La CUP se ha diseccionado. La operación, hecha en Celrà, se ha alargado durante todo el día, desde las diez de la mañana hasta la noche y todavía durará días. El partido se ha sumergido en un proceso de mutación, consecuencia de la constatación de un final de ciclo político, de la necesidad de adaptarse y de volver a ser una herramienta útil para el país. La Asamblea Extraordinaria ha reunido a 390 militantes, que han acordado combatir la resignación en la cual se encuentra instalado el independentismo sin renuncias pero con más seducción. Porque la conclusión de los cupaires es que "queremos y necesitamos ser más".

Algunos de los asistentes han bautizado la cita como la más importante de los últimos años. En frente un reto mayúsculo: renovar la estrategia para adaptarse a la nueva era post 1-O y 27-O vistos los malos resultados electorales. Todo bajo una máxima, aprender de los errores y potenciar los aciertos. Según su propio análisis, entre los primeros está el bloqueo permanente sin aportar propuestas constructivas, y entre los segundos, la asunción de responsabilidades de gobierno llevada a cabo a nivel local, en los ayuntamientos.

Al mediodía, la comisión redactora, encabezada por caras conocidas como el diputado Carles Riera o la exdiputada y exconcejala Eulàlia Reguant, han presentado la propuesta a los congregados con un mensaje clave: "Aquí todo el mundo es necesario, no sobra nadie, somos los que no nos rendimos, por eso queremos ser más y necesitamos ser más, debemos interpelar a otros sectores", ha sentenciado ella.

Sobre cómo hacerlo, él ha subrayado la importancia de "huir del victimismo" y "combatir la resignación que quieren imponer aquellos que hacen creer a todo el mundo que ahora es el momento de rehacer puentes con el Estado, establecer un falso diálogo y volver a los consensos de los tiempos pretéritos del oasis catalán". Se trata ha dicho, de "plantear una propuesta ambiciosa que no esté hecha en base a renuncias y discursos retóricos y simbólicos que no transforman la realidad, nos toca construir una alternativa a aquellos que no están dispuestos a romper techos de cristal". Y se ha servido de uno de los lemas de la CUP, "queremos la independencia para cambiarlo todo", para ejemplarizar el cambio de rumbo que plantean: "queremos cambiarlo todo para alcanzar la independencia". La hoja de ruta renovada mantiene en el norte "nuestros objetivos estratégicos: independencia, socialismo, feminismo, ecologismo".

A lo largo de la tarde, las bases se han repartido en grupos de trabajo para discutir tanto la ponencia base como las enmiendas propuestas por las asambleas territoriales. Ahora bien, todavía quedará trabajo para acabar de pulir el documento definitivo incorporando los retoques propuestos por las bases antes de la votación y aprobación definitiva, que será el próximo 28 de abril. Según confirman a ElNacional.cat fuentes presentes en la asamblea, la sensación es que más allá de algunas correcciones, los principios esenciales de la ponencia base se mantendrán. Sobre la enmienda a la totalidad, las mismas fuentes explican que a pesar de que no se votará hasta el 28 de julio, hoy ha quedado desacreditada y parece muy difícil por no decir imposible que pueda prosperar, visto com o han transcurrido los debates. 

El punto más espinoso: entrar o no en el Govern

Buena parte de las 41 enmiendas parciales que ha presentado la militancia a través de las asambleas territoriales impugnaban con más o menos matices la posibilidad de formar parte activamente del Govern de la Generalitat. Conscientes que muchos de los suyos fruncen el ceño con la idea de entrar y coger las riendas del Govern del país, Riera ha avisado de que "nunca seremos muleta de nadie para afianzar gobiernos autonomistas". Y ha explicado que la intención persigue el objetivo de trasladar el trabajo que se está haciendo a nivel municipal, donde "la CUP ya gobierna en muchos municipios", porque "no nos da miedo gobernar".

Más allá de dejar abierta la puerta a una futura incorporación al ejecutivo, el giro estratégico pasa también por suavizar el rol de oposición al actual gobierno Torra. Así, se apuesta por superar la actitud de bloqueo frontal adoptada a lo largo del último año, una "lógica de la confrontación" que la propia CUP reconoce que no ha tenido los efectos deseados y que tampoco se ha entendido por parte del electorado, y actuar con un espíritu más propositivo y colaborador. Si una ley propuesta por el Gobierno no gusta, se tratará ahora no sólo de impugnarla sino de plantear propuestas alternativas en positivo, tal como se empieza a hacer con la Ley Aragonès.

Reforzamiento de los liderazgos

Hasta ahora, los estatutos de la CUP fijaban que sus cargos electos supramunicipales, es decir los diputados, sólo podían ejercer durante una legislatura de cuatro años, que es el que solían durar los gobiernos y los parlamentos hasta que empezó el procés ahora hace una década.

Durante el debate de la ponencia organizativa la militancia ha acordado flexibilizar este corsé. Se ha aprobado la enmienda que amplía el límite temporal durante el cual un diputado de la CUP puede ostentar su cargo en el Parlament, que pasa a ser de dos legislaturas. Resumiendo, a diferencia de lo que ha pasado desde David Fernàndez hasta Anna Gabriel, ahora los diputados podrán volver a presentarse a las elecciones para repetir en el cargo, reforzando así los liderazgos del partido. Por cierto que Gabriel ha participado en los debates de la tarde por videoconferencia.

La asamblea también ha decidido que no se subirán las cuotas de los militantes ni tampoco las aportaciones que hacen sus grupos municipales. Era una de las posibilidades para hacer frente a la pérdida de ingresos que ha sufrido la formación a raíz de los malos resultados electorales, casi medio millón de euros. Parar paliarlo se optará por una vía alternativa, que es adelgazar la estructura, es decir, que se dejarán extinguir la mayoría de los contratos de los liberados a medida que vayan expirando, muchos de ellos entre diciembre y marzo, y no se renovarán.