La crisis diplomática desencadenada por el gobierno de Pedro Sánchez a raíz de su nueva postura sobre el Sáhara Occidental sigue bien viva para Argelia. Desde abril las restricciones a la importación de productos españoles ha ido creciendo en el país africano. Se empezó restringiendo la compra de carne de vacuno al Estado español y ahora se extiende a otros sectores, incluso en contra del acuerdo de asociación con la Unión Europea que el Argel firmó el año 2005. Según remarca El Confidencial, el gobierno argelino no reconoce abiertamente que está llevando a cabo un boicot, sin embargo, el Ejecutivo va imponiendo más restricciones para obtener permisos de importación, los últimos impuestos el pasado martes con discreción.
Varios comerciantes argelinos, al saber de las nuevas restricciones para conseguir estos permisos de importación, se manifestaron de forma improvisada y breve ante el Ministerio de Comercio. Si bien, las limitaciones en el comercio con España no se impulsa de manera pomposa desde el gobierno argelino, sino más bien con un tono bajo, estas tienen un fuerte impacto. Por ejemplo, la primera restricción comercial, la de la carne de vacuno, no se anunció en sí como un boicot, pero este veto genera unas pérdidas en el sector de cinco millones de euros aproximadamente.
Las nuevas dificultades por obtener permisos de importaciones son, sin embargo, una medida menos directa que el de la carne de vacuno. "Se está disuadiendo los que tenían negocios con empresas españolas que los mantengan y se les anima a buscar soluciones de recambio", han afirmado fuentes argelinas en El Confidencial. Argelia no tiene un mercado extremadamente abierto, por lo cual el peso de las decisiones del Estado juega un papel destacado.
Argelia, el boicot silencioso y la UE
Las últimas decisiones comerciales tomadas por el Ejecutivo argelino responden a las represalias del país contra el Estado español y su acercamiento en Rabat. Cuando a mediados de marzo la postura del Ejecutivo de Sánchez sobre el Sáhara se alineó abiertamente con la propuesta de Marruecos, el Argel llamó a consultas a su embajador en España y mostró públicamente su disgusto, llegando a insinuar que subiría el precio del gas que venía al Estado español, en plena crisis de suministros.
Sin embargo, ¿siendo las primeras reacciones al cambio diplomático español tanto publicas porque ahora estas medidas comerciales se sacan adelante sin pena ni gloria? Básicamente, porque el Estado argelino se puede encontrar con problemas con la Unión Europea. Con estas acciones, Argelia se puede encontrar incumpliendo su acuerdo de comercio con la Unión firmado el año 2005. Ejecutivo español puede llegar a denunciar la discriminación argelina ante Comité de Asociación UE-Argelia. No sería sencillo, ya que habría que demostrar un claro boicot activo por parte del gobierno algalió y la precaución con que este está actuando no facilita la denuncia.
Justamente de aquí puede nacer el interés del país africano por llevar estas acciones comerciales en silencio. "Argelia podría reconocer que no respeta el acuerdo con la UE, pero también podría alegar que actúa así porque el Gobierno ha incumplido, al mismo tiempo, la legalidad internacional reconociendo prácticamente de facto la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental que, según las sentencias del Tribunal General de la UE, no pertenece en Marruecos", ha señalado a El Confidencial una abogada afín a las autoridades argelinas.