No se prevalió de su cargo. La asesora que tiene Begoña Gómez en la Moncloa, Cristina Álvarez, ha declarado esta mañana delante del juez Juan Carlos Peinado como investigada y ha negado que influyera en la Universidad Complutense de Madrid o en ningún patrocinador antes de la creación de la cátedra que codirigía en octubre de 2020. Su citación ha llegado después de que compareciera en los Juzgados de Plaza de Castilla como testigo el pasado diciembre, cuando relató que la contrataron en 2018 para asistir a la mujer del presidente del Gobierno, para gestionar su agenda pública y privada y para llevar un control de sus actividades a efectos de seguridad. Un mes y medio después, el magistrado decidió imputarla por presunto tráfico de influencias y corrupción a los negocios. Hoy, ya en calidad de investigada, ha negado que hiciera gestiones con la Universidad Complutense de Madrid o empresas patrocinadoras para beneficiar a la esposa del presidente del Gobierno antes de la creación de la cátedra, según informa Europa Press. Preguntada directamente sobre si hizo alguna gestión relacionada con la cátedra antes de la firma del convenio, ha asegurado que no influyó sobre ningún trabajador de la Complutense ni de ninguna empresa patrocinadora (como Reale o Google) para obtener nada para ella o para Begoña Gómez. Y ha reiterado en que no se prevalió de su cargo para ninguna solicitud.

Según trascendió hace semanas, ella fue quien a principios de 2024 hizo gestiones con un patrocinador a favor de su cátedra de la mujer de Pedro Sánchez: comunicó a la empresa Reale el interés de Begoña Gómez de que la compañía aseguradora siguiera patrocinando la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva, que ella codirigía en la Universidad Complutense. En su declaración de hoy como investigada, solo ha respondido a su abogado en una declaración que ha durado diez minutos. Asimismo, Cristina Álvarez ha afirmado que no conocía a nadie de la Complutense o de las empresas patrocinadoras antes de la firma del convenio para la creación de la cátedra.

Antes de empezar la declaración, la defensa de Álvarez ha pedido al juez Peinado que se le informase formalmente de por qué se le investiga en este procedimiento. Esto ha obligado a retrasar la comparecencia unos minutos porque ha tenido que acudir presencialmente a la secretaría del juzgado para ser informada. Posteriormente, ha vuelto a la sala de vistas en la que ha tenido lugar el interrogatorio. La asesora de Begoña Gómez es la primera que estaba citada este miércoles en el marco de una batería de comparecencias que también incluye a seis testigos: otro cargo de Presidencia, dos de la Complutense y los representantes de Google, Indra y Telefónica.

Acusó al juez Peinado de tenderle una trampa

Hace unos días, Cristina Álvarez recurrió su imputación. Su abogado acusó a Juan Carlos Peinado de haberle tendido una “trampa” por haberla citado a declarar como testigo (estando obligada a decir la verdad) y haber aprovechado su declaración para añadirla a la lista de investigados. “Es imposible conocer qué hecho en concreto se le atribuye”, denunciaba su defensa, que sostenía que su testifical “no fue autoincriminatoria” y recordaba que “está prohibido valorar el contenido de una declaración en perjuicio del mismo testigo”. Además, el letrado José María de Pablo esgrimía que la declaración como testigo fue el 20 de diciembre, antes del 9 de enero, así que fue tenida en cuenta en el auto en el que el juez acordó no imputarla. Desde esa fecha, únicamente se practicó la declaración del vicerrector de Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense, José María Coello de Portugal, que “solo aportó el dato” que Cristina Álvarez acompañaba a Begoña Gómez en algunas reuniones. “Este dato ya era conocido cuando se dictó la provisión que rechazó la imputación”, reprobaba su abogado. Pero el juez Peinado ha hecho caso omiso a sus quejas.

Hizo gestiones a favor de la cátedra que codirigía Begoña Gómez

La relación de Cristina Álvarez con la investigación a Begoña Gómez emergió cuando se supo que hizo gestiones con un patrocinador a favor de la cátedra que codirigía la mujer de Pedro Sánchez. Concretamente, en un correo electrónico del 8 de febrero de 2024, Cristina Álvarez comunicó a la empresa Reale el interés de Begoña Gómez de que la compañía aseguradora siguiera patrocinando la cátedra: «Me dice Begoña que te traslade que le encantaría que continuáis como patrones de la cátedra, aunque sea con una cantidad inferior. Dispuestos a colaborar con vosotros en aquello que necesitáis», decía el correo que envió a Pilar Suárez-Inclán, directora de Comunicación Institucional y RSE de Reale. Álvarez no se identificaba con un cargo oficial (lo enviaba desde una cuenta personal), pero en la cadena de mensajes sí que aparecía utilizando una cuenta oficial de la Presidencia del Gobierno, donde firmaba como directora de programas de la Secretaría General de Presidencia.