Argelia deja España en evidencia. Después de que el Gobierno asegurara este sábado que había avisado a las autoridades del país africano sobre su cambio de postura en la situación del Sáhara Occidental, este domingo fuentes diplomáticas argelinas han desmentido que el ejecutivo de Pedro Sánchez los informara de que a partir de ahora estarían del lado de Marruecos.
Argelia, que es el principal país proveedor de gas del estado español, mostró ayer su malestar por el giro de guion de España y llamó a consultas a su embajador en Madrid, Said Musi. Para las autoridades argelianes, se trata de un cambio de postura que consideran la "segunda traición histórica" de Madrid el pueblo saharaui después "del funesto acuerdo de 1975" con que el Estado cedió la antigua colonia española en Marruecos.
La versión del Gobierno
El Gobierno de España aseguró ayer que había informado "previamente" a Argelia sobre la posición en relación con el Sáhara Occidental. Fuentes gubernamentales lo afianzaron así a Europa Press, destacando que "Argelia es un socio estratégico, prioritario y fiable" con que pretende "mantener una relación privilegiada" y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se mostró convencido de que el malestar de Argelia no afectará al suministro de gas en España por parte del país.
Ahora, sin embargo, las fuentes diplomáticas argelinas consultadas por el portal de noticias nacional Tout sur L'Algerie (TSA) niegan categóricamente esta afirmación. "Se trata evidentemente de una mentira rodeada de una ambigüedad intencionada para intentar calmar las legítimas preocupaciones planteadas por la clase política española", aseguran.
Un "deshonroso cambio de actitud"
De nuevo, este domingo, las autoridades argelinas han vuelto a lamentar el giro adoptado por España como un "deshonroso cambio de actitud", que interpretan como "sinónimo de sometimiento rotundo a Marruecos". "En ningún momento y a ningún nivel", reiteran, "se informó a las autoridades argelinas de este vil regateo concluido con la potencia de ocupación marroquí a espaldas del pueblo saharaui".
"Las conquistas esperadas por Madrid con respecto al respeto a la integridad territorial de España y su soberanía sobre Ceuta y Melilla nunca estarán garantizadas delante de un Majzén (oligarca) calculador, cínico, polifacético y vengativo que no vacilará a la hora de volver a recurrir al uso del chantaje de la inmigración ilegal como instrumento de presión", concluyen, en referencia al Gobierno marroquí.