El gobierno de Argelia ha amenazado con rescindir el contrato de suministro de gas a España, si lo usa en un sentido diferente al previsto. El ministerio de Energía del país magrebí quiere impedir como sea que España pueda reenviar parte del gas a Marruecos, como pretende el Gobierno español hasta el punto de que ya ha mantenido conversas en este sentido con Rabat. "Cualquier envío de gas natural argelino entregado a España, cuyo destino no sea el previsto en los contratos, será considerado como un incumplimiento de los compromisos contractuales y, en consecuencia, puede dar lugar a la rescisión del contrato que vincula Sonatrach con sus clientes españoles", ha declarado este miércoles el Ministerio de Energía argelino en un comunicado.
La ministra de Energía española, Teresa Ribera, ha informado este miércoles a su homólogo argelino, Mohamed Arkab, "por correo electrónico" que España autorizará de forma inminente la explotación, en flujo inverso, del Gasoducto Magreb-Europa (GME), según informa la prensa argelina. Esta polémica ha estallado al margen de la decisión del Gobierno argelino de replantear los precios del gas que exporta a España, a raíz de la decisión de Pedro Sánchez de alinearse con Marruecos y de secundar su propuesta sobre el futuro del Sáhara Occidental.
Argelia es el principal exportador de gas a España, y cubre el 40% de las necesidades, con lo que cualquier restricción podría comportar un alza de precios de la energía, con un índice de inflación que ya ha llegado al 9%. El segundo exportador de gas a España, a mucha distancia, son los Estados Unidos (con el 19%) y el tercero es Nigeria (13%).
Mientras cada día son peores las relaciones de España con Argelia, de quien depende por el gas, cada día mejoran con Marruecos, con quien tiene las fronteras de los enclaves de Ceuta y Melilla. Después del apoyo por parte de Sánchez a la autonomía de Marruecos sobre el territorio saharaui, la embajadora del Marruecos en España, Karima Benyaich, volvió a Madrid. Benyaich volvió casi un año después de que abandonara el país a mediados de mayo de 2021. El gobierno marroquí llamó a consultas el año pasado a su embajadora en Madrid, después de la crisis diplomática abierta por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado en un hospital.