Después de la noticia del asesinato de Arturo Torró, exalcalde del PP en Gandía, la investigación dirigida por la Guardia Civil apunta que su muerte se dio después de recibir un tiro a poca distancia con un arma tipo pistola de pequeño calibre y poco común, según consta en el informe preliminar de la autopsia. El empresario fue asaltado en medio de la carretera y las autoridades investigan ahora sobre las posibles pistas relacionadas con el análisis de su teléfono, así como con el visionado de cámaras de la A-38, en el término valenciano de Xeresa, con la esperanza de encontrar el autor o autores del crimen que tuvo lugar la noche del 19 de febrero.
Mientras conducía su coche hacia las 23 horas, Torró se dio cuenta de que alguna cosa iba mal y llamó a su mujer para explicarle que sentía que había algún problema. La mujer, preocupada por lo que su marido le había dicho, se desplazó hasta la zona y es allí, en medio de la carretera, donde encontró el cuerpo sin vida del exalcalde, al lado de su vehículo, cuyo motor todavía estaba en marcha. Entonces llamó a los servicios de emergencia, los cuales fueron hasta la zona y, vistos los indicios preliminares, iniciaron una investigación por posible asesinato. El cadáver del empresario, de 62 años, presentaba una bala a altura del pecho y signos de estrangulamiento.
El informe preliminar al que ha tenido acceso La Razón, menciona un cartucho localizado en la escena del crimen que, al mismo tiempo, apunta al uso de un arma antigua de pequeño calibre y que no es habitual entre los sicarios de bandas delictivas o del crimen organizado. En concreto, el informe balístico aportado por la Guardia Civil señala que el calibre del arma utilizado en el homicidio podría corresponder con una pistola de 6,35 o 7,65 mm, por lo cual se habría recurrido a un arma de poca potencia que requiere que se utilice en distancias cortas.
Torró había presentado varias denuncias relacionadas con amenazas, según indican fuentes próximas al caso a Europa Press. Sin embargo, estas denuncias eran de hace años, sin que conste al menos hoy por hoy relación directa con su trágica muerte.
Quien fue alcalde de Gandía, en la Safor, entre el año 2011 y 2015, había sido condenado a tres años y medio de prisión por un caso de corrupción y estaba a la espera de ingresar en prisión. El año 2015 volvió a ganar las elecciones, pero un pacto de partidos de izquierdas lo desbancó de la alcaldía de su municipio, donde todavía residía, y dio la alcaldía a Diana Morant, actual ministra del gobierno de Pedro Sánchez.