Tres semanas después de dejar el cargo, el expresident de la Generalitat Artur Mas ha encontrado el momento de ajustar las cuentas con la diputada de la CUP Anna Gabriel, una de las principales detractoras a que fuera reelegido, criticando que mientras ella sigue con el acta de diputada, él ha renunciado en beneficio del proceso soberanista. “Anna Gabriel ha demostrado más ganas de tener cargo que yo mismo. Aquellos que presumen de no querer cargos, a la hora de la verdad están más enganchados al cargo que aquellos que somos vistos como los que no lo queremos dejar”, ha reflexionado el expresident.
En una entrevista del Punt Avui Televisió que se emitirá esta noche y donde también participa el actual president, Carles Puigdemont, el expresident ha acusado a la mitad de la CUP de haberse aliado con los poderes del Estado que le querían “cortar el cuello” y haber conseguido juntos que no volviera a ser el jefe del Ejecutivo catalán. “Yo era el personaje más perseguido de los poderes del Estado. Me querían, no literalmente, cortar el cuello. ¿Y qué alianza encontraron en Catalunya? La alianza que encontraron fue la mitad de la CUP”, ha criticado.
Anna Gabriel ha demostrado más ganas de tener cargo que yo mismo”, asegura el expresidentAsimismo, Mas ha dicho que el pacto de gobernabilidad entre JxSí y la CUP, que supuso su renuncia al cargo, obliga a los anticapitalistas a votar siempre en el sentido de JxSí cuando “la estabilidad del Govern esté en riesgo”. Según la lectura que hace el presidente del pacto, eso obliga a la CUP a aprobar los Presupuestos de 2016 que la Generalitat presente en las próximas semanas: “La CUP está a prueba de su palabra, que no es poca cosa”.
El president afirma que si su renuncia tiene que valer para alguna cosa es para que haya esta estabilidad hasta el final de la legislatura, y avisa que tiene muy presente el pacto que firmaron JxSí y la CUP: “Yo llevo el acuerdo siempre encima”.
No se arrepiente de abrazar a David Fernàndez
A pesar de la distancia que ahora lo separa de la CUP, Mas no se arrepiente de haber abrazado a David Fernàndez el 9 de noviembre del 2014 –durante la celebración del proceso participativo– cuando este era líder de los anticapitalistas en el Parlament. “Lo volvería a hacer. No fue un abrazo político, fue personal. Tengo una relación personal, cordial y de cierta amistad” con Fernández, explica el expresident sobre aquel gesto.Por su parte, el president de la Generalitat y sucesor de Mas, Carles Puigdemont, ha expuesto que conoce a la CUP de su etapa como alcalde de Girona, y confía en que respetarán el pacto: “Harán honor de lo que han firmado. Serán fieles a su compromiso político”.
En la entrevista, Mas evoca el sábado 9 de enero en que anunció su marcha, y ha asegurado que la decisión la tomó progresivamente durante las anteriores 48 horas, pero admitiendo que la primera vez que pensó en renunciar fue a principios de diciembre, antes de la campaña de las elecciones generales.
Ha revelado que el viernes 8 reunió a sus colaboradores más próximos para “planificar” la firma del decreto de convocatoria de las elecciones, pero finalmente optó por dar un paso al lado cuando consiguió el compromiso de la CUP que dará estabilidad al Govern.
Decisión de última hora
“La decisión definitiva la tomo el sábado al mediodía justo antes de llamar a Carles Puigdemont. Entonces tuve constancia de que la CUP aceptaba firmar una serie de condiciones que permitían la estabilidad del Govern”, ha rememorado.Mas eligió a Puigdemont porque es “la garantía total y absoluta de que el proceso seguiría hacia adelante” y el exalcalde de Girona ha asegurado que aceptó el reto sin dudarlo y también sin celebración ni euforia porque suponía la renuncia de Mas.
A su vez, el actual president de Catalunya ha admitido que nunca pensó que su carrera lo llevaría al Palau de la Generalitat: “No me había preparado para ser president. Yo lo máximo que me había imaginado es que algún día me propondrían ser conseller y siendo alcalde de Girona no lo hubiera aceptado nunca”. Asimismo, Puigdemont “entiende” que haya generado perplejidad que su sustituto al frente de la alcaldía, Albert Ballesta, ni siquiera fuera concejal porque iba el 19 de la lista, pero está convencido de que su gestión demostrará que su elección ha sido un acierto.