El expresident del Govern y presidente del PDeCAT, Artur Mas, no había opinado hasta ahora sobre la polémica generada a raíz de la investigación abierta en el caso del 3% contra Germà Gordó y la negativa de este a renunciar a su escaño en el Parlament, tal y como le ha reclamado el PDeCAT i JxSí. En unas declaraciones a El Nacional, antes de participar en un acto de partido en Berga, Mas considera que la respuesta del PDeCAT fue "tan necesaria como injusta".
¿Qué intervención tuvo el viernes en la respuesta a la crisis abierta en el PDeCAT por la decisión del TSJC de investigar a Gordó?
Durante la mañana, yo estaba fuera de Barcelona, a través de conversaciones con la dirección del PDeCAT, me informaron del acuerdo con Germà Gordó, en el sentido que después de que el TSJC abriera la investigación, quedaría fuera de la presidencia de la comisión de Justicia del Parlament. En el transcurso del día hubo mucha presión de todo tipo, esta primera idea fue evolucionando, y por la tarde me encontré con el propio Germà Gordó y él me informó de las tres decisiones que tomaría los días siguientes: La primera, dejar el grupo parlamentario de JxSí, porque desde el PDeCAT y JxSí le estaban pidiendo eso; segunda, me dijo que en estas circunstancias él prefería dejar el partido; y tercero, que a pesar de todo, como estaba convencidísimo de su inocencia y quería defender la presunción de inocencia, él se quedaría en el Parlament, aunque fuera como diputado no adscrito.
¿Qué opina sobre la solución que finalmente adoptó el partido?
Mi opinión es muy clara. Las decisiones que se tomaron fueron necesarias, pero injustas. Tan necesarias como injustas. En el contexto político en que estamos, en el que se está reclamando una gran exigencia desde el punto de vista de la ejemplaridad pública, estas decisiones eran necesarias. Ahora, tenemos que añadir que también son injustas. Sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de abrir una investigación –que no compromete en nada, por parte de los jueces– y que abrir una investigación y tener que renunciar inmediatamente, quiere decir que se está debilitando el principio de presunción de inocencia, que es un eje fundamental del Estado de derecho. Por lo tanto, subrayo, eran decisiones necesarias, y en este sentido, entiendo la opinión del PDeCAT. Pero también entiendo las decisiones, quizás no tan políticas pero sí personales de Germà Gordó. Él está absolutamente convencido de su inocencia, lo ha proclamado en todas partes y, además, como jurista que es, quiere defender el Estado de derecho y la presunción de inocencia.
Por lo tanto, el hecho de que Marta Pascal finalmente le pidiera que renunciara al escaño...
Lo entiendo por esta necesidad de ejemplaridad pública, y por otra razón, que también la quiero dejar clara: el PDeCAT nace como un partido nuevo, con esta voluntad inequívoca de ser ejemplo público en todo, y obviamente también desde el punto de vista de las buenas prácticas. Por lo tanto, en este sentido, lo entiendo. Pero eso no quita que tengamos que decir también que son decisiones que son injustas, precisamente porque ponen en cuestión la presunción de inocencia.
¿Más allá entenderlo, le parece adecuada la respuesta de Gordó?
Cuando digo que entiendo utilizo la expresión correcta. Cada uno, en estas condiciones, actúa de una manera diferente, y se tiene que respetar. Yo, por ejemplo, cuando tuve que actuar, no en temas así, pero sí de continuidad o no en la política y el Parlament, tomé las decisiones que tomé. Pero igual que yo apliqué determinadas normas, también puedo entender que otras personas piensen diferente. No sólo lo entiendo, sino que además, lo respeto. Yo no juzgo la decisión de Gordó desde un punto de vista personal y humano. Como lo conozco y sé que es una persona que se defenderá hasta el final, porque siempre lo ha hecho, y que es capaz de aguantar mucha presión, porque siempre lo ha hecho, puedo llegar a entender que a nivel personal y humano tome las decisiones que está tomando. Pero también puedo llegar a entender que la dirección del PDeCAT quiera dar estos ejemplos de pulcritud, desde todos los puntos de vista; de ninguna excusa para ser acusada de nada desde el punto de vista de las malas prácticas –no digo realidad, digo excusa- y que eso llevara a la dirección del PDeCAT durante el viernes a ir aumentando su nivel de exigencia desde un punto de vista político.
¿Fue un error incluir a Germà Gordó a la lista de JxSí?
Yo creo que no. Germà Gordó es una persona que ha aportado mucho, fue un muy buen conseller de Justícia, un muy eficaz secretario de Govern. ¿Por qué tenía que quedar al margen si no había ningún proceso abierto contra él? Habría sido diferente que hubiera habido un proceso abierto. Pero el mismo tribunal que ahora lo investiga, en algunas ocasiones anteriores y no hace mucho tiempo, desestimó investigarlo. ¿Por lo tanto, qué ha cambiado? Seguramente, hay mucha presión social que también afecta a los tribunales, seguramente, y que a veces les hace cambiar de opinión. Cuando se hizo JxSí, ahora hará dos años, el verano del 2015, no había ninguna acusación formal ni ningún proceso de investigación sobre Germà Gordó, que en cambio tenía unos activos que podían sumar en nuestro proyecto.
¿Atribuye a presión social la apertura de esta investigación?
No digo que sea consecuencia de la presión social. Digo que los tribunales también están sujetos a la presión social.
Gordó fue una persona de máxima confianza suya, formó parte del famoso pinyol...
Sí, como bastantes otros...
...fue gerente de CDC. Y se ha dicho que hay miedo a que pueda estirar de la manta. ¿Tiene miedo de que estire de la manta?
Siempre se dirán cosas. Pero si cogéis las palabras literales de Germà Gordó cada vez que se le ha preguntado, ha dicho que él en su actuación como gerente de CDC nunca, y utilizo palabras suyas, había actuado al margen del marco legal. Una persona que ha reiterado que nunca había actuado al margen del marco legal y una persona coherente como es Germà Gordó no cambiará de opinión al respecto. Porque es verdad: seguro que él actuó en todo momento de acuerdo con el marco legal. Yo de eso estoy plenamente convencido.
¿Este miedo a que explique alguna cosa a qué lo atribuye?
Se dicen tantas cosas que ya no viene de una más. Yo no doy más credibilidad a los rumores en general y a este tampoco.
¿Por qué ha tardado tanto a dar su opinión sobre este tema?
Nadie me ha preguntado. En mi posición actual tardo bastante en opinar sobre muchas cosas. ¿Ahora resulta que hay mucha prisa para que opine al respecto y de vez en cuando no hay tanta para que opine sobre otras cosas, no? Por lo tanto, estoy en una situación diferente a la que estaba. Si hubiera sido president de la Generalitat o un presidente ejecutivo del partido, evidentemente me habría pronunciado en pocas horas, pero yo no soy ni presidente de la Generalitat, ni soy un presidente ejecutivo dentro del partido, se me puede informar, se me puede consultar, pero no soy la persona que toma las decisiones en el día a día. Una persona que está en esta situación, por voluntad propia, debe tener también derecho a que no se le pregunte cada día sobre cualquier tema de pura y rabiosa actualidad. Ahora, estamos en Berga y preguntáis sobre eso, y respondo sin ambages.
Las denuncias sobre financiación de CDC persiguen el PDeCAT, ¿qué puede hacer el PDeCAT?
El PDeCAT puede hacer lo que está haciendo. Una de las razones por las cuales se hizo el PDeCAT es para que no haya ninguna excusa para acusar a este partido nuevo de ningún tipo de sospecha de irregularidad. No es el único motivo, otro importante es que teníamos que pasar del esquema de la autonomía al esquema de la soberanía, y eso requería un partido puesto al día. Pero el PDeCAT tiene todo el derecho del mundo a que no se introduzca ninguna sospecha sobre su funcionamiento, entre otras cosas porque no ha dado ninguna excusa. Al revés, la actuación del PDeCAT es de una enorme exigencia. Vuelvo a repetir, hacer renunciar a alguien simplemente porque se abre una investigación, sin haber llegado a ninguna conclusión, que es fundamental desde el punto de vista de la presunción de inocencia, hacer renunciar alguien así es de una exigencia monumental y es una injusticia, digámoslo claro. Ahora, a veces, en la vida, consciente de que estás haciendo una injusticia, por un bien superior que es la ejemplaridad pública lo acabas haciendo, pero que lo acabes haciendo no quiere decir que no estés haciendo una injusticia.
¿Se ha hecho lo que se tenía que hacer?
Yo entiendo que sí, pero desde este punto de vista político. La dirección del PDeCAT políticamente tenía que actuar como ha actuado. Ahora, Germà Gordó, personalmente, también tenía derecho a actuar como lo hizo.