó la secretaría general en 2003 --que también aparece en anotaciones--, que hubiera tenido una reunión privada con el constructor Luis del Rivero a cuenta de un donativo o que un empresario andaluz le diera dinero en efectivo para esa caja paralela del PP.
Préstamo a García Escudero
En relación al apunte en los papeles que habla de un préstamo al expresidente del Senado Pío García Escudero tras el atentado terrorista en su domicilio, Arenas sí que ha indicado que él le señaló que debía hablar con el tesorero, y ha añadido que ese asunto en concreto figuraba en las cuentas que iban al Tribunal de Cuentas, órgano fiscalizador de los partidos políticos. "No gestioné nada, un compañero me trasladó una necesidad y le dije que hablara con el tesorero, pero no negocié nada ni gestioné nada", ha puntualizado.
Durante los turnos de las acusaciones populares también se ha hecho referencia a una comida que mantiene con Bárcenas en diciembre 2012, pocos meses antes de que salgan a la luz los papeles, sobre ella ha recordado que se produjo allí porque él iba poco por Madrid y que fue el último contacto que mantuvo con él.
De ella recuerda además que Bárcenas le señaló que había un acta notarial --a la que ya se refirió el extesorero en su declaración-- en la que se "ponía de manifiesto la gestión del tesorero", pero ha apuntado que él no vio esa acta ni la recibió. Tampoco conoce si efectivamente esa reunión entre ambos fue grabada por Bárcenas.
Tras las acusaciones populares, el fiscal Antonio Romeral ha realizado una sola pregunta a Arenas, relativa a si pudo comparar lo que él percibió como complemento con los apuntes reflejados en las anotaciones de Bárcenas. El exsecretario general del PP ha negado que contrastara los datos.