Ya tiene una orden de ingreso voluntario en prisión, con condena firme del Tribunal Supremo, pero sus derechos políticos están intactos. Tanto es así que Manuel Andrino, uno de los asaltantes de Blanquerna y jefe "nacional" de Falange, participará en las elecciones madrileñas del 4-M. Lo hará como cabeza de lista de la formación que preside. En julio del año pasado, el Tribunal Supremo confirmó la condena a prisión, aunque la rebajó para Andrino a dos años y siete meses de privación de libertad. El Tribunal Constitucional hizo retirar el agravante de discriminación ideológica. El plazo de entrada voluntaria finaliza mañana.
De hecho, no es la primera candidatura de la que forma parte Manuel Andrino desde los hechos de la librería Blanquerna durante la Diada del 2013. Aparte de las listas de Falange, un año después del asalto, se presentó en la candidatura unitaria del neofascismo español a las europeas del 2014, La España en Marcha. También formaron parte de ello cinco más de los asaltantes de Blanquerna. Obtuvieron casi 17.000 votos a todo el Estado, muy lejos de obtener un eurodiputado.
El pasado 23 de marzo Manuel Andrino fue a recoger la orden de ingreso de prisión voluntario en 10 días en la Audiencia Provincial de Madrid por el caso de Blanquerna. Al día siguiente, el 24 de marzo, se desplazaba hasta Barcelona, donde está siendo procesado en el juzgado de lo penal 8 junto a Pedro Pablo Peña, jefe de Alianza Nacional. La fiscalía les pide tres años de prisión por incitar al odio en su discurso durante el 12 de octubre del 2013 aenMontjuïc, punto habitual de concentración de los neofascistas españoles por la Hispanidad. Andrino hizo un llamamiento a "matar por España".
Sus antecedentes no acaban aquí. En 2005 también fue condenado por estafar a una mujer mayor para quedarse con su casa. Hace años también fue detenido por un supuesto intento de homicidio contra un agente de la policía.
Dos meses después de la sentencia firme del Tribunal Supremo, la Diada del año pasado, Andrino fue uno de los asaltantes que devolvió en la librería Blanquerna, sede de la Generalitat en Madrid, y pronunció un discurso donde hablaba "derramar sangre de los enemigos como ya hicimos en el año 36". El líder de Falange también denunció cómo, en lugar de "encerrar a los independentistas en una isla como Perejil", el Gobierno "los premia con una mesa de diálogo"